En Tamaulipas, que aunque pocos lo crean es
una entidad federativa parte de México, decenas de familias se forman en sus
coches en espera de poder ser escoltados para emprender un viaje al norte, a la
frontera, al paseo habitual de quienes habitan en esa zona.
Quienes van a acompañarlos, uniformados, bañaditos, listos para
las fotografías, son los mismos policías federales que no pueden, no quieren o
no saben protegerlos.
El drama de Tamaulipas tiene dos nutrientes comunes a otras
partes del país: incapacidad y corrupción, solamente que en mayor escala. En
esa entidad, la falta de valor y ganas de cambiar las cosas del gobernador
Egidio Torre, junto con la impunidad, la corrupción de todas las policías, han
permitido que dos grupos criminales que se pelean la zona sean dueños. Sean
quienes deciden quién vive y quién muere.
Pueblo sin ley, pueblo sin Dios.
¿Por qué permitieron, Gobierno federal y estatal, que las cosas
llegaran hasta este extremo de descomposición? Incapacidad, falta de voluntad
política, desidia.
Y las Fuerzas Armadas… bien de salud.
La soberanía nacional, los derechos constitucionales de los
ciudadanos, otorgan el libre tránsito por territorio nacional. Eso no sucede en
Tamaulipas. Que para ir a carretera tengan que acompañarse de “guaruras”
uniformados y armados, equivale a ser prisioneros. Alguien, muchos, les
quitaron su libertad.
Pueblo sin Dios. Pueblo sin Policía.
¿Por qué el Gobierno federal le permite tanta ineficiencia al
gobernador Torre?, que trae la herencia de Eugenio, otro gobernador incapaz,
pero que nada puede justificar su desidia.
Algunas carreteras de Sinaloa, de Veracruz, de otros Estados son
también muy peligrosas. Pero en Tamaulipas todas son intransitables.
Los policías federales que en sus patrullas acompañan a los
tamaulipecos que viajan a la frontera con Estados Unidos tampoco han podido
devolver a la ciudadanía el control sobre esos caminos.
Es de locos aceptarlo.
Una entidad entregada a criminales, como lo están parte de
Michoacán o de Guerrero.
A Renato Sales se le debe caer la cara de vergüenza de ver a los
policías bajo su mando de cuidadores, de escoltas, aceptando de la forma más
humillante su propio fracaso.
En la Sierra de Guerrero, otro pueblo sin Dios, criminales
atacaron la población de Yextla, disparando a sus pobladores el viernes 18 de
diciembre. En lugar de estar preparando las fiestas de Navidad, los pobladores
se escondieron en sus humildes casas y pidieron auxilio casi a gritos. Hubo
varios heridos.
A la llegada de militares en helicópteros, los delincuentes
huyeron. Obvio decir que hubiese sido fácil o conveniente que fuesen patrullas
de soldados las que cotidianamente cuidaran en esa región como obligación, no
como respuesta a una emergencia de guerra.
Los mexicanos, todos los mexicanos, queremos vivir en libertad.
Para hacerlo necesitamos paz, necesitamos que las autoridades, locales y
federales, hagan su trabajo. Eso es lo que no está sucediendo. Por eso tenemos
que contar a las víctimas, tenemos que enseñar a los niños a sobrevivir a la violencia,
por esto también el papa Francisco va a visitar zonas de conflicto.
A los mexicanos, a todos los mexicanos no nos interesa cómo se
llaman los poderosos jefes de esos grupos criminales ni queremos escuchar las
hazañas de sus capturas, lo que queremos es que nos devuelvan nuestros caminos,
nuestras libertades, nuestras tranquilidades.
¿Sería mucho pedir, deseo de Navidad, que los políticos, los
funcionarios públicos, los gobernantes se pusieran a hacer su trabajo? No
queremos más, únicamente que hagan su chamba para seamos nosotros, ciudadanos,
los dueños de nuestras casas, de nuestros pueblos, de nuestras carreteras… para
lo que queramos.
fuente.-
Isabel
Arvide
@isabelarvide
¿Por qué permitieron, Gobierno federal y estatal, que las cosas llegaran hasta este extremo de descomposición? Incapacidad, falta de voluntad política, desidia. Muy fácil por su complicidad de estas fuerzas federales y estatales como lo es una nueva policía que se llama fuerza Tamaulipas o policía federal siguen agarrando dinero del CDG a manos llenas si escoltan a los ciudadanos pero eso es su trabajo pero escoltar a un Narcotraficante Buscando por ellos mismos como lo es el licer criminal apodado el GUERO CLEOFAS quien en Tamaulipas se pase en un auto de varios millones de pesos donde solo los ricos o un Narco se puede dar ese lujo como manejar un Maserati Quattroporte escoltado por todas estas fuerzas federales es un sin ismo de estas fuerzas federales que agritos el CDG grita que ellos les pagan Mientras estas fuerzas del orden sigan con su complicidad seguirá estos mismos problemas y cada día aumentando sus COMPLICIDAD CON EL CDG
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