Visitanos tambien en:

domingo, 20 de abril de 2025

“OIGAN y SI MEJOR las EVITAMOS ?”: “BECKY PROPONE KIT FORENSE para FACILITAR a la AUTORIDAD la IDENTIFICACION de NUESTROS RESTOS el DIA que NOS DESAPAREZCAN”…pero eso es lo unico que deberia desaparecer.


En México, donde más de 127,000 personas permanecen desaparecidas,13,426 en Tamaulipas,el segundo mas peligroso en este segmento del delito en Mexico, la bióloga y activista Becky Bios ha propuesto una solución individual ante un problema sistémico: un kit forense personal. 

Esta iniciativa, que ha generado tanto adeptos como críticos, plantea una disyuntiva entre la preparación para una eventual desaparición y la urgencia de abordar las causas estructurales que permiten que las desapariciones sean un fenómeno tan extendido en el país. 

Nuestro análisis busca examinar los méritos de la propuesta publicada por el Diario Español,EL PAIS,en medio del debate que ha generado en un contexto donde la crisis forense y la impunidad ,perpetúan uno de los problemas más dolorosos que enfrenta la sociedad mexicana bajo la incapacidad y complicidad de todos los niveles de la pudrición politica y gubernamental. 

La crisis de desapariciones en México: Un problema sistemático

México enfrenta una emergencia humanitaria de proporciones alarmantes. Según datos de la Secretaría de Gobernación, más de 127,307 (…al dia de hoy) personas permanecen en paradero desconocido. Esta crisis ha sido calificada por la ONU como “sistemática y generalizada”, aunque el gobierno mexicano ha intentado minimizar su magnitud, llegando incluso a sugerir que las denuncias forman parte de una “estrategia para descarrilar” a la administración actual.

El problema se agrava con lo que algunos expertos denominan “crisis forense”. Las autoridades han reconocido la existencia de entre 26.000 y 36.000 restos humanos sin identificar en servicios médicos forenses, panteones ministeriales y fosas comunes a lo largo del país. Esta situación refleja no solo la magnitud del problema de las desapariciones, sino también las graves, muy graves deficiencias institucionales para dar respuesta a las familias que buscan a sus seres queridos.

Las desapariciones en México responden a múltiples factores, pero es la actividad del crimen organizado, la corrupción institucional y la intervención directa o indirecta de agentes estatales, incluido el ejercito , la Marina y hasta gobernadores,quienes operan la exitosa fabrica de “levantones” perpetuada bajo el humanismo cuatrero.

Como señalan algunos estudios, “las desapariciones ocurren frecuentemente con la intervención directa e indirecta de agentes gubernamentales”. Esta realidad ha llevado a una profunda desconfianza en las instituciones y ha motivado respuestas ciudadanas ante la percepción de abandono estatal.

El kit forense de Becky Bios: Una respuesta desde la sociedad civil

Becky Bios, bióloga molecular y maestra en Ciencias forenses por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha desarrollado como parte de su trabajo académico un “kit forense” que busca facilitar la identificación de personas en caso de desaparición. Este proyecto surge de su experiencia personal como víctima de intento de feminicidio y de su trabajo como activista.

El kit, que tiene una duración de cinco años, contiene elementos clave para la identificación forense:

  • Huellas dactilares completas
  • Mechones de cabello con raíz
  • Uñas de manos y pies
  • Muestras de hisopado bucal para ADN
  • Fotografías actualizadas cada seis meses
  • Ficha para búsqueda con características físicas
  • Prenda de vestir usada (para binomios caninos)
  • Odontograma con el mapa dental completo

Según Bios, este kit fue concebido como “una herramienta de prevención y precaución por si llegara a desaparecer alguien cercano a nosotros”. La activista explica que notó que en casos de feminicidio, frecuentemente la antesala es la desaparición, lo que la llevó a buscar formas de facilitar los procesos de identificación y búsqueda.

El proceso de recolección genética propuesto por Bios cuenta con respaldo académico, incluyendo la supervisión de sus docentes en la UNAM y el trabajo previo del licenciado en ciencia forense Carlos Uriel Hernández Figueroa sobre la “Obtención de perfiles genéticos mediante polimorfismos”[1]. Su objetivo declarado es “acercar la genética a la población”.

El fenómeno viral: De la academia a las redes sociales

La propuesta de Bios ha trascendido el ámbito académico, convirtiéndose en un fenómeno viral en redes sociales. Diversos usuarios, particularmente mujeres jóvenes, han compartido tutoriales sobre cómo crear sus propios kits forenses caseros.

Una tiktoker conocida como “La Prota Feminista” publicó un video que acumuló más de 3.4 millones de reproducciones, donde muestra cómo tomar sus propias huellas dactilares usando lápiz y cinta adhesiva. En la descripción del video, argumenta: “Evidentemente la mayoría de las personas que me siguen son mujeres pero de hecho todos deberíamos hacer un kit forense, ya se demostró que las personas a las que les pasa algo no es porque ‘andaban en algo’… a veces solo iban a comprar un horno, iban a una entrevista de trabajo o iban regresando de la escuela”.

Este fenómeno refleja el miedo cotidiano que experimentan muchas personas, especialmente mujeres, ante el riesgo de desaparición. Comentarios en estos videos reflejan experiencias personales, como el de una usuaria que señaló: “Me mudé de ciudad, y con lágrimas en los ojos dejé en casa de mi mamá mi kit forense y sí, fue horrible hacerlo”.

Adeptos y detractores: El debate sobre los kits forenses

La iniciativa de Bios ha encontrado tanto apoyo como críticas. Entre quienes han adoptado la propuesta se encuentra Berenice Ayala, una joven de 23 años de Puebla que creó su propio kit y lo mantiene guardado en un lugar conocido solo por personas de su confianza. Ayala considera que “definitivamente, es un problema que se necesita atender [la inseguridad] y que no tiene una solución pronta. Es un tema bastante complejo y, mientras tanto, no nos queda de otra más que cuidarnos y prevenir lo más posible”.

Otro caso es el de Florencio Bautista, un hombre de 66 años del Estado de México, quien ve el kit como una “medida de seguridad” especialmente útil considerando su edad y discapacidad visual.

Sin embargo, la propuesta también ha generado críticas significativas. Algunos especialistas en criminalística y colectivos de búsqueda han señalado que este tipo de iniciativas pueden “normalizar” la crisis humanitaria. La Unión y Red Nacional de Búsqueda de Personas ha manifestado su preocupación: “Genera molestia porque lejos de solicitar que el Estado asuma su responsabilidad, le deja la responsabilidad a la sociedad de la identificación de personas desaparecidas y localizadas sin vida […] Estas acciones promueven miedo”.

El colectivo Casi Creativos ha expresado un sentimiento compartido por muchos: que ninguna persona debería tener que prepararse para su propia desaparición. En sus palabras: “Duele porque lo entendemos. Porque muchas ya lo han hecho. Porque muchas ya no están”. Añaden que estos kits “creados desde el miedo y el amor, no son una exageración: son una respuesta desesperada ante un país donde buscar a una hija, una amiga, una hermana… se ha vuelto parte de la rutina”.

Entre la autoprotección y la responsabilidad estatal

El debate sobre los kits forenses refleja una tensión fundamental entre las estrategias de autoprotección ciudadana y la responsabilidad del Estado en garantizar la seguridad de sus habitantes. Por un lado, estas iniciativas pueden verse como una forma pragmática de enfrentar una realidad dolorosa, proporcionando herramientas concretas a las familias en caso de desaparición.

Ante las críticas, Becky Bios ha defendido su propuesta argumentando que no busca normalizar las desapariciones: “La razón de este kit no es, para nada, con el objetivo de normalizar la desaparición. Esa nunca ha sido mi intención. De hecho, todo lo contrario. Estoy proponiendo a las familias mexicanas que puedan tener un instrumento, una herramienta que les pueda ayudar a que busquen con mayores recursos a sus familiares en caso de una adversidad”.

Sin embargo, su declaración “Es claro que el Estado no puede cuidarnos, así de plano” refleja un reconocimiento implícito del fracaso institucional que ha llevado a los ciudadanos a buscar soluciones por cuenta propia. Esta afirmación encarna el dilema central: ¿deben los ciudadanos adaptarse a vivir con miedo y prepararse para lo peor, o debería enfocarse la energía social en exigir que el Estado cumpla con su obligación fundamental de proteger la vida y seguridad de las personas?

La crisis forense y sus implicaciones

El problema no es solo la desaparición de personas, sino también las graves deficiencias del sistema forense mexicano para identificar a quienes son localizados sin vida. 

Esta “crisis forense” se caracteriza por la fragmentación de la información entre instituciones, problemas de volumen en el procesamiento de casos, y carencias en infraestructura y equipamiento. Las autoridades han reconocido estas deficiencias y han prometido priorizar las tareas de búsqueda e identificación, aunque los avances concretos han sido limitados.

En este contexto, propuestas como el kit de Bios pueden ayudar a agilizar la identificación de personas desaparecidas al proporcionar muestras de referencia directa. Sin embargo, también evidencian una adaptación ciudadana a un problema que debería ser abordado desde una perspectiva estructural e institucional.

¿Prevenir desde la raíz o prepararse para lo peor?

La pregunta planteada en el título de consulta, “¿Y SI MEJOR las EVITAMOS?”, apunta a la necesidad de soluciones preventivas que ataquen las causas del problema, en lugar de medidas paliativas para gestionarlo. Este es quizás el punto más crítico del debate.

Las desapariciones en México persisten por múltiples razones, entre ellas “su naturaleza clandestina, la construcción de personas ‘desechables’, la utilidad de la política económica, y la pérdida ambigua como control social” . Abordar estas causas requiere transformaciones profundas en las instituciones y políticas públicas.

Sin embargo, mientras estas transformaciones no ocurren, muchas personas se enfrentan al dilema de cómo protegerse a sí mismas y a sus seres queridos en un contexto de riesgo constante. Los kits forenses representan una respuesta pragmática ante una realidad dolorosa, pero no deben sustituir la exigencia ciudadana de un Estado que garantice seguridad y justicia.

Conclusión: Entre el pragmatismo doloroso y la exigencia de cambio

El kit forense propuesto por Becky Bios y su adopción por parte de diversos sectores de la sociedad mexicana refleja una adaptación dolorosa pero pragmática a una crisis humanitaria que el Estado no ha podido o querido resolver. Su existencia misma es un testimonio de la magnitud del problema de las desapariciones en México y de la desconfianza ciudadana en las instituciones.

La disyuntiva no debería plantearse como una elección excluyente entre prepararse para lo peor o exigir que las desapariciones cesen. En el contexto actual, ambas aproximaciones son necesarias. Los kits forenses pueden proporcionar una herramienta útil para las familias que enfrentan la pesadilla de la desaparición de un ser querido, mientras que la presión social y política debe mantenerse para transformar las condiciones que permiten que estas desapariciones ocurran.

Como señala el colectivo Casi Creativos, estos kits “no son un llamado a vivir con miedo. Es una herida abierta. Una que se siente todos los días. Y que todavía no cierra”. Quizá el mayor valor de iniciativas como la de Becky Bios no sea solo su utilidad práctica, sino su capacidad para mantener visible una crisis que no debe normalizarse, y cuya solución requiere un compromiso social e institucional que aún está pendiente.

Con informacion: DIARIO ESPAÑOL/ELPAIS/ANDRES RODRIGUEZ/RNPDNLO

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Tu Comentario es VALIOSO: