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domingo, 2 de diciembre de 2018

AMLO FUSTIGA la CORRUPCION,PERO NO APUESTA al "CIRCO" y "NO HABRA PERSECUCION"...debiera insistir mas que desistir

La hora cero del reloj parlamentario fue interrumpida por el inicio de la sesión en la que Andrés Manuel López Obrador finalmente sería ungido presidente de la República, como lo vislumbró desde hace más de 10 años.
Fue una ceremonia de arranque sexenal distinta a cualquiera. Nunca antes la izquierda ocupó la silla presidencial y jamás en la historia contemporánea del país PRI, PAN y PRD, que antes de la creación de Morena eran las tres principales fuerzas políticas, habían tenido tan debilitada presencia en el Congreso de la Unión.
En cumplimiento con el formato previamente aprobado, los posicionamientos de los grupos parlamentarios del Senado y de la Cámara de Diputados fueron la antesala de la toma de protesta al político tabasqueño, a quién sin estar presente, incluso opositores prometieron no frenar la marcha de la cuarta transformación. 
Pasaron dos horas antes de ver a López Obrador descender por las escalinatas que conducen a la máxima tribuna del Legislativo, esa que tomaría luego de 13 años para una asunción y ya no para un enjuiciamiento.
Fue largo su recorrido. Cuatro minutos para llegar de un extremo a otro del salón en donde se dieron cita, además de legisladores y los integrantes de su gabinete, miembros de la realeza, primeros ministros, cancilleres, gobernadores, empresarios y liderazgos sociales, todos entre contrastes por nacionalidades, ideología o por la sola distancia entre la vestimenta de alta costura y los trajes regionales mexicanos que pintaron la sala con sus bordadas flores chiapanecas, con blancos y pulcros encajes veracruzanos y coloridos listones michoacanos.
Finalmente, y bajo el coro de la vieja arenga al estilo, "es un honor estar con Obrador", Andrés Manuel López Obrador, a quien más de 30 millones de mexicanos convirtieron en el presidente más votado de la historia, prometió hacer valer la Constitución y desempeñar "leal y patrióticamente" el cargo que ocupará los siguientes seis años, si la revocación de mandato no dice lo contrario.
Inició un enjuiciamiento a la historia que heredó el concluido sexenio priísta, solo que esta vez fue Enrique Peña Nieto quien ocupó el banquillo tratando de guardar, sin éxito, el semblante quieto durante 80 minutos abrumadores de un discurso en el que López Obrador habló sin cesar de corrupción, impunidad, saqueo e "influyentismo", un discurso que sólo fue interrumpido por los aplausos registrados en más de 60 momentos diferentes.
El tabasqueño se dirigió a sus hoy gobernados. Aunque minutos antes habían intervenido con mesura, según pronunciaba sus primeras palabras como presidente constitucional, la oposición se mostró un poco más hostil, pero sin terminar de asumir el carácter de su nuevo papel en la vida política del país.
El PRI se mantuvo en silencio. El PRD únicamente se hizo visible para pedir aumento salarial, y solo el PAN recurrió en diferentes oportunidades al recurso de la pancarta de protesta. Utilitario que históricamente había sido característico de la izquierda.
Los panistas además de desplegar una manta en la que manifestaron su repudio por la invitación al presidente de Venezuela Nicolás Maduro, que ni siquiera llegó a la sesión, también portaron letreros de "Democracia si, autoritarismo no"; "Menos IVA en la frontera" y "Que baje la gasolina".
Fue precisamente este último cartel el que generó uno de los momentos más álgidos de la sesión y el único ante el cuál reaccionó López Obrador ya enfundado en la banda presidencial. "Ahora resulta que los que subieron el precio de las gasolinas están pidiendo que lo baje", atajó el tabasqueño en medio de aplausos de sus partidarios.
A la oposición le hizo falta su Gerardo Fernández Noroña o su Porfirio Muñoz Ledo. Más bien pareció una fiera domesticada. 
Después, López Obrador continuó un discurso de promesas ya pronunciadas en campaña como candidato, y como presidente electo a lo largo de cinco meses. Habló de no robar, de la honestidad y de su "falta de derecho" a fallarle a México, palabras que, dicho por él mismo, dijo a un ciclista que momentos antes lo había seguido en su camino a San Lázaro.
"Esta nueva etapa la vamos a iniciar sin perseguir a nadie porque no apostamos al circo ni a la simulación", sentenció. "Propongo al pueblo de México que pongamos un punto final a esta horrible historia y mejor empecemos de nuevo, en otras palabras, que no haya persecución a los funcionarios del pasado", recalcó.
"Estoy preparado para no fallarle a mi pueblo. No tengo derecho a fallar. Nada material me interesa, ni me importa la parafernalia del poder. El poder sólo adquiere sentido cuando se pone al servicio de los demás", declaró casi al cierre de la ceremonia en sesión de Congreso general.
"El gobierno ya no será un simple facilitador para el saqueo, como ha venido sucediendo. Ya el gobierno no va a ser un comité al servicio de una minoría rapaz", aseguró.
Antes de terminar su mensaje, López Obrador además se refirió a sus invitados a quienes agradeció la asistencia y les comprometió su disposición absoluta a estrechar lazos.
Nombró a cada uno de los mandatarios o representantes de gobiernos extranjeros que confirmaron su asistencia. Especialmente saludó Ivanka Trump, hija del presidente de Estados Unidos, Donald Tump y a Mike Pence, vicepresidente del aquel país.
También saludó a Felipe VI, rey de España y a Bin Mutain Bin Abdulaziz Al Saud, príncipe y ministro de Estado de Arabia Saudita.
Agradeció además a Nicolás Maduro, presidente de Venezuela cuya invitación desató una polémica que fue expresada por el PAN en el pleno; a Evo Morales, presidente de Bolivia; Kim Yong Nam, presidente del presídium de la Asamblea Popular Suprema de la República Popular Democrática de Corea; António Luís Santos da Costa, primer ministro de la República Portuguesa; Gabriela Michetti, vicepresidenta de Argentina; Chen Yueyue, vicepresidenta de la Asamblea Popular de China; Hugo Velázquez, vicepresidente de la República de Paraguay; Lucía Topolansky, vicepresidenta de la República de Uruguay, por mencionar algunos.
"Iniciamos hoy la cuarta transformación de México. Hoy no sólo inicia un gobierno, hoy comienza un cambio de régimen político. A partir de ahora se llevará a cabo una transformación pacífica y ordenada, pero al mismo tiempo profunda y radical", dijo.
"No le haré mal a nadie", ofreció.
Ha comenzado lo que él llama la Cuarta Transformación, su revolución.
fuente.-


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