Doce años de confrontación directa a los grupos del crimen organizado en México por parte de las autoridades federales han dejado una crisis de violencia sin antecedentes, reflejan las propias cifras gubernamentales.
En materia de homicidios dolosos, pese a que faltan tres meses por contabilizar, el 2018 se avizora como el año que sobrepasará al 2017, el más violento registrado hasta ahora.
De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, entre enero y septiembre pasados se contabilizaron 24,769 víctimas de asesinatos en el país. El año pasado, en total se contabilizaron (en 12 meses) 28,689 víctimas de homicidio doloso.
Las estrategias en principio, con el periodo calderonista, fueron la utilización del Ejército como principal corporación para enfrentar al crimen organizado, misma estrategia que se sigue implementando y que se mantendrá en la nueva administración de Andrés Manuel López Obrador.
De acuerdo con datos de la Secretaría de la Defensa Nacional, hasta agosto pasado había más de 7,000 elementos utilizados en tareas expresamente de seguridad.
Su actuación, de acuerdo con la misma institución castrense, estaba desplegada en 28 de las 32 entidades, es decir, en 87.5% del total de los gobiernos estatales.
Este año, entre enero y agosto, los estados que encabezaban el número de asesinatos eran Guanajuato, con 2,469; Baja California que sumaba 2,301 asesinatos; y Guerrero, que acumulaba 1,906 crímenes, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
El año pasado, cuando se alcanzó el mayor número de asesinatos registrados desde 1997, cuando el gobierno federal comenzó a llevar cifras de delitos, los estados que encabezaron el mayor número de homicidios dolosos fueron Guerrero (2,522 asesinatos); el Estado de México (2,359), y Baja California (2,311).
Destaca el caso de la entidad mexiquense que, entre el 2014 y el 2016, se posicionó en primer lugar a nivel nacional como la entidad con mayor número de víctimas de asesinatos. En total, el estado acumula, según registros oficiales, entre el 2014 y hasta septiembre pasado, 13,260 asesinatos.
La actual estrategia del gobierno de Enrique Peña Nieto ha consistido, a diferencia de su antecesor, Felipe Calderón Hinojosa, que declaró la guerra contra el crimen organizado en general, en la captura de 122 capos prioritarios.
De ellos han sido detenidos, a un par de semanas de que concluya la actual administración, 110 personas. No obstante, la delincuencia y la proliferación de las organizaciones criminales sigue su curso.
Las ejecuciones a causa del crimen organizado se han disparado de acuerdo con Lantia Consultores y Semáforo Delictivo en este año, al alcanzar las 16,891 entre enero y septiembre, cifra superior en 25% en comparación con el año pasado, cuando se registraron en el mismo periodo 13,513 ejecuciones.
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