Un tío y un amigo de toda la vida de los hermanos López Beltrán fueron piezas centrales para que Pemex aumentara los millonarios contratos a la empresa petrolera Baker Hughes mientras la casona en Houston de uno de sus ejecutivos era habitada por el hijo del presidente de México.
El tío es el tabasqueño José Eduardo Beltrán Hernández. Le dicen “El Chelalo”. Él es consejero “independiente” de Pemex, nombrado por el gobierno de López Obrador. El Chelalo comparte el apellido Beltrán con los hijos del presidente porque es, en efecto, su tío. Según fuentes oficiales, el consejero Beltrán Hernández fue activo impulsor de ampliarle los contratos a Baker Hughes en 2019: cabildeó que prácticamente sin estudios ni justificación se votara en el Consejo de Petróleos Mexicanos dar facultad a que se firmara.
VIERNES, 28 DE ENERO DE 2022
El amigo de toda la vida se llama Abraham David Alipi Mena, y era el número dos de Pemex Exploración y Producción (PEP). Manejaba todo: contratos, pagos, proveedores, desde alimentos hasta ductos. Alipi es también tabasqueño, amigo de Andrés Manuel López Beltrán, “Andy”, el hijo del presidente que tiene más influencia dentro del gobierno. En 2020, Alipi viajó al Super Bowl en el avión privado de unos empresarios contratistas de Pemex. Después de que se reveló el escándalo, el presidente lo exoneró en la mañanera: claro, lo conoce desde hace años, es uno de los mejores amigos de su hijo.
Andy y Alipi solían realizar animadas comidas en el restaurante Dante de Polanco en la Ciudad de México, y no tenían empacho en contar sus planes dentro del gobierno: Andy López Beltrán colocó a su amigo Alipi en PEP, que es el área donde se mueve más dinero de la paraestatal.
A esas comidas asistía también Bernardo Bosch, quien se hizo fama de presumir sin recato sus viajes y fiestas VIP con el hijo del presidente. La entrada de Alipi al estratégico puesto en PEP tuvo de “avanzada” a Bosch y Miguel Lozada. Ellos iniciaron el sexenio ahí, pero tras un escándalo de corrupción por inconsistencias en sus declaraciones patrimoniales, a inicios de 2019 optaron por salirse de la administración y realizar negocios desde fuera. Salieron ellos, pero entró Alipi. Y luego Alipi se movió a otra jugosa área del gobierno: el Centro Nacional de Control de Gas Natural (Cenagas).
Pero eso sí, el presidente insiste en que “en este gobierno no tienen influencia mis hijos”.
Primero fue que “al parecer la señora tiene dinero”. Luego, que no, que todo era a crédito. Y ahora que siempre sí tiene dinero y pagó una renta de 120 mil al mes. Bofetada a la austeridad.
La señora que primero dijo que no sabía quién era el dueño de la casa, luego publicó un contrato donde venía el nombre del dueño. Entonces sí sabía: los dos trabajando en el sector energético, él tan alto ejecutivo, ella tan familia presidencial, ¿quién les cree que no sabían?
La autoexculpación: los imputados (Baker Hughes), en casa de los otros imputados (Pemex), se exoneran… con base en una investigación interna.
¿Conflicto de interés? Schilling sí era el dueño de la casa. Sí trabajaba en Baker. Baker sí tiene contratos con Pemex. Y el hijo y la nuera sí vivieron ahí.
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