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sábado, 26 de abril de 2025

“NO se GOBIERNAN NI ELLOS”:”INICIATIVA de LEY REGRESIVA y RETOGRADA ENFRENTA OTRA VEZ a MONREAL y ADAN AUGUSTO REGRESIVOS y RETROGRADOS”…ya se ve que no fue lo mismo el Chano de Macuspana,que Juana”.


La discusión en torno a la nueva Ley de Telecomunicaciones en México revela varios matices de desencuentro entre los actores políticos y sociales involucrados, en el contexto de una iniciativa percibida por diversos sectores como regresiva o incluso retrógrada.

Desencuentros y tensiones identificadas:

  • Contradicciones en la conducción legislativa:
    El presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, aseguró inicialmente que la ley se discutiría en el Pleno el lunes, mostrando intención de avanzar rápidamente en el proceso legislativo. 
  • Sin embargo, Adán Augusto López, jefe de la bancada de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), intervino para solicitar formalmente que el dictamen fuera retirado del orden del día, abriendo así un compás de espera y diálogo.
  • Esta intervención evidencia diferencias de ritmo y enfoque entre liderazgos internos de Morena y el propio Senado.
  • Presión desde el Ejecutivo y respuesta legislativa:
    La presidenta Claudia Sheinbaum, ante la polémica y críticas por posibles riesgos de censura y concentración de poder, instó públicamente a mejorar la redacción de la ley, incluso sugiriendo la eliminación o modificación del polémico artículo 109, que otorga facultades discrecionales para bloquear plataformas digitales.
  • La reacción del Senado, acatando la instrucción y posponiendo la votación, muestra una dinámica de tensión entre la urgencia legislativa y la necesidad de legitimidad y consenso social.
  • Oposición y sociedad civil en alerta:
    La oposición y representantes de la industria han manifestado abiertamente su preocupación por el regreso de facultades regulatorias al Ejecutivo tras la desaparición del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), interpretando la reforma como un retroceso en materia de autonomía y libertad de expresión. 
  • El artículo 109, en particular, es visto como una puerta abierta a la censura estatal, pues carece de definiciones claras sobre las causales y procedimientos para bloquear plataformas digitales. La reacción social ha sido intensa, recordando la movilización de 2014 cuando se discutió la ley original de telecomunicaciones.
  • Oficialismo dividido entre defensa y rectificación:
    Mientras sectores del oficialismo defienden la reforma bajo el argumento de la soberanía tecnológica y la protección frente a propaganda extranjera, otros actores dentro de Morena han respaldado la apertura del debate y la revisión de los puntos más controvertidos, mostrando fisuras internas y la necesidad de construir consensos más amplios.
  • Promesa de diálogo, pero bajo presión:
    El anuncio de abrir un “ejercicio de diálogo” con los actores del sector, especialistas y la sociedad civil, aunque presentado como un avance democrático, surge en realidad como respuesta a la presión social y mediática, así como a las advertencias de la oposición y de la propia presidenta. 
  • El proceso legislativo se ralentiza para evitar un mayor desgaste y buscar legitimidad, pero el trasfondo es la falta de acuerdo sobre el alcance y los riesgos de la reforma.

Ponderación: ¿Ley retrógrada o ajuste necesario?

La percepción de que la ley es retrógrada se sustenta en varios elementos:

  • Concentración de poder en el Ejecutivo: El retorno de facultades regulatorias al gobierno federal, tras la extinción del IFT, es visto como un retroceso respecto al modelo de órganos autónomos creado para evitar la injerencia política en el sector.
  • Ambigüedad y riesgos de censura: La falta de claridad en los supuestos para bloquear plataformas digitales y la discrecionalidad otorgada a la nueva Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones alimentan el temor a restricciones a la libertad de expresión y a la pluralidad informativa.
  • Resistencia social y pluralidad de voces: La reacción crítica de la oposición, la industria y la sociedad civil, así como la apertura forzada al diálogo, muestran que la iniciativa no cuenta con el consenso necesario y enfrenta resistencias similares a las vividas en reformas previas.

En resumen, la discusión de la Ley de Telecomunicaciones exhibe desencuentros significativos entre actores clave QUE DEJAN CLARO QUE NI ELLOS SE GOBIERNAN.

Las diferencias de enfoque y ritmo dentro del oficialismo, presión del Ejecutivo sobre el Legislativo, resistencia de la oposición y la sociedad civil, exhiben una percepción generalizada de que la reforma representa un retroceso en materia de autonomía, transparencia y derechos digitales. 

Con informacion: ELNORTE/

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