Las autoridades en Colombia desmantelaron varias organizaciones internacionales de lavado de dinero que usaban correos humanos para ingerir dinero sucio y transportarlo desde México, una modalidad que proporciona más detalles sobre la relación entre organizaciones criminales de ambos países.
En operaciones conjuntas entre la Policía Nacional de Colombia y la Agencia de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE por sis siglas en inglés) en las ciudades de Bogotá, Medellín, Bucaramanga, Manizales, Pereira y Neiva, las autoridades detuvieron a 27 sospechosos de pertenecer a cuatro organizaciones transnacionales de lavado de dinero por el transporte de dólares entre México y el país suramericano.
El dinero se envolvía en cápsulas de látex y se ingería, según el anuncio hecho el 6 de diciembre por la Fiscalía General de la República de Colombia.
Cada una de las cápsulas de látex contenía por lo menos cinco billetes de US$100 dólares. En promedio, una persona puede tragar entre 80 y 120 cápsulas, que equivale al transporte de cerca de US$40.000, según las autoridades. Personas más grandes pueden llevar hasta US$75.000 en sus cuerpos.
Las autoridades afirman que carteles mexicanos usaban las llamadas “mulas” para enviar dinero a grupos criminales colombianos con quienes trabajan en el tráfico de cocaína.
El presunto líder de una de las redes, Wílmar Hernández Sánchez, alias “Pinocho” o “El Profe”, se contaba entre los capturados en el operativo. Las autoridades señalan que él ha hecho cerca de 250 viajes entre Colombia y México.
La cabeza de una de las otras redes desarticuladas —que realizó 180 viajes a México, Ecuador, Chile, El Salvador, Perú y Estados Unidos para transportar más de 10 mil millones de pesos colombianos (alrededor de US$3 millones) desde 2015— reclutaba a trabajadores informales o desempleados para que viajaran a otros países e ingresaran en cada trayecto hasta US$10.000 a Colombia, el límite de dinero en efectivo permitido por la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales de Colombia (DIAN).
Análisis de InSight Crime
El reciente operativo en Colombia es una muestra más de los vínculos entre los carteles de la droga en México y los grupos criminales de Colombia, e indica que estos grupos buscan nuevas maneras de transportar sus ganancias criminales, en medio de una producción de cocaína en niveles inéditos en la historia nacional.
Grupos criminales en Colombia y México han mantenido una alianza estratégica de décadas para el tráfico de drogas. Pero con la desmovilización de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 2016, y la subsiguiente caída gradual de Los Urabeños, los mexicanos se han visto en la necesidad de crear nuevas alianzas.
Como resultado de eso, los grupos criminales mexicanos están haciendo mayor presencia en el país con el fin de inspeccionar la producción de cocaína y garantizar su calidad.
En 2016, el hijo del jefe en prisión del cartel de Sinaloa Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, visitó la ciudad de Medellín, donde contó con protección del grupo criminal la Oficina de Envigado en parte para supervisar dos laboratorios de cocaína en la periferia rural de esta ciudad.
La redada también indica una evolución de las técnicas usadas para el movimiento de las ganancias de la droga. Grupos criminales de toda Latinoamérica han empleado mulas desde hace años, para que ingieran drogas como cocaína para transportarlas a otros países. Ahora, los grupos criminales de la región pueden estar recurriendo a la misma técnica para transportar su dinero sucio de regreso a casa.
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