¿Qué se cree Cabeza de Vaca?, ¿acaso que es un señor feudal o acaso un virrey, que le puede imponer en pleno siglo XXI, en plena era de la sociedad de la información y la economía del conocimiento al pueblo de Tamaulipas cuanto saqueador se le venga en mente?
O como incluso llegó a pensar en la cúspide de su delirio de grandeza el imponer a alguno de sus muy enriquecidos parientes y familiares.
Qué acaso piensa que el conocimiento es banal y que no tiene razón de ser, y que por lo tanto los tamaulipecos nos merecemos alguien con entrenamiento académico, científico y profesional de clase mundial.
O peor aún, que los principios y valores no tienen una intrínseca razón de ser, y que por lo tanto puede imponer como gobernante a una persona tramposa, truculenta, mentirosa y a todas luces mal intencionada, que carece de los más elementales principios y valores.
Qué no ve la dolorosa pauperización del tejido social que han producido esta combinación de ineptos , ambiciosos y corruptos “governícolas” que han malversado el patrimonio del pueblo con su ofensiva y lacerante opulencia.
¿O qué? Como dice el dicho, pensó que todos los tamaulipecos y tamaulipecas somo de su condición. No señor gobernador, en este reducto de la Patria, llamada Tamaulipas o patria chica, existimos muchos tamaulipecos y tamaulipecas que realmente amamos al pueblo, que desde su trinchera así sea ésta muy humilde tratamos de contribuir al bienestar de toda la sociedad tamaulipeca.
Para su conocimiento señor gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, no crea que a todos nos parió un peso, y que para todos el bien y ser supremos es el dinero o en otras palabras que para todos nuestro dios es el dinero.
Somos muchos los tamaulipecos y tamaulipecas que como objetivo de vida buscamos el bien común y queremos trascender como seguidores de esa causa y no como viles delincuentes de cuello blanco que le arrebatan al pueblo impunemente el futuro de la actual población y por si fuera poco, el futuro de las próximas generaciones.
Basta ya del predominio de la mafia del poder que le roba impunemente al pueblo su futuro. El pueblo de México y el de Tamaulipas no es la excepción, ya despertó, finalmente abrió los ojos y no se deja engañar más.
Quiero que sepa que lo único que hacen ustedes los gobernantes presuntamente corruptos, pero con fácil comprobación de serlo, dado el acopio tan desmesurado y lo visto de sus inmensas riquezas, es el ridículo como seres humanos y el ridículo como politiqueros de banqueta, de pueblos bicicleteros y con el perdón de éstos, valga sólo la comparación para dimensionar la magnitud del ridículo que llevan a cabo engañando al pueblo y envileciendo el noble oficio de la política.
En sus sueños guajiros de ser el presidente de México, ¿qué acaso pensó que los mexicanos aceptaremos un presunto delincuente como nuestro gobernante? ¿Qué acaso no pensó que los padecimientos que sobrellevamos estoicamente no son suficientes como para buscar al menos una persona íntegra y con profundo amor al pueblo.
No sabemos a ciencia cierta lo que le depara la justicia, pero lo que sí sabemos es que usted y su séquito delincuencial se han comportado como grandes villanos totalitarios, en contra del pueblo sabio, y eso conlleva una factura muy costosa que políticamente al menos tendrá usted y sus cómplices que pagar, más temprano que tarde.
Lo que también es de dominio público que llegó gracias a la decadencia de la clase política en Tamaulipas y en todo México, debido a las erróneas políticas y anacrónicas prácticas de gobernanza del periodo neoporfirista de 1982 al 2018.
El disque gobernador o lo que queda de él se volvió a equivocar, igual que lo hizo cuando en la locura que da el poder, quería imponer como gobernante a su esposa o a su hermano.
Y rotunda equivocación poner a su principal cómplice y secuaz de toda esta marabunta de represiones totalitaristas y designios absolutistas, que francamente no encajan en los tiempos que vivimos.
Creyó equívocamente que el pueblo le perdonaría, la traición, la mentira y el robo descarado.
Vio la gubernatura como un botín que compartió con toda su familia, amigos cercanos y principalmente con su asociado principal: ese nefasto “Truko”, a quien lo envolvió la gran nube de corrupción que él mismo y el virrey en turno originaron.
Se le olvida a Cabeza de Vaca que no son los tiempos de un panismo. perredismo y priismo en el poder; se le olvida que lo que él llama vientos de cambio, en realidad han sido rachas aisladas de mentira, demagogia, latrocinio de los bienes y patrimonio de los tamaulipecos.
Se le pasó por alto pensar que el pueblo es sabio; creyó que podría impunemente, engañar al pueblo y ocultar su enorme mal habida riqueza; se equivocó de país, se equivocó de época, e incluso pensó en su delirante raciocinio enfermo por el afán de poder y lucro desmedido, que él podría ser el candidato del PRIAN para el 2024.
No pudo calcular los alcances de imponer un candidato soez, improvisado para tal investidura y repudiado por las bases panistas, priistas y perredistas, y bien quemado con el pueblo como un truhan.
No calculó que el voto duro de estos partidos vería con gran coraje la irracional imposición, es así como es pretensión de tomar las riendas de las elecciones con sus típicas acciones punitivas represoras y con el monopolio de la toma de decisiones, extralimitándose a lo que mandata la Constitución y leyes que de ella emanan. Hundió a su propio candidato, al que ahora alcanza mas que nunca el rechazo de los tamaulipecos.
Con informacion.-Dr.Carlos E. Z. Cabeza Resendez/
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