Era imposible ver y respirar por el gas pimienta. Volaron sillas y toletazos entre los grupos de Chiapas de la sección 4 y la sección 22 de Oaxaca. Luego, los líderes de la CNTE chiapanecos comenzaron a agredir a delegados de educación indígena y a los del grupo de los Altos de Chiapas.
Al zafarrancho también se sumaron maestros de Nuevo León, inconformes por el ingreso de un exlíder que ellos expulsaron por apoyar al grupo del SNTE. En el caos, atizaron de golpes a los neoloneses, a los de la sección 36 de Sonora y hasta los de la 18 de Michoacán. Llegó la policía y varios contingentes de maestros desalojaron el edificio de Belisario Domínguez por la parte de atrás. Chiapas reventó el primer día de trabajo con el gas.
Así fue el inicio del Primer Consejo Nacional Político-Educativo de la disidencia magisterial en la Ciudad de México. En el trasfondo, la pugna que se ha profundizado entre líderes regionales por el apoyo o la oposición al gobierno entrante de Andrés Manuel López Obrador, por la pelea de espacios políticos y la ruptura ideológica.
En un par de años, un partido político logró lo que el gobierno intentó de manera fallida desde 1979, dividir a la disidencia magisterial. La relación de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) comenzó a minar la relación al interior del gremio, para saber quiénes son los que mandan sobre el magisterio.
Daño en el corazón
En 2017, Morena comenzó a hacer en Oaxaca redes de apoyo para elecciones locales. El magisterio no fue indiferente al reclutamiento del partido y a su promesa de derogar la Reforma Educativa que comenzaba a manifestarse en las evaluaciones docentes en todo el país.
Durante la dirigencia de Rubén Núñez en la sección 22, llegó María de Jesús Melgar, una de las primeras profesoras que ocupaban una curul en el Congreso local, a pesar del paro estatal que se había iniciado contra la Reforma Educativa.
La CNTE comenzó a formar alianzas con otros grupos del magisterio y organizaciones políticas en el estado, la estrategia era buscar candidatos conocidos y cuadros seguros para ganar espacios de elección popular.
En el camino de las alianzas en el 2018, con los partidos del Trabajo y Encuentro Social, apoyaron a personajes que eran prácticamente sus enemigos políticos, en pos de ganar espacios.
Por ejemplo, respaldaron a Jorge Franco Vargas, conocido como El Chuky, que llegó como miembro del Partido Encuentro Social (PES), y que años atrás había sido secretario general de Gobierno del gobernador Ulises Ruiz, cargo desde el que fue protagonista del desalojo de maestros de la capital oaxaqueña, en 2006.
Entonces comenzó el escozor entre las filas del magisterio y de Morena, que se deslindó de su representación en la alianza “Juntos Haremos Historia”.
Otro fenómeno que se dio es que los líderes comenzaron a concentrarse más en acceder a cargos públicos, que en el movimiento magisterial. Por ejemplo, durante las elecciones federales, Azael Santiago Chepi, líder de la Sección 22 entre 2008 y 2012, así como su compañero Irán Santiago, fueron electos diputados por el distrito 3 y 4 de Oaxaca, respectivamente. Buscaron el respaldo total del gremio, pero los frenaron los actuales líderes estatales Wilbert Santiago y Eloy López Martínez, quien en apariencia se ha mantenido al margen de Morena, aunque Arcelia López Hernández, familiar de Eloy López, obtuvo un escaño de manera plurinominal.
Eloy López también recibió reclamos directos por la candidatura. En la asamblea político-educativa en Oaxaca, previa a la reunión nacional, el líder gremial tuvo que hacer un control de daños y fue donde le argumentó a las bases que la candidata no era su hermana, como se informó públicamente, sino una pariente.
En Chiapas ha sucedido lo mismo con el magisterio, y la confrontación crece. El líder Pedro Gómez Bamaca fue nombrado a inicios del 2017, después de que la sucesión fuera cancelada desde 2016. Gómez obtuvo la dirigencia de la sección 7, aunque con algunos trabajos, porque fue señalado de ser traidor al movimiento, al haber solicitado el desalojo de los maestros en un plantón en el año 2014, del que era responsable.
Desde 2017 se ha enfrentado con Manuel Mendoza Vázquez, coordinador de los Altos de la CNTE en Chiapas. Durante las manifestaciones ya se han registrados enfrentamientos verbales y físicos entre las bases magisteriales de ambos grupos. Mendoza califica a Gómez de ser un “disidente charro”, pues el líder no se ha mostrado imparcial ante el creciente poder de Morena.
Pero Pedro Gómez continúa respaldando a Morena. Incluso al líder lo detuvieron en marzo pasado con un camión repleto de profesores que se irían a manifestar en Xalapa, Veracruz, convocados por el diputado morenista Zenyazen Escobar y algunos líderes del Movimiento Magisterial Popular Veracruzano. Horas más tarde lo liberaron.
Veracruz, el mal ejemplo
La CNTE alcanzó en 2016 su máximo de expansión en el país. De seis regiones en las que tenía influencia, pasó a tener presencia en 20 estados. En Veracruz comenzó como Movimiento Magisterial Popular Veracruzano (MMPV ) entre 2013 y 2014, conformada por profesores de la región montañosa y la zona sur.
En 2015 se alió con la CNTE y en 2016 el MMPV encabezó mítines y manifestaciones con el naciente partido Morena. Era un perfecto caldo de cultivo para el crecimiento de la disidencia, pues era el gobierno de Javier Duarte, en el que la falta de pagos en prestaciones y el retraso en sus depósitos bancarios motivó una serie de protestas y facilitó la alianza entre grupos.
Zenyazen Escobar fue electo el primer vocero del movimiento, y en 2016 resultó diputado plurinominal por Morena. “Sin embargo, no cumplió con el respaldo a la organización y quería todos los beneficios del control político sin ningún compromiso”, comentó una fuente magisterial.
Ahora el legislador es uno de los posibles cuadros en el gobierno local de Morena para la Secretaría de Educación de Veracruz, pero sin el respaldo de sus compañeros.
En varios estados, el movimiento se ha bifurcado en dos o tres grupos, como lo que ha sucedido en Nuevo León, Tabasco, Sonora, Tlaxcala, Puebla y en algunos casos como en Durango, donde ya existen siete organizaciones disidentes.
En Nuevo León, Antonio Cota, uno de los fundadores de la disidencia magisterial, abandonó las filas del CNTE y comenzó a apoyar al Partido del Trabajo, a las Redes Sociales Progresistas (RSP) y a la nueva organización Maestros por México, que también empezó a prometer en los estados la desaparición de la Reforma Educativa.
Sin embargo, Antonio Cota no ha sido expulsado del movimiento, es protegido desde Ciudad de México y ya fue abandonado por sus compañeros. Él ahora fundó la “CNTE clasista”, en ironización a la división de profesores en el estado, donde no ha podido juntar ni 20 militantes. Sin embargo, ha significado división interna.
›La aparición de las RSP en los 32 estados de la República les mostró que el grupo de los impulsores de Elba Esther Gordillo no desaparecieron ni perdieron presencia en el país. Y con la irrupción de Maestros por México, en marzo de 2018, el terreno ganado por la CNTE podría irse diluyendo ante los divisionismos locales en territorios de tradición sindicalista.
El domingo 28 de octubre los líderes regionales fueron convocados por la oficina del Andrés Manuel López Obrador y Esteban Moctezuma. En ese encuentro el Presidente electo se comprometió a reunirse periódicamente con la representación de la CNTE, “cuando fuera necesario” y con la Comisión Única de Negociación conformada por 43 delegados.
Además de la abrogación de la Reforma Educativa y la desaparición del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE), uno de los temas a discutir con el nuevo gobierno será el manejo de la nómina magisterial que actualmente es controlada por la Federación, así como programas paralelos como Escuelas al Cien y Escuelas de Tiempo Completo.
“Nos citaron, pero sólo fue una reunión amena, una pequeña charla y la invitación para continuar con las mesas de trabajo. Tendría que quedar una comisión en los próximos días que será la que llevará el tema durante las siguientes semanas”, mencionó uno de los asistentes a la junta en la casa de transición de la Colonia Roma.
La Coordinadora aún se opone a la Reforma Educativa, aunque el equipo de transición ya comenzó a manejar una posible “evaluación voluntaria”, como establecieron en un comunicado. Además de que rechazan el regreso de Elba Esther Gordillo al SNTE; sin embargo, eso quedará al criterio de “la libertad sindical”.
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