“¡Pauten sin miedo, carajo!”, se escuchó en la oficina la voz de un hombre joven, una exclamación profusa e impaciente que retumbó por toda la casa. La queja provenía de Ricardo Rojo, coordinador de un grupo de jóvenes a quienes les encargó producir a destajo memes, videos y mensajes para intentar desvirtuar la imagen del entonces candidato a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador.
“¡El dinero no es de ustedes, así que métanle!”, gritó nuevamente Rojo, acompañando ahora la instrucción con un furioso puñetazo en la mesa, relató uno de los presentes.
Rojo se había irritado al saber que su brigada de trolls —quienes hasta ese momento habían pagado seis mil pesos, a lo más, por cada posteo que deseaban viralizar en las redes para debilitar la campaña del tabasqueño, que ya aparecía como puntero en la mayoría de las encuestas— no prosperaba.
“Recuerden —dijo Rojo a los jóvenes antes de marcharse—: Tenemos presupuesto ilimitado”, recordó la fuente.
A partir de ese momento, el equipo de Rojo llegó a pagar hasta 50 mil pesos por cada mensaje en Facebook, Twitter e Instagram que resaltara una mala mueca de López Obrador, un arranque contra algún adversario, un exabrupto de alguno de sus colaboradores o una liga de una noticia falsa, describió el informante.
En ese paquete entraron, por ejemplo, las millonarias propiedades que le achacaban, sus supuestos nexos con Nicolás Maduro o sus presumibles vínculos con el narcotráfico. Todos, temas construidos por ellos mismos.
Uno de los integrantes de ese equipo —a quien llamaremos Miguel Ángel para conservar su anonimato— además de su testimonio mostró a este semanario recibos de nómina, fotografías, correos electrónicos y mensajes que permiten reconstruir distintos momentos de los 18 meses que trabajó este grupo, el cual tenía el objetivo de mostrar la peor cara de López Obrador y así incidir en la elección presidencial.
ejecentral hizo contacto con las personas mencionadas en la trama antiAMLO para conocer su punto de vista y ejercer su derecho de réplica. Los que respondieron fueron las empresas Coppel y Grupo México, cuyos representantes dijeron que se abstendrían de opinar.
Los intelectuales Enrique Krauze y Fernando García Ramírez también contestaron a este medio y rechazaron haber participado en el plan.
Lo mismo pasó con el empresario Ricardo Rojo, la exaspirante presidencial por la vía independiente, Margarita Zavala, el empresario Alejandro Ramírez Magaña, de Cinépolis, quienes negaron estar implicados. Al cierre de esta edición no había contestado el exdiputado panista Jesús Ramón Rojo Mancillas.
Aunque el nombre Germán Martínez aparece como parte de la confabulación, el ahora director del IMSS asegura que no tuvo nada qué ver.
Autores intelectuales
Miguel Ángel contó que a mediados de 2016, dos años antes de las elecciones presidenciales, un grupo de empresarios e intelectuales se pusieron de acuerdo para lanzar una campaña negativa contra Andrés Manuel López Obrador, quien era entonces presidente del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y figuraba como el único candidato que, con seguridad, aparecería en la boleta electoral.
Francisco Agustín Coppel Luken, presidente y director general de Grupo Coppel; Alejandro Ramírez Magaña, director general de Cinépolis y entonces presidente del Consejo Mexicano de Negocios, y Germán Larrea Mota-Velasco, presidente del Consejo de Administración de Grupo México, proveyeron los recursos para financiar la campaña contra el tabasqueño, informó Miguel Ángel, quien tuvo acceso cotidiano a las reuniones de planeación y elaboró contenidos que él mismo califica como perniciosos contra López Obrador y sus colaboradores.
La fuente mostró a este periódico conversaciones por chat donde recibía las instrucciones de los adversarios del aspirante morenista, además de documentos, entre ellos los recibos que la empresa Coppel le expidió por el pago de sus servicios, los cuales contienen todos los datos fiscales de la empresa.
Miguel Ángel reveló que los encargados de concebir sitios de internet y perfiles de Facebook como Populismo Autoritario, Napoleopez y Prensa México —todos ellos con tratamientos adversos al hoy Presidente de la República—, así como de reclutar al personal que elaboraría los materiales, fueron el historiador Enrique Krauze, director de la revista Letras Libres y de Editorial Clío, y el crítico literario Fernando García Ramírez, brazo derecho de Krauze, cercano al empresario Coppel y actual columnista del diario El Financiero.
Para echar a andar la estrategia que buscaba descarrilar las aspiraciones de López Obrador se habilitó como centro de operaciones la casa ubicada en la calle de Berlín, número 245, en la colonia Del Carmen, alcaldía de Coyoacán, en la Ciudad de México, aunque también había células trabajando en Guadalajara, Jalisco.
Miguel Ángel dijo a ejecentral que los empresarios que patrocinaban el plan y Enrique Krauze jamás pisaron la sede de Berlín, pero sostenían reuniones mensuales en unas oficinas localizadas en Santa Fe, al poniente de la Ciudad de México.
Los nombres aportados por Miguel Ángel coinciden con los consignados por Tatiana Clouthier en su libro Juntos Hicimos Historia, en el que revela los resultados de sus propias investigaciones sobre el origen de la página PejeLeaks.org y la campaña cibernética contra López Obrador.
Fuente.-
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