sábado, 28 de mayo de 2022

LOS "6 PODERES de CABEZA de VACA": "GOBERNADOR NO es TAN PODEROSO y NO PODRA REVERTIR RESULTADOS,NI TORCER la ELECCION"...la soberbia es una discapacidad que afecta a puros pobres infelices.



En la cultura de la clase política de Tamaulipas, algunos con cada vez menos clase,prevalece la idea de que el gobernador del estado en turno ,el panista Francisco Javier Garcia Cabeza de Vaca,es un hombre extremadamente poderoso, que todo lo puede en función de 6 poderes a su alcance, el ejecutivo que el encabeza,el "poder legislativo" en manos de Felix Garcia Aguiar alias "El Moyo",el Poder Judicial regenteado por Horacio Ortiz Renan que daba permisos al Cartel del Golfo,el poder económico que ostenta por la "rapacidad con que se ha conducido con los fondos del publico",el poder criminal que le viene por vocación y que le ha permitido "hablarse de tu a tu con el crimen",asi como el amplísimo poder de represalia, que actúa en consecuencia, convirtiendo detractores y rivales políticos en enemigos acérrimos y que ahora trabajan 24/7 para  intentar revertir la tendencia del proceso electoral y torcer el resultado de una elección en favor de Cesar Verastegui el "Truko",su compadre, lugarteniente y complice.


Y que Cabeza de Vaca,pareciera que ahora "anda en modo priista",pues fue en los tiempos de este casi extinto sistema político, cuando el mandatario ponía y quitaba a su antojo en la entidad, a imagen y semejanza de lo que sucedía con el presidente de la república en el escenario nacional.

Esta idea se afianzó cuando el PRI perdió la presidencia en el año 2000 y los gobernadores tricolores se convirtieron en auténticos virreyes en sus estados. Tomás Yarrington y Eugenio Hernández Flores, beneficiarios directos de ya no tener a un ‘Jefe Máximo’ en Los Pinos, hicieron y deshicieron con el presupuesto estatal e impusieron a sus consentidos en las presidencias municipales.

Egidio Torre Cantú, el último gobernador de la larga era del priismo en Tamaulipas, enfrentó un escenario diferente. Para comenzar, él llegó a la candidatura y luego al poder debido al lamentable y artero atentado que acabó con la vida de su hermano, Rodolfo Torre Cantú, un caso nunca resuelto por la justicia mexicana y que el propio mandatario desdeño su resolución,envuelto en un escenario político convulso y plagado de incertidumbre, como consecuencia directa de la inseguridad pública existente y la guerra que libraban los grupos de la delincuencia organizada.

En 2016, las circunstancias sociales estaban dadas para que el sistema político priista llegara a su fin en Tamaulipas con un discurso que prometía el "viento del cambio", el panista Francisco García Cabeza de Vaca se encontraba en el momento y en el lugar indicado por la historia para alcanzar el anhelado poder, capitalizando el hartzago de ciudadanos que se volcaron en las urnas con esperanza y con el  voto de 721 mil tamaulipecos lo logró.

Sin embargo, para mala suerte de los Tamaulipecos,como tantos políticos mexicanos, Cabeza de Vaca tambien les fallo, luego de que sus intenciones tropezaran con el dinero publico y coincidiera con el bolsillo de su familia a la que la FGR la acusa de constituirse en delincuencia organizada que termino embelesado por los elogios desmesurados de su círculo cercano que lo convirtieron en emperador de facto, con la ayuda de una prensa servil, sometida por la plata y otra bajo amago del destierro o la inminencia del encierro y el entierro.

El gobernador panista quiso emular el viejo y esclerótico régimen priista: fungir como un poderoso virrey, donde los súbditos se plegaban a la mínima orden donde nadie lo confrontaba, su belicosidad llego a alcanzar los objetos en las mesas reuniones y mesas de trabajo. con colaboradores, actuaba con soberbia y ha sido presa de la ira.

A pesar de su legitimidad democrática y de sus arrebatos, Francisco García Cabeza de Vaca nunca tuvo el control político pleno del estado. Jamás sucedió eso.

El caso más evidente: su tierra, Reynosa. Para ganarlo en 2016, tuvo que pactar con su adversaria al interior del panismo, Maki Ortiz, entonces senadora. Ella fue la candidata del PAN a la alcaldía y ganó con facilidad en las urnas.

Dos años después, en medio de la elección presidencial de 2018, el gobernador quiso imponer a uno de sus amigos como candidato a la presidencia municipal de Reynosa, Jesús María Moreno, ‘El Chuma’,primo de Petronilo Moreno Flores alias "Danilo", capo del Cartel del Golfo.

Otro caso: Matamoros. Cabeza de Vaca nunca pudo ganar el municipio costero de la frontera tamaulipeca. Su amigo Carlos García González, que despachaba como líder del Congreso del Estado, sufrió una dolorosa derrota en 2018. Tres años después, la diputada local cabecista Ivette Bermea también perdió de manera estrepitosa frente a la ola guinda de la 4T.

Ni con todo el aparato estatal el gobernador pudo evitar la caída en las urnas de su prima María del Pilar Gómez Leal en Ciudad Victoria. Consiguió imponerla como alcaldesa en sustitución del nefasto Xicoténcatl González Uresti,considerado el peor alcalde del pais, pero nunca pudo convencer a los victorenses de que votaran por ella en la elección de 2021.

Esos son claros ejemplos de que el gobernador tamaulipeco -sea quien sea el que ocupe el cargo- ya no es tan poderoso como en otros tiempos y mucho menos en "Era del Malestar",que establece límites a los excesos que tanto gustan y practican los gobernantes.

Cierto, el gobernador del estado conserva las riendas de una maquinaria que puede girar órdenes de aprehensión sin ton ni son en contra de sus adversarios y movilizar ciertas estructuras territoriales con el poder de la despensa y del dinero.

Sin embargo, como se observó en la contienda por las alcaldías de 2021, un gobernador ya no puede torcer ni las tendencias de un proceso ni el resultado de una elección.

Aunque no lo quiera la clase política, milite en el partido que sea, México y Tamaulipas viven y transitan en otra época, una etapa en que la sociedad estampa su malestar en la boleta electoral contra la soberbia y la prepotencia de ciertos gobernantes que soñaron con ser reyes.

Para decirlo de otra forma: el poder del gobernador tiene límites y también tiene fecha de caducidad.

Con informacion de:Hector Garces/


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