Uno de los negocios
más rentables
en México, al
que pocos tienen
acceso, es el de la
“defensa de los intereses” de los
trabajadores; los líderes sindicales
en México, a base de negociaciones
con las estructuras de
poder, han podido conformar
una clase social y política aparte:
viven como reyes y son inamovibles.
Su perpetuidad y enriquecimiento
se encuentra amparada
en el laxo marco jurídico
que no obliga a los sindicatos a
la rendición de cuentas.
A la fecha,
la transparencia es solo un
recurso opcional al que pueden
acogerse o no las centrales gremiales
de todo el país.
Pocos han sido los sindicatos
que se ha acogido al reclamo
social de la rendición de cuentas.
El propio Oscar Mauricio
Guerra Ford, comisionado del
Instituto Nacional de Transparencia,
Acceso a la Información
y Protección de Datos Personales
(INAI) ha reclamado la apertura
de los sindicatos, como un
instrumento para el fortalecimiento
de esas organizaciones
gremiales.
“Un sindicato que no es
transparente, que no rinde
cuentas, es débil hasta para sus
propios agremiados”, dijo Guerra
Ford, en ocasión del foro
“Avances y Retos de la Transparencia
en los Sindicatos”, celebrado
a instancias del INAI, para
incluir a los órganos gremiales
dentro de la Plataforma Nacional
de Transparencia (PNT).
Pero la propuesta de transparencia
lanzada por el INAI
apenas el año pasado, no ha
sido atendida por los sindicatos;
de las mil 694 agrupaciones
obreras que están registrados
en el Sistema de Consulta de
Registro de Asociaciones de la
Secretaría del Trabajo y Previsión
Social (STPS), solamente
132 de ellas han informado pú-
blicamente de cambios de sus
directivas.
Del manejo de fondos, ni
hablar.
Del total de sindicatos
que operan en México, 147 de
ellos reciben fondos públicos,
lo que los convierte en sujetos
obligados para la rendición de cuentas, pero eso parece no importarles,
pues no responden
transparentemente a las solicitudes
de información sobre el
manejo de ese dinero.
Reporte Indigo solicitó, vía
el INAI, información a 118 sindicatos
sobre el manejo de los
fondos públicos recibidos, 89
de ellos respondieron en diversos
sentidos, pero sin explicar
claramente en uso detallado de
los fondos, otros 29 gremios ni
siquiera respondieron a la solicitud
de información.
Por esa razón, las fortunas
acumuladas por algunos de
los dirigentes sindicales dejan
muchas dudas. En México no
existe ningún mecanismo legal
que obligue a los dirigentes gremiales,
muchos de ellos con dé-
cadas al frente de las centrales
obreras, a explicar el origen de
sus fortunas y el sostenimiento
de sus formas de vida.
El ejemplo clásico del sindicalismo
oscuro y perpetuo
se encuentra en la dirigencia
nacional de los trabajadores de
Petróleos Mexicanos (PEMEX),
en donde Carlos Antonio Romero
Deschamps, que cumplirá
22 años al frente de esa organización
gremial, mantiene una
vida onerosa y llena de lujos.
La forma de vida del líder del
sindicato petrolero, contrasta
con la que llevan la mayoría de
los trabajadores que representa,
en donde estimaciones del
líder disidente de esa misma organización
obrera, Miguel Arturo
Flores Contreras, apunta que
seis de cada 10 trabajadores petroleros
viven en condiciones
de pobreza.
NOTA RELACIONADA:
Miguel Arturo Flores Contreras
encabeza el Movimiento
Nacional Petroleros Activos en
Evolución por un México Nuevo,
desde donde se pretende un
proceso para sacar a Carlos Romero
Deschamps de la dirigencia
sindical y “limpiar al sindicato
de la corrupción, abusos de
poder y violación de los derechos
laborales que lo pernea”
fuente.-ReporteIndigo/EdicionImpresa
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