Los días de reflexión, descanso y asueto por la Semana Santa en Elota, Sinaloa, cambiaron por horas de angustia. En las calles el ruido de los motores de camionetas y golpes metálicos de carrocerías con armas largas terminó con la tranquilidad y anunció la llegada de sicarios a un pueblo a 20 minutos de la cabecera municipal, donde normalmente no pasaba gran cosa.
Varios comandos que habrían sido enviados por "Los Chapitos" –hijos del capo sinaloense Joaquín "El Chapo" Guzmán- irrumpieron en las comunidades de Elota en busca de la gente que opera para los "Dámasos" –Dámaso López "El Licenciado" y Dámaso López Serrano "El Mini Lic"-, a quién tuviera relación o trabajara para ellos: sicarios, "halcones" y narcomenudistas.
La instrucción que llevaban los hombres empecherados y encapuchados era una: "la limpia" de todos los "Dámasos". "Los Chapitos" querían la plaza de "El Licenciado". La fractura dentro del Cártel de Sinaloa era real. Esta escena fue relatada por un habitante del ejido donde ocurrieron las incursiones, quien pidió no mencionar el nombre del pueblo.
De la guerra mediática entre "Los Chapitos" y "Los Dámasos" -carta a noticiero televisivo nacional hasta la entrevista en Río Doce-, los primeros decidieron pasar a las acciones y madrugar a los segundos.
Elota es un municipio ubicado en el centro-sur de Sinaloa, cuya principal actividad oficial es a agricultura con la siembra de hortalizas, aunque en la zona se han registrado hallazgos de plantaciones marihuana. Cuenta con 42 mil habitantes y su situación geográfica, en medio del estado y de rutas hacia la sierra, es estratégica según autoridades estatales que admiten que uno de los dos grupos contaba con el control completo y tenía una base importante ahí hasta hace unas semanas. Jesús Antonio Sánchez Solis, vicefiscal del estado, reconoció a finales de abril de este año que se recibieron denuncias desde el pasado periodo vacacional de los grupos que entraron a las viviendas en busca de personas que consideraban del bando enemigo.
La Cruz de Elota, es la cabecera del municipio. El nombre de la localidad obtuvo reflectores en enero del año pasado cuando en medios del estado se dio a conocer que ahí se habría realizado una reunión entre Joaquín "El Chapo" Guzmán, e Ismael "El Mayo" Zambada.
Los días previos a la violencia de Semana Santa
La jornada de "limpia" de "Los Chapitos" en Elota esa Semana Santa llegó precedida de días violentos y sangrientos. El domingo 16 de abril de 2017, un grupo de hombres armados colocó un falso retén en la carretera México-Nogales, y despojó a dos conductores de sus vehículos: un Mazda y un Versa. La policía estatal arribó al lugar donde fueron atacados por los sicarios, quienes lograron escapar y en su huida abandonaron una camioneta Cherokee blanco blindada que en su interior tenía cartuchos y cargadores de diversos calibres.
Por la tarde, en las comunidades de Buenos Aires, ejido Culiacancito, Tanques I y Tanques II, cercanas a la Maxipista en Elota circularon en las calles caravanas de camionetas con hombres armados. Alrededor de las 16:00 horas, en la comunidad de Celestino Gasca se dio un enfrentamiento entre integrantes de "Los Chapitos" y "Los Dámasos". En la noche también hubo un enfrentamiento en la comunidad de Pueblo Nuevo.
Al día siguiente, el lunes 17 de abril de 2017, por la mañana dos grupos de hombres armados de ambas facciones del Cártel de Sinaloa se enfrentaron en la comunidad de Dimas, en San Ignacio, que colinda con Elota.
Horas más tarde fueron localizados cuatro hombres sin vida y maniatados a un costado de la Maxipista en el kilómetro 75 a la altura de Rosendo Nieblas. Los levantaron, lo sacaron de sus casas un día antes. Fueron las primeras víctimas de la "limpia" de los "Los Chapitos".
La situación no mejoraría, y la mañana del 18 de abril un comando armado a bordo de camionetas ingresaron al estacionamiento de un hotel en la Elota, y tras una rápida inspección de los rivales en las habitaciones, salieron del lugar a recorrer las calles del municipio para ubicar a los "contras".
Los habitantes de Elota buscaban el rincón más seguro y oculto de sus casas para refugiarse al escuchar las columnas de camionetas y las ráfagas de armas de grueso calibre. Intentaban no dar señales de vida en la vivienda para evitar la curiosidad de los sicarios, ya que serían minutos de horror, de preguntas, amenazas y golpes, de tener a la muerte próxima.
Ataque y defensa, avanzar y contener. "Chapitos" y "Dámasos" también se enfrentaron en las comunidades de Potrerillos del Norote, El Saladito y Toyoltita.
En el kilómetro 74 tres vehículos rojos -una Chevrolet Colorado, una SUV de Mazda y una Ford Explorer- fueron emboscados por hombres armados.
Los enfrentamientos obligaron al despliegue de dos helicópteros de la Secretaría de Marina en Elota para ubicar a los gatilleros.
En el Potrerillo del Norote, cerca de las 9 de la mañana, unas 15 camionetas con hombres armados irrumpieron en la comunidad, en grupos de tres camionetas con unos siete sicarios cada una comenzaron a recorrer las calles.
La sorpresa invadió a los habitantes, quienes se resguardaron en sus hogares, y los negocios cerraron. Los "malos, los "mañosos", habían llegado. Casa por casa los sicarios de "Los Chapitos" buscaron indicios de gente que pudiera operar para "Los Dámasos".
Ingresaban a las viviendas, pateaban y tiraban muebles, apuntando con sus fusiles de asalto gritaban: "hijo de su puta madre, quién trabaja para los Dámasos, más valen que nos digan o nos los chingamos a todos de un putazo, órale hijos de la chingada hablen...", según testimonios.
Algunas personas fueron hincadas y pusieron los cañones de las armas en la cabeza para llenarlos de miedo y obligarlos hablar, a entregar a familiares y amigos, a dar datos y señas de quienes trabajaban para "Los Dámasos".
La policía estatal recibió el reporte del ingreso de los sicarios y con el apoyo de fuerzas federales llegaron al lugar, sin embargo, la gente de "Los Chapitos" se escapó.
La misma historia se presentó en otras comunidades de Elota: sicarios en camionetas, levantones, huida y llegada tarde de las autoridades.
En Elota no se sabe con precisión cuántas personas fueron levantadas en las distintas comunidades durante la Semana Santa 2017, nadie quiere decir tampoco para mantener su cabeza segura de una bala. Conocen el modo operar del cártel cuando está en "limpia" por una plaza: tras el levantón, el interrogatorio; si sirve, se queda en la organización, sino un balazo para acabar con su vida y terminar arrojado en una carretera o paraje, como fue el destino de cuatro vecinos que fueron encontrados en el kilómetro 75 el 17 de abril.
Fuente.-LaSillaRota
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