Durante el sexenio de Felipe Calderón los operativos
del Ejército registraron altos índices de letalidad en los que casi siempre
hubo más muertos que heridos.
Un estudio del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), basado en información oficial de 3 mil 327 combates registrados en el sexenio pasado, establece que cuatro de cada diez combates fueron "eventos de letalidad perfecta", es decir, sólo registraron muertos y ningún herido.
Los denominados "eventos de letalidad
perfecta" incrementaron año con año, pues mientras en 2007 hubo 15, para
2011 hubo 451, además de que en ellos se dieron el 86 por ciento de las 3 mil
413 muertes de presuntos delincuentes registradas en combate.
Estas cifras, señaló Alejandro Madrazo, autor junto con Laura Atuesta y Óscar Siordia del estudio, evidencian que lo que hubo fue una actuación sistemática de las fuerzas armadas para exterminar "presuntos delincuentes".
Un estudio del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), basado en información oficial de 3 mil 327 combates registrados en el sexenio pasado, establece que cuatro de cada diez combates fueron "eventos de letalidad perfecta", es decir, sólo registraron muertos y ningún herido.
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Estas cifras, señaló Alejandro Madrazo, autor junto con Laura Atuesta y Óscar Siordia del estudio, evidencian que lo que hubo fue una actuación sistemática de las fuerzas armadas para exterminar "presuntos delincuentes".
"Desde 2011 ya teníamos fuertes indicios que lo que había era una política de exterminio, los hallazgos que nosotros pudimos hacer con esta base de datos, nos dicen dos cosas o tres cosas que van en ese sentido", señaló.
La política de exterminio, explicó, se dio, o bien porque las fuerzas armadas hicieron un uso desproporcionado de la fuerza, o bien porque cometieron ejecuciones extra judiciales, cuando ya los presuntos delincuentes estaban vencidos.
Ejemplo de estas dos hipótesis, dijo, son los hechos ocurridos en este sexenio en Tlatlaya, Estado de México, en donde la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) determinó que hubo ejecuciones extrajudiciales en algunas de las 22 muertes registradas, y en Tanhuato, Michoacán, donde la Policía Federal abatió a 42 personas.
"Todos los indicios nos dicen que lo que se está buscando es maximizar el número de muertos, que no iban a detener a gente para procesarla penalmente, que lo que iban era a matarla, y eso es muy preocupante, y sobre todo eso embona muy bien con el hecho de que hay muy poquitas averiguaciones previas iniciadas por esa muertes", señaló.
El estudio del CIDE fue elaborado con base en información oficial que de manera anónima fue entregada al CIDE de las operaciones realizada por las fuerzas armadas del 1 de diciembre de 2006 al 30 de noviembre de 2011 y los resultados fueron obtenidos después de un trabajo que implicó analizar mil 561 registros a través de 52 variables.
Los índices de letalidad, refirió Madrazo, son muy superiores a los que registran ejércitos en guerra, en donde generalmente hay más heridos que muertos, pero en el caso mexicano, en el periodo analizado, esto no tuvo ese comportamiento.
"En su momento, el Centro Pro dio a conocer en el caso Tlatlaya que había una orden (militar) que decía que había que guardarse en los cuarteles durante el día y salir de noche masivamente, por lo menos en esa región militar tenemos un caso, en el cual hay una orden de exterminio, de limpieza social y no una orden de ir a detener delincuentes, una orden de ir a exterminar delincuentes", resaltó Madrazo.
Fuente.-
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