Después de que México perdió a finales del año pasado el panel comercial sobre el maíz genéticamente modificado (OGM) con Estados Unidos, la Secretaría de Economía (SE) emitió este miércoles el documento que da cumplimiento a la resolución y retira la prohibición a la importación de maíz transgénico.
A dos años de la publicación de la iniciativa al respecto de la Administración de Andrés Manuel López Obrador, el Gobierno mexicano tuvo que dejar sin efectos la restricción a las importaciones de maíz transgénico desde Estados Unidos.
En el Diario Oficial de la Federación (DOF), la dependencia encabezada por Marcelo Ebrard publicó un acuerdo por el que se revoca una serie de disposiciones dictaminadas en febrero de 2023, entre las que destacan las restricciones a las autorizaciones de maíz OGM de consumo humano y la sustitución gradual del grano para uso industrial y alimento pecuario.
Tras la resolución del panel comercial del T-MEC en diciembre de 2024, que obligó a México a retirar las restricciones a la importación de maíz transgénico y su acatamiento,cierra un capítulo de tensiones comerciales, pero abre debates sobre sus implicaciones socioeconómicas y ambientales.
Beneficios inmediatos
- Estabilidad comercial:
- Evita sanciones económicas y mantiene el acceso a 17 millones de toneladas anuales de maíz amarillo estadounidense, esencial para la industria pecuaria mexicana.
- Previene pérdidas estimadas en $13,610 millones de dólares para el sector agrícola estadounidense y $30,500 millones en su PIB en una década.
- Control de precios:
- Mitiga el riesgo de incrementos del 48% en el precio del maíz no transgénico proyectados para 2025.
- Evita el encarecimiento de productos básicos como tortillas, cuyo precio podría aumentar un 16% según estudios.
- Relación bilateral:
- Mantiene un flujo comercial de $4,800 millones en maíz (enero-octubre 2024)[8], crucial para la integración económica de América del Norte.
Perjuicios y riesgos
- Amenaza a la biodiversidad:
- Existe riesgo de contaminación genética de las 59 variedades nativas de maíz, cultivadas por 4 millones de pequeños agricultores.
- Estudios mexicanos documentan que el 33% de las muestras de maíz criollo ya presentan trazas transgénicas.
- Soberanía alimentaria:
- Profundiza la dependencia de importaciones (México compra el 38% de su maíz a EE.UU.)[23], contradiciendo el objetivo de autosuficiencia.
- Podría afectar a 55.7 millones de mexicanos en pobreza que destinan el 52% de sus ingresos a alimentos.
- Salud pública:
- Aunque el panel desestimó las evidencias, CONAHCYT presentó 117 estudios que vinculan el glifosato (herbicida asociado a transgénicos) con daños hepáticos y renales.
Balance y contexto
La medida equilibra pragmatismo económico y presiones geopolíticas:
- A favor: Sectores industriales y pecuarios evitan disrupciones. El T-MEC protege el 78% de las exportaciones mexicanas a EE.UU.
- En contra: Organizaciones como Semillas de Vida alertan que el 21% del maíz nativo ya tiene polinización cruzada con transgénicos
Paradójicamente, mientras se levanta la prohibición de importación, avanza una reforma constitucional para prohibir el cultivo de transgénicos. Esta dualidad refleja la tensión entre compromisos comerciales y protección del patrimonio biocultural, donde el maíz representa el 54% de la superficie agrícola nacional y el 15% del PIB agroalimentario.
El verdadero desafío será implementar políticas que fortalezcan la producción local de maíz blanco (7.5% de rendimiento menor que el estadounidense), sin descuidar los acuerdos internacionales. Como señala la ANEC, México necesita incrementar su productividad de 3.4 a 5 toneladas por hectárea para reducir dependencia.
Con informacion: ELNORTE/
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