El arribo del destructor estadounidense USS Gravely al puerto de Veracruz el pasado 25 de abril sacudió el ambiente político, mediático y social en México. Aunque la Secretaría de Marina (Semar) insistió en que se trató de una escala logística programada -para abastecer 900,000 litros de combustible, recibir suministros y permitir el descanso de la tripulación- la magnitud del buque y el contexto de tensiones bilaterales encendieron las alarmas y especulaciones.
La presencia de un buque de guerra de estas características, anclado en el muelle 9 sur, aledaño a la fortaleza de San Juan de Ulúa, no es un suceso cotidiano. La escala ocurrió mientras la relación México-Estados Unidos atravesaba momentos de fricción por aranceles y acusaciones sobre el tráfico de fentanilo, lo que amplificó el impacto público del evento.
El USS Gravely, con sus 155.7 metros de eslora, 20.2 metros de manga y una dotación de 291 personas, simboliza el músculo naval estadounidense y su capacidad de proyección en la región.
¿Parada rutinaria o mensaje estratégico?
La Semar y fuentes oficiales mexicanas han sido consistentes en señalar que la visita del USS Gravely se realizó bajo estrictos protocolos de derecho internacional, la Ley Federal del Mar y acuerdos de cooperación internacional. Se enfatizó que el atraque contó con los permisos necesarios y que no representa riesgo alguno para la soberanía nacional. Esta justificación se alinea con prácticas habituales de asistencia logística entre armadas aliadas.
¿Inconsistencias o elementos sospechosos?
- Momento político: La llegada coincide con una escalada de tensiones bilaterales y un despliegue inusual de activos militares estadounidenses en el Golfo de México, bajo órdenes ejecutivas del presidente Trump para reforzar la seguridad fronteriza y combatir el narcotráfico y la migración irregular. La coincidencia temporal ha llevado a interpretaciones de que la escala podría tener un trasfondo de presión política o demostración de fuerza, más allá de la logística rutinaria.
- Magnitud y capacidades del buque: El USS Gravely no es un barco de apoyo logístico, sino un destructor de misiles guiados, equipado con el sistema de combate Aegis, misiles Tomahawk, Standard y antisubmarinos, así como helicópteros MH-60R. Su despliegue para tareas logísticas parece desproporcionado frente a su capacidad real de combate, lo que refuerza la percepción de un mensaje estratégico.
- Falta de información previa: Hasta el 27 de abril, el gobierno mexicano no había emitido información pública sobre la llegada del buque, lo que alimentó rumores y suspicacias en redes y medio. Sin embargo, la presidenta Claudia Sheinbaum aclaró que la visita fue notificada y autorizada, y que el buque no operó en aguas mexicanas antes de su arribo a puerto.
- Desembarco de tripulación: No hay confirmación oficial de que la tripulación haya desembarcado, lo que sugiere que la estancia se limitó estrictamente a operaciones logísticas y de descanso a bordo.
Conclusión del análisis
No existen pruebas directas de que la parada haya violado la soberanía mexicana o los protocolos internacionales. Sin embargo, el contexto político y el perfil del buque hacen que la versión de una simple escala logística, aunque legal y documentada, resulte insuficiente para disipar todas las dudas sobre los objetivos reales del despliegue. La escala del USS Gravely en Veracruz, aunque validada por la normativa internacional, se percibe como un acto con peso simbólico y estratégico en la coyuntura actual.
El tremendo buque: USS Gravely (DDG-107)
El USS Gravely es un destructor de misiles guiados de la clase Arleigh Burke, uno de los buques más avanzados y versátiles de la Armada de Estados Unidos. Comisionado en 2010 y nombrado en honor al vicealmirante Samuel L. Gravely Jr., el primer afroamericano en comandar un buque de guerra estadounidense, el Gravely ha participado en misiones de combate en el Mediterráneo, el Mar Rojo y el Golfo de Adén, enfrentando amenazas como drones hutíes y operaciones antinarcóticos.

Características técnicas destacadas:
- Eslora: 155.7 metros
- Manga: 20.2 metros
- Desplazamiento: 9,200 toneladas
- Velocidad máxima: 56 km/h (30 nudos)
- Dotación: 40 oficiales, 245 suboficiales y 6 civiles (312 personas en total)
- Armamento: Misiles Tomahawk, Standard, antisubmarinos, cañones, sistemas de defensa cercana
- Tecnología: Sistema de combate Aegis, radares multifunción, capacidad para helicópteros MH-60R.
El USS Gravely está diseñado para operaciones de defensa aérea, antisubmarina y de superficie, así como para misiones de interdicción marítima, lo que lo convierte en un activo estratégico para cualquier despliegue naval estadounidense.
El USS Gravely tiene un desplazamiento aproximado de 9,200 toneladas en carga completa, lo que equivale a poco más de 9,300 toneladas métricas. Este desplazamiento representa el peso total del buque junto con su tripulación, armamento, combustible, suministros y demás equipos a bordo.
El desplazamiento es un dato clave en la arquitectura naval, ya que indica la cantidad de agua que el buque desplaza al estar completamente cargado, y es una medida directa de su peso real en esas condiciones. En el caso del USS Gravely, este peso lo ubica entre los destructores más grandes y sofisticados del mundo, capaz de operar durante largas misiones en alta mar y portar una amplia gama de sistemas de armas y sensores avanzados.
¿Cuánto combustible puede cargar el USS Gravely?
El tema del reabastecimiento de combustible para un buque como el USS Gravely revela mucho sobre sus capacidades y sobre la logística naval moderna.

El USS Gravely, como destructor clase Arleigh Burke, tiene una capacidad de almacenamiento de combustible de aproximadamente 450,000 galones estadounidenses de diésel marino (unos 1.7 millones de litros). En la escala reportada por la SEMAR, en Veracruz se abasteció con 900,000 litros, es decir, aproximadamente la mitad de su capacidad máxima, lo cual es coherente con una escala logística estándar para continuar operaciones prolongadas.
¿Por qué es tan importante el reabastecimiento?
- Autonomía operativa:
El combustible determina cuánto tiempo puede permanecer el buque en el mar sin necesidad de regresar a puerto. Un destructor como el Gravely puede navegar más de 4,400 millas náuticas(unos 8,150 km) a velocidad de crucero antes de requerir reabastecimiento. - Flexibilidad táctica:
La capacidad de reabastecerse en puertos aliados o amigos (como México) permite a la Marina de EE.UU. mantener una presencia continua en regiones estratégicas, responder rápidamente a crisis y participar en misiones de patrullaje, interdicción o ayuda humanitaria. - Logística multinacional:
El hecho de que el Gravely reciba combustible en Veracruz evidencia la cooperación logística entre México y EE.UU. y la confianza mutua para permitir operaciones de este tipo en puertos nacionales.
¿Cómo se realiza el reabastecimiento?
El proceso de cargar combustible en puerto es meticuloso y se realiza bajo estrictos protocolos de seguridad. El buque se conecta a las instalaciones portuarias mediante mangueras especiales y sistemas de bombeo de alta capacidad. La operación puede tomar varias horas, dependiendo del volumen a transferir y las condiciones del puerto.
Datos relevantes:
- Tipo de combustible: Diésel marino (F-76), un combustible especializado para motores navales.
- Volumen en Veracruz: 900,000 litros (según SEMAR).
- Tiempo estimado de carga: Entre 6 y 12 horas, dependiendo del flujo y la logística local.
Conclusión
El reabastecimiento de combustible es una operación crítica para la autonomía y el alcance de buques de guerra como el USS Gravely. La escala en Veracruz permitió al destructor estadounidense recargar aproximadamente la mitad de su capacidad máxima, asegurando su capacidad para continuar patrullando y operando en el Golfo de México y áreas cercanas, y demostrando la importancia de la cooperación logística internacional entre México y EE.UU.
Con informacion: ELNORTE/ MEDIOS/ REDES

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