Los últimos 10 años la letalidad del narcotráfico ha tomado escalas históricas, destacando entre ellas la existencia de las fosas clandestinas, destino final de cientos de personas ejecutadas en México.
A dónde van los desaparecidos, es un trabajo de investigación que registra las 2 mil fosas clandestinas que hay en México y los hallazgos de restos humanos entre 2006 y 2016. La cifra es mayor a la presentada por las autoridades federales.
El trabajo realizado por periodistas mexicanos: Alejandra Guillén, Mago Torres y Marcela Turati* con el apoyo de Quinto Elemento: Laboratorio de Investigación Periodística y Open Society Foundations, arroja luz en uno de los temas más complicados para el gobierno mexicano y la sociedad que busca a sus desaparecidos.
La investigación periodística arrojó datos importantes en el destino de los cuerpos de los desaparecidos.
Entre 2006 y 2016:
Se localizaron 1 mil 978 entierros clandestinos, en 24 entidades federativas.
2 mil 844 cuerpos fueron encontrados en estos puntos, entre ellos 324 cráneos, 217 osamentas y 799 restos óseos y miles de partes de huesos que no se ha determinado el origen de estos.
Se han podido identificar 1 mil 738 víctimas, esto con auxilio del soporte informático federal.
El incremento en de las fosas clandestinas, detalla la investigación se dio durante la llamada "guerra contra las drogas", esto desencadenó que uno de cada siete municipios en el país tuviera que cavar hoyos para ocultar a sus muertos.
Por lo menos en 373 municipios del país los criminales desaparecieron a sus víctimas en fosas.
La geografía de las necrópolis
La confrontación de bandos rivales por control de las rutas del narcotráfico acentuó el número de ejecuciones y de desapariciones, regiones padecieron periodos muy complicados para la sociedad civil. Los datos oficiales arrojan cifras escalofriantes en los corredores donde el narco busca mantener su control.
El municipio de Veracruz en Veracruz, en los 11 años de estudio localizó 125 fosas, 290 cráneos. En el predio conocido como Colinas de Santa Fe se han rescatado 22 mil 79 restos óseos. La autoridad no ha podido determinar a cuantas personas corresponden.
San Fernando, Tamaulipas, esta localidad ubicada en un cruce carretero importante de ese estado norestense registró 139 fosas con 190 cuerpos y restos óseos en el mismo periodo.
La pesadilla llegó en 2008, cuando los juarenses experimentaron una crecida de violencia jamás vista en la frontera de Ciudad Juárez, Chihuahua. Solo en esa municipalidad suman 58 fosas, aunque en los municipios rurales próximos del área conocida como el Valle de Juárez la cifra crece en esa región.
El 2010 fue un año definitivo para Acapulco, Guerrero, la localidad porteña más grande del Pacífico Sur tiene 108 fosas.
Durango capital es una de las localidades con una de las cifras más altas de recuperación de cadáveres de fosas. Solo en Durango durante un año se encontraron 350 cuerpos. Ese estado es el que lidera en la localización de cuerpos, además de sumar 460 fosas en 7 años.
Los estados que encabezan el número de fosas exhumadas en el lapso estudiado son: Veracruz (con 332); Tamaulipas (280); Guerrero (216); Chihuahua (194); Sinaloa (139); Zacatecas (138); Jalisco (137); Nuevo León (114); Sonora (86); Michoacán (76); San Luis Potosí (65).
En el caso del estado de Morelos, la entidad mantuvo en secreto las fechas del hallazgo de sus 21 fosas, además omitió mencionar en su lista las fosas de Tetelcingo, estos cementerios fueron creados de forma irregular por la propia fiscalía. Fue a ese sitio a donde enviaron cuerpos que deberían haber ido a fosa común hasta 2016, cuando se hizo pública su existencia.
Los estados con más cuerpos contabilizados en fosas son: Durango (497); Chihuahua (391); Tamaulipas (336); Guerrero (325); Veracruz (222); Jalisco (214); Sinaloa (176); Michoacán (132); Nuevo León (119); Sonora (96); Zacatecas (81).
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