El lunes publiqué en estas páginas un texto sarcástico dedicado a Francisco Garduño, comisionado del Instituto Nacional de Migración, por llamar “fifís” a los policías federales que se quejaron de las lamentables condiciones de trabajo que enfrentan al realizar labores de control migratorio.
Forzado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, el comisionado tuvo que emitir una disculpa por sus desafortunadas palabras.
Bien por él, pero el hecho subyacente no ha cambiado: persiste el maltrato a los policías federales.
Lo sé porque, a raíz de la columna, recibí un gran número de mensajes de policías federales o de sus familiares, detallando los agravios que están sufriendo en el proceso de traslado a la Guardia Nacional.
Va una selección de esos mensajes, en la que omito, para seguridad de los remitentes, nombres y algunos datos de contexto:
“Un nuevo funcionario, que menciona que tiene 5 meses en la PF, le dijo a unos compañeros: “Yo seré el último en salir, seré el que cerrara la puerta de esta Institución”, “debido a su masa corporal pasarán al INM”, “tendrán otra opción... irán a Protección Federal”, “los que no quieran... podrán optar por el retiro”, “a ustedes les está yendo bien, los que siguen no tendrán la misma suerte”, “ahorita podrán tener opciones, estando fuera... acuérdense hasta de lo que no hicieron tendrán que responder” ...Sobre todo, esta última expresión se me hace delicada, una amenaza literal” (Mensaje de un policía federal)
“Soy una mujer de 86 años y mi hijo trabaja desde hace siete años en la Policía Federal. Él ingresó como empleado administrativo y nunca ha tenido academia o capacitación. Él no sabe usar armas, no conoce técnicas y tácticas policiales. Y hace diez días, le llamaron, para ordenarle que se presentara…. Al día siguiente, lo desplegaron y ahora está en un cuartel militar en el norte del país… Eso están haciendo con los trabajadores administrativos, los están desplegando, como es el caso de mi hijo … ¿Usted cree que así pueda combatir a los malos?” (Mensaje de la madre de un empleado administrativo de la Policía Federal)
“Muchas mujeres PF son madres solteras, se encuentran laborando en CDMX por necesidad y al tener que ser desplegadas a los estados tendrán que decidir entre renunciar y ver de qué manera seguirán llevando el sustento a sus familias o dejar a sus hijos solos, muchos de los cuales son menores.” (Mensaje de una policía federal)
“Ante las deficiencias logísticas (alojamiento y alimentación) que son necesarias para cualquier despliegue y desarrollo de cualquier operativo o para apoyar a cualquier otra institución, el personal de la Policía Federal se solidariza con otros compañeros federales y se ha visto en la necesidad de juntar recursos propios para ayudar a los compañeros que están desplegados en la frontera norte.” (Mensaje de un policía federal)
“Dentro de esta ‘Secretaría’ [de Seguridad y Protección Ciudadana] ves: injusticias, mala organización, abusos, oportunismo, negligencia, mal trato, violaciones a los derechos humanos, nepotismo, atropellos, humillaciones, injurias, etc. Lo malo es que, si vemos todo esto en el interior de la Institución, ¿cómo podremos servir a la ciudadanía? ¿Cómo se puede intentar ser garante de la seguridad si por dentro no tenemos garantizada nuestra seguridad y estabilidad laboral?” (Mensaje de un policía federal).
Puedo entender que se quiera dar un giro a la política de seguridad y subsumir a la PF en la Guardia Nacional. Lo que no entiendo es el maltrato y la humillación a las mujeres y hombres de la Policía Federal que, en su gran mayoría, han servido lealmente al país.
No es justo. No es decente. No es correcto.
Fuente.-alejandrohope@outlook.com.
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