En esta férrea lucha por eliminar al “despreciable” PRI del poder, de reclamarle al ex presidente Peña Nieto todos los lujos que él y su familia gozaban y de llegar a la ansiada transformación, parece que el voto de más de 30 millones de mexicanos no fue para apoyar las propuestas del “Mesías”, sino de castigar al Revolucionario Institucional.
Tal como lo hizo el presidente electo brasileño Jair Bolsonaro, endulzó el oído de sus compatriotas, prometió que el país sudamericano estaría lleno de valores, pero no aclaró que eran sus valores.
Casi como volver a épocas Franquistas, el presidente brasileiro asedia a las minorías y pretende dejar las leyes a modo, casi como Andrés Manuel López Obrador con la famosa Ley Taibo y su ferviente insistencia en cancelar el contrato para la construcción de un aeropuerto sólo por tenerlo en el lugar que él prefiere.
A este tipo de gobierno se le llama autoritarismo, aunque, en México, le podríamos llamar la 4ta transformación.
Les recomendamos leer este artículo del portal El País para tener una mejor idea de lo que el cambio de administración se refiere.
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