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martes, 29 de julio de 2025

“DOÑA BERTHA VIVE pero el SISTEMA APESTA”: “TIENE 90 AÑOS,la DECLARARON MUERTA por HORROR y le RETIRARON TODOS los APOYOS”…cómo demonios puede una institución declarar muerta a una persona que respira, lucha y aún se aferra a la vida.


¡Indignación absoluta! Lo de doña Berta Hernández Lara, una mujer de 90 años, no es solo un error burocrático, es una cadena criminal de omisiones y atropellos a la dignidad humana que debería avergonzar profundamente al gobierno y exhibe, sin filtros, el rostro más inhumano de un sistema de salud de “cuarta”.

¿Cómo demonios puede una institución declarar muerta a una persona que respira, lucha y aún se aferra a la vida?

El Registro Nacional de Población (Renapo) la dio por muerta —sin siquiera verificarlo en persona—, le dieron de baja su CURP, la desconectaron del sistema de salud y le retiraron los apoyos sociales a los que tenía derecho como ciudadana viva, mexicana y con 90 años encima. ¿Acaso hay algo más cruel que eso?

¿Dónde estuvo la supervisión? ¿Dónde las políticas de verificación? ¿Por qué nadie en el IMSS, el Renapo o la Secretaría del Bienestar levantó la voz cuando una mujer viva desapareció del sistema como si fuera basura burocrática? Esto no es solo negligencia, es complicidad y desprecio por la vida de los más vulnerables.

Doña Berta no solo fue revictimada desde la institucionalidad, sino que sigue pagando con su salud —y su dignidad— la ineficiencia criminal de burócratas que funcionan en piloto automático. Es su hija, Evelia, quien ha tenido que salir a dar la cara, a buscar justicia, a pedir que se reconozca que su madre ¡ESTÁ VIVA!

IMSS: Compadres de última hora

Ahora resulta que el IMSS dice que “van a apoyar”. Que en tres días reactivan el servicio médico (¿lo necesitaba hace cinco minutos o hace cinco semanas, señores?). Que la pensión podría llegar en un mes (si bien les va), y que los retroactivos se “verán después”. ¡Carajo! A una mujer de 90 años, ¡cada hora le cuenta! ¿Un mes de espera? Eso es tortura.

¿Y el Renapo? Cobardía institucional

Intentar cuestionar al Renapo es como hablarle a una barda. Enmudece. Se esconde. “Vayan a la oficina”, dijo el aparato burocrático. ¿Y si doña Berta no puede moverse? ¿Se llevarán también su ataúd al Renapo para comprobar que no es un holograma?

Silencio de la Secretaría del Bienestar: cómplices por omisión

De la Secretaría del Bienestar ni sus luces. Los apoyos bimestrales que con tanto bombo y platillo se presumen en los discursos populistas, brillan por su cruel ausencia aquí. Abandonaron a doña Berta como si fuese estadística, no persona.

Basta de simulaciones

Este no es un caso aislado. Este es el reflejo de un sistema que da la espalda sistemáticamente a quienes más lo necesitan, que opera con despotismo burocrático, sin alma ni conciencia. Y que, cuando revienta un escándalo, mandan a un par de emisarios a “solucionar” en lo oscurito lo que nunca debió pasar.

Doña Berta vive, y con ella la resistencia

Hoy el país debe mirar con vergüenza y con rabia. Si le pueden hacer esto a una anciana indefensa, ¿qué no le harán a quienes no tienen voz, no salen en los medios, o no tienen una hija valiente que los defienda? 

Esta cadena de horrores debe tener consecuencias. Porque el sistema no se cae por colapso: se pudre por omisión, por indolencia, por silencios como el del Renapo y la Secretaría del Bienestar. Y ahí están los verdaderos responsables, aplaudiendo logros inventados mientras matan civilmente a sus ciudadanos.

¿Dónde está el gobierno que presume humanismo? ¿Dónde los responsables directos? ¿Dónde las disculpas públicas, las cabezas que deben rodar, las garantías de no repetición?

Doña Berta sigue viva. Pero el sistema, ése sí, ya apesta a muerte.

Con informacion: ELNORTE/

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