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miércoles, 30 de noviembre de 2016

LA "EXTORSION CARA a CARA SALE CARA",130 MIL INTENTOS...gracias a la pinche y jodida negligencia.

Imagen.-Internet

Señor empresario,
¿Su negocio ha sido víctima de un asalto? ¿Algunos maleantes le han llegado a cobrar piso? ¿Ha debido pagar un soborno a algún funcionario para mantener abierto su establecimiento?
Si es el caso, sepa al menos que no está solo. En 2015, una de cada tres unidades económicas en el país sufrieron algún delito. Eso equivale a 1.6 millones de establecimientos comerciales o industriales, cada uno de los cuales fue victimizado 2.5 veces en el año en promedio.
Todo eso lo sabemos gracias a la más reciente Encuesta Nacional de Victimización de Empresas (ENVE 2016), publicada por el Inegi esta misma semana.
La misma fuente nos dice que el delito más común fue el robo o asalto de mercancía, dinero, insumos o bienes (son precisos en el Inegi). Se registraron en el año casi dos millones de ese tipo de incidentes.
¿Y en segundo lugar? La extorsión, con casi un millón y medio de casos. Ahora, la gran mayoría de los intentos de extorsión fueron por vía telefónica. Pero en casi uno de cada diez incidentes, el asunto fue presencial. Eso significa que hubo unos 130 mil intentos de extorsionar a un negocio cara a cara. Si usted tuvo la mala suerte de caer en ese grupo, lo más probable es que pagó por el derecho de no ver su negocio destruido o su vida desgarrada.
Es también posible que el delincuente que acosó a su negocio durante 2015 haya portado traje y operado desde una oficina pública. El número de actos de corrupción dirigidos en contra de empresas fue de casi un millón. De esos, casi la tercera parte involucró a funcionarios encargados de emitir permisos y licencias. En uno de casi cinco casos, la solicitud de mordida vino de un funcionario de salud, seguridad social, protección civil o Hacienda.
Sin importar cuál haya sido el delito que su negocio haya sufrido, lo más probable es que no se haya tomado la molestia de denunciarlo: en nueve de cada diez delitos el asunto no llegó a una carpeta de investigación o averiguación previa. No lo culpo: sólo en 5% de los casos donde hubo denuncia y se abrió una investigación, un presunto responsable fue consignado ante un juez. Eso implica una tasa de impunidad de 99.5%, más o menos.
Toda esta inseguridad y toda esta impunidad no salen gratis. Sumando los costos directos del delito y las medidas de protección tomadas por los negocios, la delincuencia tuvo en promedio un impacto de casi 58 mil pesos por unidad económica. En total, el asunto le costó al país la friolera de 139 mil millones de pesos (equivalente a 0.73% del PIB).
Y esos no son más que costos directos. Hay muchas cosas que las empresas dejan de hacer para evitar ser robadas, asaltadas o extorsionadas. Por ejemplo, de las unidades económicas que fueron víctimas de un delito en 2015, casi una de cada cinco redujo sus horarios de producción o venta, una de cada siete canceló inversiones y una de cada doce cerró en definitiva sus puertas.
Si usted tomó algún de esas medidas, si decidió no invertir o no crecer por temor al delito, si optó por poner una alarma y una cámara de vigilancia en vez de contratar a nuevos empleados, lo entiendo. De veras que sí.
A quién no entiendo es a las autoridades de todos los niveles que permiten que esto siga sucediendo semana tras semana y mes tras mes y año tras año. No es siquiera un asunto de dinero: dados los costos involucrados, el combate al delito se debería de pagar solo.
Es pura pinche y jodida negligencia.
Atentamente,
Fuente.-Alejandro Hope.
@ahope71

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