Habitantes de diferentes comunidades, de al menos 10 municipios de Michoacán, se concentraron en Tepalcatepec para hacerle frente al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Se dicen dispuestos a matar o morir en esa guerra.
El saldo de una sola jornada fue de siete pobladores lesionados y un número indeterminado de muertos del otro bando.
Los representantes de las comunidades adelantaron que en breve harán pública la conformación de nueva cuenta del Concejo de Autodefensas y Guardias Comunitarias en Michoacán.
“Estamos unidos otra vez, como en 2014, para evitar que un cártel se apodere de nuestras comunidades y familias. Si no lo hacemos, nos van a exterminar”, expresan.
EL UNIVERSAL estuvo en la “zona cero”; recorrió los puntos que han sido blanco del CJNG, donde las personas manifiestan el terror de la violencia y se dicen abandonadas por los gobiernos, estatal y federal.
Asedio constante
Desde hace tres semanas, así como recuperan puntos controlados por el CJNG, les son arrebatados y a diario hay ataques en mínimo cuatro puntos del municipio. Ganaderos, jornaleros, campesinos y habitantes encabezan la defensa de sus pueblos y lamentan que tengan que dejar sus herramientas de trabajo por tomar un arma.
Un ganadero —quien pidió el anonimato por seguridad— narra que ya llevan tres semanas viviendo “una situación dura todos los días”, por los ataques.
El hombre de avanzada edad confirma que ya hay pueblos fantasma por el exilio de familias enteras que han tenido que abandonar sus tierras por la violencia. A bordo de su moto, cuenta que todos los campesinos y rancheros son víctimas del embate criminal.
“Esa gente [CJNG] nos trae a puros chingadazos. No nos dan chance de trabajar, ni de nada. Nos han traído a puros balazos. Semos [sic] pocos los que quedamos porque nos traen [asediados] por todos los cerros. Ahorita voy a un apoyo, porque no les vamos a dejar lo de nosotros”, explica.
Mientras sostiene su rifle de alto poder, el padre de familia explica que desde los ranchos se han defendido “a capa y espada”; que los ataques son día y noche, que ha habido enfrentamientos y que los pobladores son quienes tienen que cuidar sus tierras y a sus familias.
“Vamos a ver qué pasa, porque aquí es matar o morir, hasta las últimas consecuencias. Nos sentimos abandonados por las autoridades”, dice el habitante, quien recrimina que la política del presidente Andrés Manuel López Obrador sea “de abrazos”, cuando los criminales sólo propinan balazos.
El terror de la Tierra Caliente
En otros puntos de Tepalcatepec, el cártel de Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, de manera simultánea perpetra más ofensivas. En tanto, las caravanas de autodefensas recorren caminos de terracería de los pueblos fantasma para apoyar a las comunidades atacadas.
Las malas noticias llegan: cuatro habitantes resultan lesionados en uno de los enfrentamientos; más tarde otros son trasladados en ambulancia; uno más, en la cabecera municipal, fue alcanzado por una bala durante otro ataque.
Desde ese lugar —conocido como salida a Cholula— al menos seis ofensivas cimbran el pueblo. En camionetas blindadas artesanalmente, los delincuentes pretenden irrumpir. Al verse rebasados, los sicarios deciden prenderle fuego a uno de los llamados “monstruos” y arrastrar otro que se queda varado; se repliegan.
Desde los cerros, se encuentran pertrechados los sicarios y no dejan de disparar una y otra vez sus armas Barrett calibre .50, pero son contenidos por los pobladores. Los estruendos se escuchan a kilómetros. Nada los detiene. Es interminable la lluvia de plomo y el temor es ser alcanzados por una bala.
En una de las comunidades atacadas recientemente, las viviendas están vacías y los autos y animales, abandonados. Todo es silencio. Apenas se asoma la silueta de un temeroso anciano y la de un jornalero.
“Las familias se han ido. Me quedé porque tengo que pelear y defender mi patrimonio, mis tierritas”, suelta uno de ellos.
Cualquier habitante de esa región asegura que sabe la fecha de inicio de esta guerra, “pero no cuándo se acabará”.