El primer año de esta nueva mayoría morenista en el Senado y la Cámara de Diputados también se caracterizó por ser “la Legislatura con menor calidad profesional y técnica en varias décadas” y sin experiencia parlamentaria, lo que derivó en un balance que poco se puede presumir: falta de coordinación entre el gobierno y sus bancadas aliadas en temas que provocaron que surjan iniciativas que generan estridencia e incertidumbre incluso en los mercados financieros, opacidad en el manejo de recursos millonarios de las bancadas y escaso control político del Congreso sobre el Ejecutivo, que derivó en un subjercicio de 174 mil 484 millones de pesos en el primer semestre de este año.
Ésta es la Legislatura con menos experiencia profesional y técnica de los legisladores: 46% de los diputados no cuenta con un título universitario, mientras que 39% de los senadores carece de experiencia parlamentaria previa.
De acuerdo con un análisis de la consultora Integralia, en esta Legislatura se confunde activismo legislativo con buen desempeño de los diputados y senadores pues si bien en este primer año legislativo se presentaron dos mil 736 iniciativas de ley en ambas cámaras, lo que representa un aumento del 18.3% respecto al mismo periodo de la LXIII Legislatura (2015-2016), muchas de ellas “son irrelevantes”, carecen de motivación, justificación e impacto presupuestario.
“Prevalece la idea de que presentar iniciativas es un indicador de buen desempeño, a pesar de que muchas sean irrelevantes”, establece.
El documento también advierte que “existe un excesivo número de comisiones” en Senado y Cámara de Diputados donde si bien hay “menos que en el pasado”, aún están muy por arriba del promedio mundial, en esta materia.
En la actualidad hay 46 comisiones en el Senado y 46 en la Cámara de Diputados, una reducción de 18 y 10, respectivamente, con respecto a la Legislatura anterior, sin embargo, en el mundo el promedio es de 17 para cámaras altas (senadores) y 14 para bajas. (diputados).
El noveno reporte Legislativo de Integralia sobre el Primer año de la LXIV Legislatura que comprende de septiembre 2018 a agosto del 2019, establece que hay una falta de coordinación entre el gobierno y sus bancadas aliadas en temas que no forman parte de la agenda prioritaria del presidente, lo que ha provocado iniciativas que generan estridencia e incertidumbre y que han tenido que ser combatidas por el gobierno y el propio presidente Andrés Manuel López Obrador como las de eliminar las comisiones bancarias, la Ley de Petróleos Mexicanos para cambiar el gobierno corporativo o aquella sobre la disposición de reservas del Banco de México.
También se observa una injerencia desordenada de diversas secretarías de Estado que en ocasiones tienen opiniones divergentes sobre un mismo tema, como fue el caso de la Ley de Austeridad o el etiquetado frontal de alimentos y bebidas de alto valor calórico.
Si bien se redujeron las asignaciones de grupos parlamentarios, aún prevalece la opacidad en su justificación. En ambas cámaras se redujeron sus montos. No obstante, la comprobación continúa siendo poco transparente. Cada grupo parlamentario reporta sus gastos con un grado de desagregación diferente, lo que complica conocer con precisión en qué se utilizan estos recursos.
De hecho el reporte de Integralia considera que en algunos casos se usan para compensar a legisladores por la reducción de sus prestaciones e ingresos.
De igual manera se observa un escaso control político del Congreso sobre el Ejecutivo: se ha mermado la función de control que debe ejercer el Poder Legislativo sobre el Ejecutivo. Un ejemplo recurrente es el impedimento de Morena para que acudan a comparecer secretarios de Estado.
No obstante también hubo cosas buenas como la eliminación de los moches. La mayoría de Morena para aprobar el Presupuesto de Egresos por sí mismo permitió eliminar los llamados moches, es decir, la prerrogativa informal que tenían los diputados para asignar libremente recursos para proyectos de obra púbica en entidades y municipios (en ocasiones, a cambio de una “comisión”).
También la disminución del presupuesto del Congreso, sin que afecte su desempeño. Las medidas de austeridad darán un ahorro de un mil 681 millones de pesos en la Cámara de Diputados respecto a 2018 y de 965 millones en el Senado.
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