El caso de una familia en Nuevo Laredo afectada por elementos del Ejército Mexicano provocó una fuerte indignación pública, tras difundirse un video en vivo en Facebook donde denunciaron la sustracción de más de 1,000 dólares (alrededor de 50,000 pesos).
La traición perpetrada por quienes, investidos del uniforme que simboliza el deber y la honra, que abusaron de su posición para vulnerar a quienes deberían proteger, constituye una ruptura profunda del pacto ético y social sobre el que descansa la confianza ciudadana.
Esta transgresión no solo erosiona la legitimidad de la institución, sino que mancilla un emblema cuyo valor reside —precisamente— en lo que debería ser una integridad incuestionable.
El hecho ocurrió frente a más de 20,000 espectadores, quienes pudieron observar cómo los afectados reclamaban el dinero mientras los soldados inicialmente se negaban a devolverlo.
Sin embargo, al percatarse de la transmisión, los uniformados regresaron el efectivo y pidieron que se detuviera el video.
El caso generó la movilización ciudadana, retención de una camioneta militar y la exigencia de esclarecimiento a las autoridades. La Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) no ha publicado un comunicado oficial hasta el momento. Los testimonios señalan que las víctimas fueron golpeadas antes de ser despojadas del dinero. La viralización del hecho aumentó la presión social para una investigación y sanción.
Con informacion: MEDIOS/REDES/
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