Génesis, una mexicana de 21 años que estudia para ser paramédica, dona plasma dos veces por semana en esta ciudad fronteriza.
A menudo, narró, se desmaya, tiene migrañas y tiene entumecimiento en las extremidades. Cuanto más dona plasma, más débil se siente.
Al igual que miles de mexicanos que viven en la frontera con Estados Unidos, la joven no deja de acudir a vender su sangre, que se ha vuelto un modo de vida para muchos y llega a dejarles ingresos mensuales de 400 dólares (7 mil 600 pesos).
Un reportaje de ProPublica, una agencia de noticias estadounidense sin fines de lucro que investiga abusos de poder, y de la televisora alemana ARD exhibió el gran mercado de "donaciones" de plasma sanguíneo que existe en la frontera texana con México.
Además de pagos altos, las clínicas ofrecen bonos a mexicanos por traer a un familiar o un amigo.
Otros países, explicó ProPublica, limitan o prohíben las donaciones de plasma pagadas en una alta frecuencia por el riesgo a la salud que implica para las personas y para el control de calidad de los donantes.
La venta de plasma está prohibida en México desde 1987.
"En Estados Unidos", advirtió la agencia, "permiten que las empresas paguen a los donantes y ha perdido estándares comparativamente para controlar su salud".
Donar plasma con demasiada frecuencia, precisó la investigación, puede dañar el sistema inmune de un donante.
Pero Estados Unidos es el mayor exportador de plasma del mundo y la frontera con México es un lucrativo mercado.
Según datos oficiales, de los 805 centros de donación de plasma en Estados Unidos, 43 están ubicados a lo largo de la frontera con México.
Las clínicas fronterizas son las más productivas, ya que mientras que las del resto del país reciben alrededor de mil donaciones pagas por semana, los centros en la frontera cuentan con más de 2 mil 300.
También tienen el rango más alto en frecuencia de donantes porque encabezan la lista de centros con clientes que donan 75 veces o más por año.
El monto del pago puede depender del peso corporal, que determina la cantidad de plasma sanguíneo que se puede recolectar, así los donadores reciben de 20 a 40 dólares.
De los donantes, entre el 60 y 90 por ciento proviene de México, señaló ProPublica, que añadió que suelen usar visas de visitantes, por lo que podrían perder el documento.
Pese a las advertencias sobre los riesgos para la salud y de perder la visa, los mexicanos no dejar de acudir a vender su sangre.
A menudo, narró, se desmaya, tiene migrañas y tiene entumecimiento en las extremidades. Cuanto más dona plasma, más débil se siente.
Al igual que miles de mexicanos que viven en la frontera con Estados Unidos, la joven no deja de acudir a vender su sangre, que se ha vuelto un modo de vida para muchos y llega a dejarles ingresos mensuales de 400 dólares (7 mil 600 pesos).
Un reportaje de ProPublica, una agencia de noticias estadounidense sin fines de lucro que investiga abusos de poder, y de la televisora alemana ARD exhibió el gran mercado de "donaciones" de plasma sanguíneo que existe en la frontera texana con México.
Además de pagos altos, las clínicas ofrecen bonos a mexicanos por traer a un familiar o un amigo.
Otros países, explicó ProPublica, limitan o prohíben las donaciones de plasma pagadas en una alta frecuencia por el riesgo a la salud que implica para las personas y para el control de calidad de los donantes.
La venta de plasma está prohibida en México desde 1987.
"En Estados Unidos", advirtió la agencia, "permiten que las empresas paguen a los donantes y ha perdido estándares comparativamente para controlar su salud".
Donar plasma con demasiada frecuencia, precisó la investigación, puede dañar el sistema inmune de un donante.
Pero Estados Unidos es el mayor exportador de plasma del mundo y la frontera con México es un lucrativo mercado.
Según datos oficiales, de los 805 centros de donación de plasma en Estados Unidos, 43 están ubicados a lo largo de la frontera con México.
Las clínicas fronterizas son las más productivas, ya que mientras que las del resto del país reciben alrededor de mil donaciones pagas por semana, los centros en la frontera cuentan con más de 2 mil 300.
También tienen el rango más alto en frecuencia de donantes porque encabezan la lista de centros con clientes que donan 75 veces o más por año.
El monto del pago puede depender del peso corporal, que determina la cantidad de plasma sanguíneo que se puede recolectar, así los donadores reciben de 20 a 40 dólares.
De los donantes, entre el 60 y 90 por ciento proviene de México, señaló ProPublica, que añadió que suelen usar visas de visitantes, por lo que podrían perder el documento.
Pese a las advertencias sobre los riesgos para la salud y de perder la visa, los mexicanos no dejar de acudir a vender su sangre.
"Detenerse es un lujo que no puedo permitirme", dijo Génesis en el reportaje de ProPublica.
fuente.-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu Comentario es VALIOSO: