El asesinato de un oficial de policía a manos de un colega a principios de este año ha descubierto una serie de posibles casos de corrupción y uso de drogas por parte de oficiales en Tamaulipas.
En semanas recientes, Ciudad Victoria, la capital de Tamaulipas, vio un aumento en asesinatos, sin embargo, Breitbart Texas ha podido confirmar que varias de las víctimas en esos casos eran o fueron policías y celadores. Los asesinatos están presuntamente vinculados a una guerra territorial entre organizaciones criminales rivales por el control de la ciudad.
Uno de los casos más dramáticos sucedió el 3 de enero, cuando el agente de la policía estatal de Tamaulipas, Epafrodito Castillo Ortiz, disparó a su compañero, Zeus Yave Jaramillo y a una victima inocente, antes de disparar contra otros policías y morir en el enfrentamiento.
La información obtenida por Breitbart Texas reveló que antes del tiroteo, Castillo Ortiz estaba hablando por teléfono, luego, después de colgar, apuntó el cañón de su AR-15 y disparó a su compañero que estaba sentado adentro de la patrulla #938. Momentos después, Castillo Ortiz disparó contra la victima inocente, matándolo inmediatamente antes de entrar en una tienda de conveniencia donde se atrincheró y disparó contra otros oficiales que respondieron desatando un tiroteo intenso que terminó cuando los oficiales lograron matar al homicida.
Como parte de la investigación sobre el caso, las autoridades pudieron comprobar que tanto Castillo Ortiz como Jaramillo habían estado consumiendo metanfetamina antes del asesinato y parecían tener una adicción. Como resultado de la prueba de toxicología positiva, las autoridades estatales de Tamaulipas comenzaron una serie de pruebas sorpresa sobre otros elementos de la corporación que arrojaron varios resultados positivos lo que ha causado fricciones entre funcionarios públicos.
En 2014, soldados del Ejército Mexicano arrestaron a Castillo Ortiz y a otros 10 policías en Ciudad Victoria mientras el grupo se preparaba para reunirse con miembros del cartel de Los Zetas para poder recoger una serie de sobornos de parte de Juan Fernando Álvarez Cortez, un comandante del cartel actualmente encarcelado, conocido como El Ferrari. Según La Jornada de México, los oficiales recibían $ 4,000 pesos al mes por filtrar información policial a Los Zetas y ayudarlos si se capturaba a algún operador del cartel.
No está claro cómo Castillo Ortiz pudo regresar a su trabajo como policía del estado de Tamaulipas y aprobar las pruebas de control de confianza que se instituyeron después de que la agencia fue renovada en 2016 después de que el nuevo gobernador asumió el cargo.
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