El pasado 15 de mayo se cumplieron 108 años de la matanza contra ciudadanos chinos que tuvo lugar en Torreón durante la Revolución Mexicana.
Uno de los pasajes más oscuros que tuvieron lugar en nuestro país durante la primera mitad del siglo XX, es sin duda, la masacre de 303 ciudadanos chinos que ocurrió el 15 de mayo de 1911 en Torreón, Coahuila.
A pesar de tratarse de la matanza más violenta que la comunidad china ha sufrido en el continente americano, el incidente es poco conocido y las investigaciones y estudios al respecto son escasos; incluso en los archivos locales no hay menciones al respecto.
¿Qué provocó que más de la mitad de los chinos que entonces residían en Torreón fueran asesinados?
Esta es la historia…
La comunidad china en Torreón
Torreón es una ciudad ubicada en el noreste de México, en la zona que actualmente se conoce como la Comarca Lagunera.
Fundada en 1848, Torreón obtuvo la prosperidad económica relativamente rápida. Tuvo su primera estación de trenes en 1883 y para 1910 ya contaba con 12 fábricas de distintos tipos de mercancía como cerveza, muebles, dulces, hilos, tejidos, refrescos y la productora de hule Continental Rubber & Co.
En ese período, la Comarca Lagunera también se caracterizó por producir el 70% del total del algodón del país.
Toda esta actividad económica y lo bien comunicada que estaba por el ferrocarril, hizo que Torreón se volviera una de las cinco ciudades más importantes de México, lo que atrajo a migrantes estadounidenses, españoles, árabes, franceses y chinos.
La mayoría de las familias procedentes de China eran originarias de la región de Cantón y huían de la hambruna de su país. Otro sector de esta comunidad escapaba de la persecución racial que sufrían en California, Estados Unidos.
Para 1911 la comunidad china en Torreón llegó a ser de 600 personas, entre ellos habían campesinos, comerciantes y propietarios de prósperos negocios. Uno de los más famosos fue Foon Chuck, un comerciante cantonés que tuvo una huerta donde empleaba exclusivamente a sus paisanos y que además fundó la Compañía Bancaria y de Tranvías Wah Yick.
¿Xenofobia y racismo contra los chinos?
El éxito económico del que empezaron a gozar los inmigrantes árabes y asiáticos en varias regiones de Latinoamérica y Estados Unidos trajo un creciente clima de racismo en su contra.
Las campañas antichinas, que consideraban a los chinos como una raza inferior y que surgieron en California desde finales del siglo XIX, también se propagaron en México.
Este fenómeno, por ejemplo, llevó al Congreso de Sonora a decretar leyes que prohibían el matrimonio de mexicanas con chinos.
El recelo y resentimiento hacia los chinos también estuvo presente en Torreón, donde se les acusó de robarle el trabajo a los mexicanos y de cobrar menos por los trabajos que realizaban. También surgieron rumores que los señalaban de envenenar la comida y bebida.
Bajo este contexto social estalló la Revolución Mexicana, aumentando la polarización y hostilidad que ya existía en el norte del país.
La Revolución Mexicana llega a Torreón
Medio año después del estallido de la Revolución Mexicana, el Ejército Federal que estaba bajo el amparo del Gobierno de Porfirio Díaz, conservaba pocos bastiones en el norte del país. Entre ellos se encontraba Torreón.
Esto cambió en la mañana del 13 de mayo de 1911 cuando 2 mil soldados de las fuerzas revolucionarias de Francisco I. Madero llegaron a la ciudad.
Maderistas entrando en Torreon el 13 de mayo de 1911 (Wikimedia Commons/Dominio Público).
Para la madrugada del 15 de mayo las fuerzas federales (distintas versiones hablan de 400 a 700 elementos) fueron superadas y abandonaron la plaza, dejando a la ciudad sin gobierno.
Entonces, por las calles de Torreón estalló el grito de “¡Viva Madero y mueran los chinos!”.
Aprovechando la confusión, varios vecinos comenzaron a saquear los comercios de la ciudad, principalmente los que pertenecían a comerciantes chinos.
Y es que, aparentemente, los soldados federales le habían disparado a los leales a Madero desde azoteas de sitios claves de la ciudad. Muchas de estas casas y comercios pertenecían a miembros de la comunidad china, por ello se les acusó de apoyar al gobierno y prestar sus inmuebles para atacar a los revolucionarios.
Esta versión nunca pudo comprobarse, pero fue suficiente para que la turba se ensañara con ellos.
Maderistas en la entrada del Casino de la Laguna. (Wikimedia Commons/Dominio Público).
La masacre
En cuanto iniciaron los enfrentamientos entre federales e insurgentes, Foon Chuck circuló una consigna para prevenir del peligro a sus connacionales, donde les sugería encerrarse en sus viviendas y no presentar resistencia ante un eventual saqueo.
Por desgracia, estos actos de rapiña escalaron rápidamente en violencia extrema contra los chinos. Tanto rebeldes como pobladores entraban en las casas y huertas chinas para tomar los objetos de valor, y sacar y asesinar a tiros a los chinos. Aquellos que lograban huir eran acribillados entre los maizales.
Los cadáveres que se encontraban tirados en la calle eran descalzados, pues se descubrió que los chinos llevaban sus ahorros escondidos en los zapatos.
Se estima que en estos eventos murieron 303 chinos. Cifra que pudo ser mayor si los altos mandos maderistas, al tanto de lo que ocurría en Torreón, no hubieran ordenado detener estos asesinatos.
Pila de muertos después de una batalla durante la Revolución Mexicana, 1910-1917. (Wikimedia / CC)
Los cuerpos fueron apilados en el exterior del panteón pues las autoridades no permitieron que fueran enterrados en el camposanto.
Semanas después del incidente, el coronel maderista Benjamín Argumedo aceptó ante un juez militar que él había dado la orden de iniciar la matanza, aunque en su defensa afirmó que los chinos los habían recibido a tiros cuando llegaron a la ciudad.
Sin embargo, las investigaciones revelarían que los chinos “estaban desarmados”.
Cuerpos en carreta son sacados de Torreón el 15 de mayo de 1911 (Wikimedia Commons/Dominio Público).
Las consecuencias
Años antes de la masacre en Torreón, México y China habían firmado un pacto de amistad y comercio que se tambaleó tras este incidente.
En cuanto el gobierno chino tuvo conocimiento de lo sucedido le demandó a sus pares en México investigar lo ocurrido, castigar a los responsables, expresar sus condolencias por lo ocurrido e indemnizar a los deudos de las víctimas.
El gobierno de Madero ofreció resarcir el daño, pero al final éste no se pagó pues el mandatario fue asesinado en 1913.
Un año después la mayoría de los chinos que habían sobrevivido huyeron de Torreón, y los pocos que se quedaron prefirieron guardar silencio sobre lo ocurrido. Por décadas este vergonzoso capítulo de la historia permaneció en el olvido.
Fue hasta la década de los 2000 cuando las autoridades mexicanas emprendieron actos de desagravio hacia la comunidad china. Ese año, en el Museo Memoria y Tolerancia de Ciudad de México se montó una muestra fotográfica sobre racismo donde se evocó esta matanza.
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