Uno podría pensar que al fallecer un contribuyente al fisco mexicano termina su compromiso con este, nada más equivocado, sus obligaciones con el Servicio de Administración Tributaria (SAT) no terminan con la cripta, dieron a conocer especialistas a El Diario de Juárez.
Víctor Torres Ruiz, presidente del Colegio de Contadores en Ciudad Juárez, dio referencias de los compromisos fiscales que mantiene un ciudadano difunto.
El especialista detalló que al dejar de existir una persona con actividad empresarial (persona física), las responsabilidades son depositadas a sus herederos albaceas o a la persona que quede responsabilizada de los bienes y se le compromete a cumplir el pago de las obligaciones y adeudos que haya dejado el finado.
Con estos compromisos se consideran los créditos fiscales, pago de impuestos o declaraciones pendientes. Ya que se logran liquidar las deudas que dejó el muerto, se procede a notificar al SAT que el contribuyente ha fallecido y se da una suspensión de actividades de dicha persona física.
En México el SAT tiene registrados hasta septiembre de 2018 un padrón de contribuyentes que suman 2 millones 346 mil 699 personas.
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