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martes, 1 de septiembre de 2015

TLATLAYA ,la VIOLENCIA detrás del COMANDO de ASESINOS del "BATALLON 102".


Clara Gómez González es una de las tres personas que salieron con vida de la bodega de San Pedro Limón, Estado de México, en la que militares ejecutaron extrajudicialmente a al menos 12 jóvenes. En la siguiente entrevista, a un año de los hechos, Clara narra la violencia y la descomposición social que se vive actualmente en las fronteras de Guerrero, Estado de México y Michoacán, y reconstruye lo que sucedió en Tlatlaya, la madrugada del 30 de junio de 2014

Se escuchó el grito de advertencia:
—¡Nos cayeron los contras!
Clara Gómez González pensó: “Aquí nos cargó la chingada a todos, y uno sin tener culpa”. Estaba en una bodega de San Pedro Limón, municipio de Tlatlaya, Estado de México, en manos de un grupo de hombres armados. Horas antes había recorrido los casi 40 kilómetros que hay entre Arcelia, Guerrero, y San Pedro Limón. Seguía una corazonada que tal vez la llevaría a encontrar a su hija, desaparecida semanas atrás.
No llegaban integrantes de un grupo rival, sino militares del 102 Batallón de Infantería: rasgaron la oscuridad con sus lámparas. Clara escuchó disparos y vio caer a la hija que había ido a buscar, Erika, de 15 años, herida en una pierna. Una sacudida volcánica de la existencia la convirtió en testigo del caso en el que militares ejecutaron extrajudicialmente entre 12 y 15 personas, según informa la Recomendación 51/2014 que la Comisión Nacional de Derechos Humanos emitió luego de investigar qué sucedió en ese lugar la madrugada del 30 de junio de 2014.
Los habitantes de Arcelia han pasado la última década narrando en voz baja su propio diario del desasosiego. Atrás dejaron las noches en las que podían ir al zócalo a convivir con su familia o con sus amigos. Algunos de los 32 mil 181 habitantes —contabilizados por el INEGI en 2010— se han mudado. Cada vez son menos los comercios que abren sus cortinas. Los periódicos El Debate y El Despertar del Sur llevan continuamente a ocho columnas noticias de secuestros y enfrentamientos entre bandas criminales.
Clara es una de las pocas personas que quieren hablar con desconocidos sobre la perturbación de la vida cotidiana en ese municipio de Guerrero y en los confines del Estado de México y Michoacán.
Conoce Arcelia como a la palma de su mano, ahí nació hace 37 años. En una visita a sus recuerdos dice: “En el tiempo en que yo era chamaca andábamos libres. Caminábamos en el día y en la noche. A las 10 o a las 11 de la noche podías ir al zócalo a pasar un buen rato; había un montón de gente. Antes el pueblo era muy tranquilo”.
En cuanto su memoria se acerca al presente, esto es lo que le entrega: “Ahora las cosas son muy difíciles para los que vivimos ahí. En el zócalo a las ocho de la noche ya no hay nadie. Hay mucho gobierno por las calles. Ya no se puede salir a las 10 o a las 11 de la noche porque te paran los militares, la marina, la federal o la gendarmería… Antes andábamos en burro o en bici. Ahorita ya es muy difícil hacerlo porque ves muchos carros y no sabes si son de la delincuencia; gente buena o gente mala. No podemos atinarle a saber qué tipo de personas son”.
Los habitantes de Arcelia, municipio calificado por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) con grado de marginación y de rezago social medio, han tenido que afrontar los daños económicos que la violencia ha desencadenado en la región. “Han cerrado algunos comercios, por lo mismo de que no entra mucho dinero. Si tú tienes un negocio, van y te cobran piso, y tienes que pagar. Y si no lo haces, mejor cerrarlo. No tiene caso estar trabajando para mantener a otras personas”.
Clara apunta con precisión el momento en el que ya no se sintió segura en su pueblo. Dice que sucedió cuando empezaron a secuestrar y a matar gente hace varios años. “Las cosas no salían a la luz. Nada más se decía que fulano desapareció o aparecía muerto. Tampoco uno se explicaba por qué. Todo quedaba en silencio. Nosotros a veces nos dábamos cuenta por los periódicos”. 
En 2007 Clara recibió un volante en las calles de su pueblo con los requisitos para ser instructor comunitario del Consejo Nacional de Fomento
Educativo (Conafe). Ese papel la acercó a hacer algo distinto en la vida: enseñar a niños que viven en lugares precarios, adonde “los maestros federales son asignados pero no van porque no hay servicios”.
Luego de haberse separado de su esposo, ella sólo se hacía cargo de su hija menor Erika, que entonces tenía siete años. Sus tres hijos mayores —Omar (14 años), Sadam (11 años) y Armando (9 años)— estaban con su padre.
Pese a que hubo quien le dijo que no iba a ser buena profesora, Clara tomó el curso de capacitación durante dos meses y fue asignada como profesora a la comunidad El Colorín, en el municipio San Miguel Totolapan, Guerrero.
Los padres de familia viajaron a Arcelia para llevarla a El Colorín, frente a ellos Clara aún titubeaba. “Al principio yo tenía miedo porque no sabía cómo expresarme con los alumnos y con los padres. Me preguntaba si les iba a caer bien. Y también tenía miedo porque llevaba a mi hija”.
Los instructores comunitarios tienen las mismas obligaciones que cualquier otro profesor: cubrir ciclos escolares de un año, cumplir con un horario (8:00 a 15:00 horas), enseñar apoyándose en un plan de estudios y evaluar a los alumnos con puntualidad. Ellos, sin embargo, trabajan bajo un sistema multigrado, con grupos pequeños y en centros escolares marcados por la pobreza.
Clara dice que su viaje a El Colorín duraba 10 horas; una parte del trayecto la hacía en coche y otra en burro. El catálogo de localidades elaborado por la Sedesol informa que en ese lugar viven 41 personas; hay 10 viviendas habitadas; ocho están sin agua entubada; ocho carecen de drenaje; 10 no tienen energía eléctrica; nueve tienen piso de tierra y en siete falta excusado. En resumen, el grado de marginalidad es “muy alto” y el grado de rezago social es “alto”.
En los siguientes seis años Clara trabajó como profesora en Ojo de Agua, Cuadrilla Ascencio, Puerto del Tepehuaje y Terrerito, localidades del estado de Guerrero clasificadas por la Sedesol con niveles de marginación muy alta y alta.
Pese a las carencias, en esas comunidades tratan de que los niños aprendan en un ambiente agradable. “El presidente de la Asociación de Padres de Familia te presta un lugar. Puede ser una casita, su patio o hay lugares en
que corren con suerte y tienen sus propias aulas construidas con ayuda del gobierno”.
En su vida como profesora Clara aprendió a apretarse el cinturón y a no echar de menos los servicios básicos. “Si en la comunidad hay casa del maestro, ahí te quedas; si no, en la escuela o con el presidente o la vicepresidenta de la Asociación de Padres de Familia. Los padres se organizaban para darme de comer”.
Los padres también pagaban los viajes mensuales que Clara hacía cuando tenía que asistir a las juntas del Conafe en Arcelia. “Se organizaban para llevarme o para darme lo del pasaje. A veces tenía que gastar 700 pesos de ida y 700 pesos de regreso. Si yo quería bajar en cualquier otra ocasión, tenía que pagar de mi propia bolsa”. Y tomando en cuenta que Clara ganaba mil 700 pesos, las oportunidades para visitar a su familia eran contadas.
En algunas de las comunidades en las que trabajó el celular es sólo un adorno. Los padres le enseñaron en qué zona de la sierra había cobertura. Eran puntos tan alejados que Clara tuvo que caminar varias veces dos horas de ida y dos de vuelta para hacer una llamada.
De sus alumnos recuerda la felicidad que les provocaba recibir una paleta o cualquier dulce al terminar la clase. “Les hace falta comida. Si tú les llevas algo te lo agradecen mucho. Hasta el chilito en polvo lo agradecen porque ahí hay mucha fruta; se lo comen con mango, ciruela o nanches. Lo que tienen lo gastan de a poquito. Lo estiran hasta donde más les alcance”. 
Durante varios años Clara disfrutó de la compañía de Erika en las aulas. Cuando era posible pedía permiso en la primaria a la que asistía su hija en Arcelia y se la llevaba a la sierra. Ahí también la ponía a estudiar al lado de sus alumnos. Cuando Erika entró a la secundaria no pudo acompañar más a su madre a las comunidades porque los profesores no le daban permiso de faltar a clases.
Clara recuerda que su relación con Erika siempre fue cálida y sin peleas. En los últimos tres años trataron de aprovechar cualquier oportunidad para estar juntas, ya fuera porque Clara tenía que ir a firmar boletas a la secundaria o porque tuviera que ir a una reunión del Conafe. Algunas veces convivían el viernes y el sábado, y el domingo Clara regresaba a su escuela.
Erika, a sus 15 años, era “muy tranquila, muy inteligente, siempre sacaba 9.4 en la escuela. No era grosera”. Antes que cualquier platillo, pedía mojarras fritas. Jugaba futbol y basquetbol. En los desfiles del pueblo le gustaba salir de bastonera.
Cuando Clara estaba en Arcelia acompañaba a Erika a la secundaria por la mañana (6:45 horas) y la iba a recoger por la tarde (14:00 horas). Esto se hizo costumbre porque los padres de familia se quejaban con las autoridades de la escuela por la presencia de jóvenes y jovencitas que interceptaban a las alumnas a la hora de la salida y las “enredaban” para llevárselas a quién sabe dónde.
“Ahí si te duermes, te las ganan. Tienes que ponerte busa. Yo me quejé con el director porque en muchas ocasiones vi a muchachos que no traían el uniforme adentro del plantel. Muchachos o muchachas les dicen un sin fin de cosas y hay niñas que sí les creen y se las llevan”. Clara comenta que algunas de las familias han corrido con suerte y que les han regresado a sus hijas; otras, jamás volvieron a tener contacto con ellas.
Erika un día tampoco regresó a su casa. Clara se enteró de la desaparición de su hija hasta que bajó de la sierra semanas después. La mala noticia no le llegó antes porque la abuela de Erika pensó que se había escapado con el novio, algo común en el pueblo. Tampoco pudieron llamarla por teléfono porque su celular no tenía cobertura.
La hipótesis de la fuga con el novio perdió fuerza en cuanto vieron que nadie había ido a “consolar” a la fa- milia, es decir, nadie había ido a pedir permiso para que Erika se casara. Y Clara tampoco creía que se trataba de eso porque su hija recientemente no le había comentado que tuviera una relación con alguien.
La voz de Clara al relatar esos días adquiere un tono apesadumbrado: “Fui a buscarla. Eso es lo que uno sabe hacer. Me imaginé bastantes cosas. A veces pensaba que me iban a decir ‘allá está tu hija, vete a recogerla’”.
Ese ir y venir sobrecargado de angustia duró 15 días. Clara ya se había ausentado mucho tiempo de la escuela y los padres de familia estaban a punto de reportarla. Si eso sucedía, el Conafe no le pagaría y ella se quedaría sin dinero. No tuvo otra opción más que detener su búsqueda. Volvió con sus alumnos y le pidió a los padres que le firmaran la cédula de asistencia para tramitar su pago.
El viernes 27 de junio de 2014, Clara llegó a Arcelia. Dos días después, el domingo 29, recibió una llamada breve de su hija: “Mami, estoy bien. Voy a ir con unos amigos a San Pedro”.
El comportamiento de Erika despertó sospechas en Clara: “Yo la sentí muy rara. No me quiso decir lo que le pasaba. Sonaba muy seria”. Usó la información a su favor: “Fui a San Pedro Limón porque ya estaba harta de no saber nada y de que las autoridades tampoco me hicieran caso. Cuando fui al ministerio público me pidieron que esperara 72 horas para ver si no se había ido con el novio. Ya había pasado mucho tiempo”.
Madre e hija se encontraron a la puerta de un hospital de San Pedro Limón, en el municipio de Tlatlaya. Las palabras otra vez salieron a cuentagotas. Erika iba acompañada de varios jóvenes armados que cortaron de tajo las intenciones de Clara: llevarse a su hija y luego meterla en un internado. Le aseguraron que eso no iba a suceder y le ordenaron que se subiera a una camioneta de doble cabina. El viaje no fue largo, por mucho cinco minutos. Nadie dijo nada. Erika iba de copiloto y Clara estaba sentada en la cabina trasera.
Al llegar a una bodega, uno de los jóvenes le quitó el chip al celular de Clara para evitar, según ellos, “que les echara al gobierno”. Clara insistió en que se llevaría a su hija porque era menor de edad, pero lo único que le concedieron fue que se sentara en una esquina encima de unos tabiques.
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La noche se había cerrado. Clara no podía distinguir lo que sucedía. Recuerda que vio a los hombres tendidos, durmiendo. Ella no podía cerrar los ojos. “Tenía miedo de que me hicieran algo. Todo estaba tranquilo. El ambiente era como cuando te vas a tu recámara a dormir y todo está en silencio”.
La tranquilidad desapareció en cuanto el único joven que estaba haciendo guardia afuera entró corriendo y a voz en cuello dijo: “¡Nos cayeron los contras!”.
Clara como estaba en una esquina, al fondo de la bodega que no tiene muros ni puerta de acceso, no podía observar qué sucedía en cada uno de los extremos. Pero lo que quedó al alcance de sus ojos y oídos fue que los militares bajaron de su camioneta, alumbraron hacia la bodega y gritaron: “Somos ejército. Ríndanse”. Al mismo tiempo los jóvenes se levantaron, asustados; los que tenían armas las dejaron caer y levantaron las manos, doblándolas hacia la espalda.
Clara asegura que los primeros disparos salieron de las armas de los soldados y que sólo algunos de los que estaban en la bodega respondieron el ataque. Antes de que los militares entraran, Clara tuvo oportunidad de ver a su hija, que estaba bocabajo, con una pierna herida. Se acercó para tomarle el pulso y supo que todavía estaba viva porque se quejaba. En ese instante comenzó otro tiroteo. Clara corrió y entró en una de las tres camionetas que estaban en la bodega. “En medio de la confusión pensé que ahí nunca me iban a encontrar”. Desde su escondite escuchó que dos mujeres, con las que no había convivido durante la noche —identificadas más tarde como Cinthia Nava y Patricia Campos—, y dos jóvenes gritaron que estaban secuestrados, para evitar que a ellos también les dispararan.
Un soldado halló a Clara en la camioneta, la llevó de nuevo a la esquina en la que había observado todo desde el principio; la sentó al lado de Cinthia, de Patricia y de los dos jóvenes que habían dicho que estaban secuestrados.
“Cuando todo se calmó fueron sacando a los muchachos uno por uno. Les preguntaron su nombre, su apodo, a qué se dedicaban. Los fueron ejecutando”.
Clara, aterrada, le preguntó al militar que la estaba vigilando: “Y a nosotras, ¿qué nos van a hacer?”. El soldado respondió: “Nosotros no matamos mujeres”.
Al compendio de aquellos momentos le pone sonidos y olores. “Cuando los ejecutaban el sonido del disparo era hueco, los soldados estaban a poca distancia de los jóvenes. Olía a pólvora y a chuquía por la misma sangre. Yo como soy diabética pensé que ya me iba a dar el cuartazo ahí. Me mantuve firme. Estaba pensando en mi hija, quería saber dónde estaba”.
Las siguientes horas se gastaron en interrogatorios con hombres que la grababan con una tableta y que la amenazaban. Sus declaraciones las hizo en una de las accesorias en obra negra que están al frente de la bodega, ante personal del Ejército, y de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México. “Una abogada me metió presión. Me dijeron que tenía que cooperar. No paraban de preguntarme de qué organización criminal era, que si era la esposa de uno de los jefes. Como yo les decía que no sabía nada, que yo estaba ahí porque había ido por mi hija, siempre me dijeron que sólo me estaba haciendo la víctima”. Clara tuvo que salir de la accesoria varias veces para ir al baño y aprovechaba la oportunidad para ver de reojo el cuerpo de su hija, el cual seguía bocabajo y sin ningún arma cerca de ella.
Clara dice que salió de la bodega, junto con Patricia y Cinthia, el lunes 30 de junio como a las cinco o seis de la tarde: “el sol todavía no se metía”. Los otros dos jóvenes que estaban con ellas también habían sido ejecutados horas antes.
Primero las llevaron a la Subprocuraduría General de Justicia de Tejupilco pero ahí no se quedaron porque la misma licenciada que la estuvo presionando durante los interrogatorios pidió que las trasladaran a las oficinas de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México, en Toluca. “Allá hacemos que hasta los muertos hablen”, sentenció la funcionaria.
En la Procuraduría General de Justicia del Estado de México, Clara rindió su declaración, pero aún no se le quita el sabor amargo que le dejó haber pasado por esas oficinas. “Nos trataron como quisieron. Yo les dije que estaba enferma, que soy diabética, que yo ya no podía aguantar mucho. Me presionaron para que firmara unos documentos. Yo decidí firmar, en lugar de que me estuvieran golpeando. Así es como te echas la culpa de cosas que no cometes”. Un policía golpeó a Clara con los nudillos en la cabeza, el pecho y la espalda.
Clara, Patricia y Cinthia estuvieron en Toluca hasta el miércoles. Durante esos tres días Clara no había podido ponerse en contacto con su familia. Su hijo mayor fue a buscarla a la Procuraduría, pero le dijeron que ahí no estaba. El jueves las trasladaron a la ciudad de México para que declararan ante la Procuraduría General de la República. Las interrogaron dos días en la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO). Clara estaba fuera de sí. Sus niveles de azúcar en la sangre eran muy altos y la presión arterial también se le había disparado al cielo. “Estaba asustada. Me sentía muy mal. No tenía conocimiento de nada”.
Salió de la SEIDO el domingo 6 de julio a las dos de la tarde. Desorientada y sin un peso en la mano, le preguntó al policía que la acompañó a la salida cómo podía llegar a la central de camiones de Taxqueña. “Váyase derecho”, le respondió.
Una cadena de buenas voluntades hizo posible que Clara volviera a Arcelia, luego de haber pasado siete días en las tinieblas. Primero, un joven la llevó en metro hasta Taxqueña. En la central de camiones, Clara lavó trastes en una fonda y la dueña le pagó 200 pesos. Con ese dinero compró el boleto hasta Iguala, porque no le alcanzaba para más. Más tarde, en el camión, otra señora que vivía en su mismo pueblo aceptó prestarle 115 pesos para que comprara el boleto a Arcelia. Clara tocó la puerta de la casa de su madre el lunes 6 de julio a las cinco de la mañana.
Clara no pudo estar en el entierro de su hija y tampoco le permitieron en la Procuraduría General de Justicia del Estado de México que fuera a despedirse de ella mientras su cuerpo estuvo en la morgue. El único ritual funerario que compartió con Erika fue el último rezo de su novenario. 
Julio y agosto fueron meses estériles para Clara. “Tardé dos meses en salir a la calle. Tenía harto miedo de que me hicieran algo. Temía por mí y por mi familia. Prefería no dormir y estar al pendiente”.
El recuerdo de Erika, a un año de su muerte, aún quiebra la voz de su madre. “Yo decía: ya va a llegar mi hija de la escuela y me va a decir ‘mami, ya llegué’. Pero nunca más va a pasar… Me preguntaba por qué habían pasado las cosas así. Por qué teníamos que vivir esa inseguridad. Por qué los militares los mataron en lugar de agarrarlos y llevárselos”.
Tanto su madre como sus hijos la ayudaron a que saliera un poco de su depresión. Y también la animaron para que contara lo que había sucedido. Así fue como aceptó dar su testimonio a los periodistas de la Associated Press y de la revista Esquire.
A partir de la publicación de los reportajes su vida se convulsionó de nuevo. Enfrentó la ola de visitas de representantes del Ejército, la Procuraduría General de Justicia del Estado de México y la CNDH. Clara se convirtió en un testigo indispensable para echar abajo la versión oficial que refería que la madrugada del 30 de junio de 2014 militares habían repelido la agresión de un “grupo de delincuentes” en Tlatlaya.
La investigación que sustenta la recomendación emitida por la CNDH sobre este caso concluyó que en la bodega ubicada en San Pedro Limón murieron 22 personas; cuatro fueron heridas durante el enfrentamiento con personal del 102 Batallón de Infantería de la 22 Zona Militar; tres fueron heridas en un contexto de fuego cruzado y 12 fueron “privadas arbitrariamente de su vida por personal militar, incluyendo dos adolescentes”; de las tres víctimas restantes “no es posi- ble establecer ubicaciones y posiciones originales, debido a que fueron movidos de su ubicación, circunstancia que hace presumir que fueron privados de la vida de manera arbitraria”. Además se comprobó que los mil tares que estuvieron esa noche en la bodega cometieron violaciones a derechos humanos, y que personal de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México trató inhumanamente a Clara y torturó y agredió sexualmente a Cinthia y a Patricia. Asimismo, se acreditó que la escena del crimen fue alterada “con la intención, muy probablemente, de simular que las muertes habían ocurrido en un contexto de enfrentamiento”. Hoy hay siete militares presos.
En el epílogo de este relato, hecho en las oficinas del Centro Prodh, Clara incluye lo que aparece en sus sueños: “Sueño que voy caminando con Erika, como siempre. Que llega a la casa, que le pregunto cosas, como si no estuviera muerta”. En las noches todavía la persiguen las imágenes de lo que sucedió en aquella bodega. “Eso nunca se va a olvidar. Cuando me duermo, lo revivo”. Y en medio de las penumbras, Clara sigue preguntándose qué le sucedió a Erika, por qué abandonó su casa, quién se la llevó.
Fuente.-

Kathya Millares
Periodista y editora

"PEÑA NIETO",el PRESIDENTE "MENOS QUERIDO" en 20 AÑOS,afirma el FINANCIAL TIMES.


Enrique Peña Nieto es el presidente “menos querido en 20 años”, de acuerdo con el periódico británico Financial Times.
El periódico toma como fuente un estudio realizado por el Pew Research Center en el que demuestra que Peña Nieto tiene una aceptación del 44 por ciento, abajo del 51 por ciento del año pasado.
“Mientras su aspecto de ídolo de matiné permanece intacto, la promesa de la prosperidad y el sentido de esperanza que Peña Nieto personificaba han desaparecido”, enfatiza el periódico.
El diario expone que la imagen de Peña Nieto ha caído por los abundantes escándalos de corrupción, el estancamiento de la economía y la fuga del capo Joaquín “El Chapo” Guzmán.
“Muchos mexicanos siguen siendo escépticos acerca de un compromiso real del señor Peña Nieto para erradicar la corrupción arraigada”, cita el Financial Times.
Fuente.-

REVELA ENCUESTA que "75 % de los MEXICANOS REPRUEBAN a EPN"...


En el marco del Tercer Informe de Gobierno, el presidente Enrique Peña Nieto fue reprobado en su desempeño por el 75 por ciento de entrevistados, de acuerdo con unaencuesta nacional trimestral de la empresa Buendía y Laredo.
La encuesta, tomada de la página electrónica www.buendiaylaredo.com, revela que la aprobación presidencial descendió cinco puntos en el último trimestre: ahora sólo lo aprueba el 35 por ciento de los entrevistados.
Esta medición realizada a mil personas, las cuales fueron entrevistadas en su domicilio, en el periodo del 14 al 19 de agosto de 2015, también da cuenta que ocho de cada 10 ciudadanos considera que los problemas están rebasando al presidente Peña Nieto.
Sólo el 18 por ciento de los entrevistados dice que el Mandatario tiene los problemas bajo control, lo que significa que el presidente Peña Nieto rebasó al ex presidente Felipe Calderón cuando, en 2012, se hizo la misma pregunta a la gente.
Respecto al rumbo del país, el 63 por ciento de los mexicanos consideró que la nación no va en el mejor de los caminos y sólo el 21 por ciento dijo que México va bien encaminado.
Otro dato revelador de esta encuesta, es que hay un descenso en la simpatía de los entrevistados que se asumen como priístas hacía el presidente Peña Nieto.
A la pregunta “¿usted aprueba o desaprueba el trabajo que está haciendo Enrique Peña Nieto como Presidente de la República?”, el priismo mostró una baja expectativa de su Mandatario.
Lo mejor y peor
A los entrevistados también se les preguntó sobre los mejor y lo peor que ha hecho en esta administración el presidente Peña Nieto, La política social es lo más valorado, mientras que las reformas siguen generando resistencias.
Los mexicanos entrevistados también consideraron que la reforma fiscal también ha sido uno de los mejores logros de la actual administración y en contra posición, dijeron que la tragedia de Ayotzinapa y la “privatización de Pemex” han sido dos temas que ubican al gobierno como parte de las peores cosas que ha hecho en estos años.
Metodología
De acuerdo con la empresa Buendía y Laredo, la metodología empleada fue hecha para entrevistar adultos, hombres y mujeres de 18 años y más que residen permanentemente en viviendas particulares del territorio nacional.
La técnica fue mediante recolección de datos, a través de entrevistas personales (cara a cara) en vivienda, utilizando un cuestionario estructurado aplicado por encuestadores.
fuente.-LaSillaRota





Dice la PGR ...que INVESTIGA a la "PGR".


La Procuraduría General de la República (PGR) intensifica la lucha contra la corrupción al interior de la dependencia. Hoy se investiga a altos mandos de la institución, se realizan tareas de inteligencia que en los últimos cinco meses permitieron detectar casos de enriquecimiento ilícito, asociación delictuosa, extorsión o abusos que atentan contra la impartición de justicia, incluso prácticas añejas, pero que persisten, como el uso de las llamadas madrinas.

César Alejandro Chávez Flores, titular de la Visitaduría General, en entrevista con EL UNIVERSAL habla de forma abierta de los ilícitos cometidos por algunos servidores de la institución, para dejar claro que no habrá espacio para la impunidad. La misión que le encomendó la procuradora Arely Gómez es revertir la desconfianza hacia la policía y el Ministerio Público, “de manera que para recuperarla y poder generar una credibilidad es fundamental que haya un combate frontal, decidido, contra las conductas ilícitas de sus propios servidores públicos”.

Sólo desde abril pasado a la fecha, la Visitaduría General consignó ante tribunales 87 averiguaciones previas que involucran a 126 servidores públicos, entre los que están 25 agentes del Ministerio Público, 42 agentes de la Policía Federal Ministerial, cuatro mandos superiores, 12 mandos medios y 29 administrativos, como presuntos responsables de diversos ilícitos.
“El mandato que he recibido de la procuradora es no tolerar conductas irregulares para caminar hacia una institución que sea confiable. La ciudadanía debe tener claro que no hay espacios de impunidad. Tenemos un reto mayúsculo, pero estamos dando los pasos en la dirección adecuada, con estos primeros datos que presentamos se sustenta el que no se trata solamente de un dicho, sino de una convicción institucional que está implantándose”, advierte el funcionario.
¿Se va a proceder contra cualquier servidor público, sin importar el rango?
—Indudablemente. Tenemos casos de mandos que están sujetos a investigación, temas importantes de requerimientos ilícitos, y hemos obtenido diferentes órdenes de aprehensión contra subdelegados, por ejemplo, por cohechos y extorsiones.
Entonces, ¿va en serio?
—Claro, no se trata de una campaña, es una actitud institucional que debe ser permanente. Cuando puedan darse a conocer casos específicos lo haremos, pero los niveles que están involucrados en algunas de nuestras investigaciones no se limitan a personal operativo ni solamente a agentes del Ministerio Público y policías, sino verdaderamente a mandos medios y altos de la institución.
¿Qué marca la diferencia de un discurso que hemos escuchado contra la corrupción, con lo que se está haciendo hoy?
—En la estrategia de combate a la corrupción uno de los ejes fundamentales pasa por una evaluación de desempeño mucho más sistemática, pero también el articular un sistema de detección de conductas irregulares mucho más inteligente del que se ha tenido hasta el día de hoy en sus dos vertientes fundamentales: las responsabilidades administrativas y penales.
¿Se están detectando más casos, se ha puesto más la lupa?
—Sí. A partir de una reconfiguración de nuestros esquemas de trabajo interno en la Visitaduría General que fiscaliza, evalúa y persigue las conductas irregulares por parte de agentes del Ministerio Público, policías o peritos, hemos obtenido resultados mayores que los que se presentaron en los últimos años.
En el ejercicio de la acción penal en contra de servidores públicos de la PGR, desde abril de este año se han consignado 87 averiguaciones previas, es decir, en promedio traemos mensualmente 21 expedientes contra servidores públicos remitidos ante juzgados, 91% más respecto de lo que se vino haciendo desde el arranque de la actual administración.
¿Se está privilegiando la labor de inteligencia para identificar los casos?
—Hay un énfasis en el tema de inteligencia. La institución cuenta con información de quiénes son sus miembros, dónde están, qué están haciendo, y eso permite identificar tendencias posiblemente irregulares. El procesamiento de información hace posible detectar lo que está ocurriendo en una determinada zona o área, y permite hacer intervenciones mucho mejor dirigidas. La apuesta en la inteligencia, el contar con personas que tengan perfiles de analistas de información adecuado es un insumo fundamental para ser mucho más asertivos.
¿La PGR está poniendo énfasis en detectar el enriquecimiento ilícito de sus servidores?
—Sí, hemos podido comprobar cinco casos recientes, en los que hemos ejecutado acción penal ante tribunales, personas que tienen un patrimonio notoriamente superior a aquel que pueden comprobar de acuerdo con sus ingresos.
Hay una obligación de todos los servidores públicos de declarar ante la Secretaría de la Función Pública su patrimonio, y adicionalmente a todo el personal se le aplican los procesos de control de confianza, que pasan por la revisión del entorno patrimonial y social de los funcionarios. Se hacen investigaciones más puntuales donde se requiere información al sistema financiero mexicano respecto de las cuentas, ya sea de los servidores públicos, de sus familiares o dependientes.
Los servidores públicos que han sido consignados ante tribunales por la probable comisión de enriquecimiento ilícito son: dos agentes del Ministerio Público, dos policías federales ministeriales y un director general. Estos casos no corresponden a delincuencia organizada.
¿Por qué otros delitos se ha procedido penalmente?
—Contra la administración de justicia, tenemos el practicar cateos ilegales fuera de los casos, el lugar o los alcances autorizados por un juez, y que los elementos policiales o ministeriales se exceden. Hay desafortunadamente consignaciones por esta causa.
Se detectó el engaño a una persona para decirle que tenía investigaciones en su contra, con la finalidad de obtener un lucro; tenemos algunos casos de abuso de autoridad por retenciones ilegales o detenciones fuera de los casos autorizados o por tiempos superiores a los permitidos por la ley; el uso excesivo de la fuerza cuando se hace una aprehensión y se causan lesiones.
Tenemos solicitudes de jefes a subalternos de parte de sus viáticos a cambio de seguirlos enviando de comisión; abuso de autoridad por impedir a un ciudadano la presentación de denuncias; algunos cohechos, por ejemplo, por solicitar dinero para permitir a un ciudadano que siga su camino en un punto de inspección, a familiares de los detenidos para favorecerlos en la integración de una indagatoria, o en su determinación y situación jurídica.
Detectamos extorsiones, señaladamente cometidas por elementos de la Policía Federal Ministerial, básicamente a cambio de no inculpar a alguien por la comisión de un delito. Ocurre, por ejemplo, con personas que están en actividades de narcomenudeo, y los elementos se presentan amenazándolos de que se les iniciará una investigación si no pagan una cuota correspondiente.
Hay casos diversos de privación ilegal de la libertad, de abuso de confianza. Tenemos consignaciones por asociación delictuosa. Se han ejecutado prácticamente 50 órdenes de aprehensión, 17 de ellas sólo en julio y hemos obtenido 43 autos de formal prisión.
¿Se procede por la vía penal y la administrativa?
—Desde abril se han concluido 73 procedimientos de remoción en contra de personal sustantivo, con la separación del cargo de 77 servidores públicos: 66 agentes del Ministerio Público y 11 de la Policía Federal Ministerial. Significa 260% más que lo que se realizó en todo lo que venía de la administración.
¿Qué otras irregularidades se han detectado?
—Tenemos otros casos que encuadran en el incumplimiento, retraso o perjuicio por negligencia en la actuación del Ministerio Público; por ejemplo, hay averiguaciones previas en las que identificamos que se prolongan sin realizar las diligencias pertinentes, que se van quedando ahí dormidas por el paso del tiempo, o se decreta la libertad de detenidos sin que se exhiba la caución o cuando había elementos para ejecutar acción penal.
Encontramos uno en el que no se preservó la secrecía, se previno a los presuntos responsables de que estaban siendo investigados, por lo que tomaron previsiones para evitar ser detenidos en flagrante delito.
Casos de actuaciones ministeriales en los que se detiene a extranjeros y no da la debida notificación y oportuna a la embajada o al consulado correspondiente, que constituye una violación incluso a tratados internacionales.
El uso de madrinas era una práctica del pasado. ¿Qué tan frecuente sigue siendo?
—Una conducta añeja y que estamos muy interesados en reprimir es el auxiliarse de personal ajeno a la institución, lo que se conoce como madrinas. Es importante que lo pongamos en conocimiento, porque no forman parte de la institución, son auxiliares no autorizados de los policías, a través de los cuales realizan muchas actividades propiamente ilícitas; son quienes tienen contacto con las personas a las que se pretende extorsionar y eso permite a los elementos mantener el velo de su verdadera identidad.
Tenemos detenidos en Aguascalientes, que fueron sorprendidos en un retén donde auxiliaban a dos civiles —vestidos con uniforme de campaña— y a un policía ministerial, que inspeccionaban un tráiler.
A partir de la incidencia de denuncias, podríamos pensar que es una práctica que desafortunadamente todavía tiene un arraigo indebido en los cuerpos policiales y también en los ministeriales. Hemos recibido denuncias en una muy buena cantidad de localidades del territorio nacional.
¿Se han detectado casos de tortura? ¿Cuántos?
—Existen 52 averiguaciones previas iniciadas este año por posibles casos de tortura que involucran a 97 servidores públicos, en ninguno se han encontrado todavía elementos constitutivos del delito; sin embargo, se están llevando a cabo las diligencias, como la aplicación del Protocolo de Estambul.
Como tendencia de los últimos dos años, en los tribunales cuando se toman las declaraciones ante los jueces, en muchos de los casos los imputados refieren haber sido detenidos con malos tratos y en todos los casos de manera sistemática el Poder Judicial da vista al Ministerio Público. No podemos prejuzgar los casos y debemos investigar de forma exhaustiva.
¿Han enfrentado resistencias para realizar este trabajo?
—Esto tiene que ver con un trabajo de largo plazo orientado a cambiar la cultura institucional, que no se modifica solamente a partir de mensajes o de campañas, sino de la implementación de una serie de intervenciones que permitan modificar el entorno en el cual se desempeña el personal.
Por ejemplo, la puesta en marcha del nuevo sistema de justicia penal implica muchas modificaciones, y aquí en paralelo estamos dándonos cuenta de cuáles son los elementos que verdaderamente tienen visión de innovación y están dispuestos al cambio, y aquellos que presentan resistencias, porque en la forma tradicional de trabajar se ocultaba la posibilidad de actos indebidos.
Se está poniendo un énfasis particular en la evaluación del desempeño, que exista una verdadera carrera de mérito en donde podamos conocer el historial del rendimiento que tiene un agente del Ministerio Público, un Policía Federal Ministerial, y que pueda recibir promociones basadas en sus resultados. Son el tipo de intervenciones en las cuales creemos de largo plazo y además de un combate frontal fuerte a las conductas irregulares en sí mismas.
Tenemos un Centro de Evaluación de Confianza serio, robusto, con técnicas muy probadas, al mejor nivel internacionalmente, sustentadas en pruebas poligráficas, sicológicas, en revisiones de entorno patrimonial y social, y que nos permiten conocer el medio en el cual se desarrollan los servidores públicos; además, esa información está siendo utilizada por la Visitaduría General para identificar áreas, zonas y grupos en los cuales pudieran existir conductas contrarias a la legalidad.
¿Son herramientas que reducen el riesgo, pero no impiden que pueda haber un mal elemento?
—Así es. Ningún medio por sí mismo resuelve el problema, por eso el fenómeno de la corrupción debe ser atendido desde una visión completa. En la medida en que cada una de las herramientas cumpla con su función será mucho más confiable el sistema en su conjunto.
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EL "CHAPO"...y el "SOSPECHOSO RUBIDO".


Quiénes, fuera del penal del Altiplano, son responsables y culpables por la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán el pasado 11 de julio, es la línea de investigación más importante de la PGR para determinar los niveles de complicidad de funcionarios federales. ¿Fueron omisiones? ¿Negligencia? ¿Corrupción?
Las autoridades determinarán el grado de responsabilidad de los funcionarios, pero se puede argumentar, sin establecer acusación alguna, que en el área de Inteligencia de la Policía Federal y el CISEN, se encuentran las claves que ayudarán a explicar con mayor claridad porqué fue posible la evasión. 
La investigación sobre la fuga se enfocó originalmente en el sector de reclusorios por la sospecha mecánica de corrupción. Se cesó a funcionarios de alto nivel del Sistema Penitenciario Federal, y se detuvo algunas horas a directores del penal del Altiplano. La investigación se expandió a otras áreas por la complejidad con la que se toman las decisiones en del penal y porque la última palabra no dependía de ellos, sino en la Comisión Nacional de Seguridad, en específico, el área de Inteligencia de la Policía Federal, que estaba a cargo de Ramón Pequeño. 
Por diseño, las decisiones dentro de los penales de máxima seguridad son colegiadas, y nadie tiene la autoridad absoluta. Las toma un Consejo Técnico que integran el director general del penal, que lo preside, el director jurídico que hace las veces de secretario técnico del Consejo, el director de Seguridad Técnica, el jefe del Departamento de Observación y Clasificación –que clasifica al interno por grado de peligrosidad-, un representante de la Coordinación de los Centros Federales de Readaptación Social y, según los temas a tratar, los jefes de las distintas áreas, como Trabajo Social, Sicología o Pedagogía. Sesionan cada ocho días, pero en situaciones extraordinarias, se reúne tantas veces como se necesite. 
Cuando inició el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, una de las primeras decisiones fue regresar a la Secretaría de Gobernación la responsabilidad total de los penales. La Consejo Nacional de Seguridad absorbió el mando absoluto, y todas las decisiones del Consejo Técnico tenían que ser aprobadas por el área de Inteligencia de la Policía Federal. Bajo la administración del primer comisionado, Manuel Mondragón, la clasificación altamente sofisticada que había en los penales de máxima seguridad se borró. Su sucesor, el recién destituido Monte Alejandro Rubido, no lo corrigió. 
La clasificación dentro de los penales establecía cómo agrupar a los criminales. El Altiplano tiene ocho módulos. El más sensible es donde se colocan a los autores intelectuales de alto riesgo, que tienen liderazgo y poder económico. Están separados de los autores materiales de alto riesgo, como separan también a aquellos considerados de medio riesgo. Esa dispersión era inexistente cuando reingresó El Chapo Guzmán al Altiplano en febrero de 2014, quien fue ubicado en el módulo 2 de “conductas especiales”, donde habían agrupado a los criminales más peligrosos. Ese módulo era de tránsito para los internos, pero le quitaron la temporalidad en este sexenio.
En julio del año pasado, las autoridades de reclusorios propusieron a la Consejo Nacional de Seguridad que se hiciera una rotación de directores del penal, uno protocolo de seguridad dificultar la corrupción, e impedir que con amenazas de muerte a familiares, como había sucedido en el pasado, los extorsionaran. Pequeño, jefe de Inteligencia de la Policía Federal, se negó y Rubido lo respaldó. Dijo que no había necesidad. Un mes después, en agosto, se propuso cambiar de celda a El Chapo Guzmán. 

La propuesta era trasladarlo a una estancia especial a donde llevan a los internos que tienen infecciones contagiosas. El área a la que propusieron las autoridades carcelarias moverlo, estaba sin internos y permitía que estuviera absolutamente solo en toda esa zona. Pequeño volvió a negarse y Rubido de nueva cuenta lo apoyó. La respuesta de Pequeño, y en particular de su segundo de a bordo en el tema de reclusorios, David Silva, fue acusatoria. Cuestionó a las autoridades penitenciarias de porqué lo querían llevar a una zona más cerca de la puerta de salida. El argumento carecía de razón. Aunque geográficamente esa estancia está más cerca de los locutorios y las zonas de visitas íntimas que el módulo 2, en donde estaba El Chapo Guzmán, las medidas de seguridad son exactamente las mismas que en el resto de los pabellones. No, fue le respuesta reiterada. 
En marzo de este año, llegó una nueva propuesta a la Comisión de Seguridad Nacional: trasladar a Guzmán al nuevo penal de máxima seguridad en Guanajuato, inaugurado en octubre de 2012. Ese penal, argumentaron, tenía poca población y podía ser ubicado en un módulo solo. Pequeño volvió a decir que no y Rubido sostuvo esa decisión. Silva alegó que lo querían tener “cerca” para vigilarlo. Cuatro meses después se fugó. 
La dinámica de tensión que se dio durante las administraciones de Mondragón y Rubido entre el Consejo Nacional de Seguridad y el Sistema Penitenciario Federal, expone lo entreverado de su relación y demuestra que nada que haya sucedido en el interior del Altiplano pudo hacerse sin conocimiento u omisiones en el exterior de la cárcel, en el mejor de los casos, o colusión y corrupción en el peor de ellos. Esta red es lo que están armando las autoridades federales para saber hasta dónde llega la complicidad que propició la fuga de El Chapo Guzmán. La promesa se mantiene: caerá quien tenga que caer. 
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twitter: @rivapa

Dice ser "HIJO del CHAPO" y se "PUBLICA FOTO" con el que dice es el "CAPO".


El día de ayer a través de una cuenta de Twitter a nombre del usuario Alfredo Guzmán, @AlfreditoGuzma, presunto hijo de Joaquín Guzmán Loera, se difundió una fotografía donde supuestamente aparece el "Chapo", la localización señala Costa Rica. 


El periodista Víctor Hugo Michel indicó que la supuesta cuenta del hijo del "Chapo" subió hace poco tiempo otra fotografía, la cual tiene geotag de Dubái.

En el espacio de "Ciro Gómez Leyva por la mañana", Víctor Hugo Michel indicó que el pasado 24 de agosto el presunto hijo del capo mexicano subió una fotografía la cual está geolocalizada en Dubái.

"Entonces todo nos apuntaría a que está utilizando un servicio conocido como Tor, que es un servicio que te permite utilizarlo a internet de forma anónima y que te va a estar rebotando la IP en distintos puntos del mundo.

"A menos que el hijo del Chapo Guzmán pueda viajar a un país donde hay unos controles migratorios muy estrictos como Dubái y de ahí lanzarse a Costa Rica", indicó el periodista.

Aunque el periodista recalcó que estaría utilizando un sistema para ocultar su huella digital. 
Señaló que es de llamar la atención el tipo de cosas que publican en la cuenta @AlfreditoGuzma, "es alguien que sabe mucho. 

"Lo que sí tiene es un sistema que se llama Tor, un sistema que te encubre tu dirección IP, y que te permite estar saltando de un lado a otra y que te identifique".

Por último el periodista señaló que el usuario de la cuenta estaría jugando con la información.

Cabe señalar que el gobierno de Costa Rica ya estaría investigando, por la supuesta localización en su país.

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DETIENEN a INTEGRANTE del CJNG que "ORDENO ATAQUE a la GENDARMERIA en OCOTLAN".

Imagen.-Twitter

Renato Sales Heredia, Comisionado Nacional de Seguridad informó de la detención de Javier Guerrero Covarruvias, quien ordenó un ataque en Ocotlán, Jalisco, en las que fallecieron cinco agentes de la División de Gendarmería de la Policía Federal y tres civiles, así como tres presuntos delincuentes, el pasado 19 de marzo.
Imagen.-Proceso


Mexico,D.F 01/Sep/2015 En conferencia de prensa, el comisionado detalló que la captura de este sujeto integrante de una organización criminal que opera en dicho estado, se realizó sin ningún disparo y está acusado de narcotráfico, secuestro, extorsión y del asesinato de varios civiles y policías.
El detenido cuenta con 27 años de edad y al momento de su detención se le decomisaron dos armas largas, dos cortas abastecidas, trece cargadores de diversos calibres y una camioneta Pick up.
Renato Sales informó que después del ataque se llevó a cabo un operativo que duró cerca de cinco meses y que concluyó en dicha detención.
Detalló que Covarruvias contaba con una red de protección que le permitía moverse entre Arandas, San Ignacio, Ocotlán, Yurecuaro, entre otros municipios de Jalisco.
Actualmente, el detenido está bajo resguardo de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO).

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"POLICIA de TEXAS" le DISPARA a HOMBRE que "YA SE HABIA RENDIDO" y lo "MATA".


Un video obtenido por una televisora de San Antonio aparentemente muestra a un hombre con las manos arriba que es baleado a muerte por la policía, un encuentro que las autoridades aseguran que sucedió luego de que el sujeto armado se resistió al arresto y no pudo ser sometido con armas no letales.

San Antonio,-TX.-31/Ago/2015 Gilbert Flores, de 41 años de edad, murió poco después del tiroteo del viernes, informó el lunes la policía del condado Bexar, en un comunicado.
Los policías Greg Vasquez y Robert Sanchez acudieron al llamado de un disturbio doméstico y encontraron a una mujer con un corte en la cabeza, y un bebé que parecía herido, según el comunicado.
Los agentes encontraron a Flores, quien estaba armado, e intentaron arrestarlo, según el departamento de policía. Luego de que Flores se resistió, utilizaron armas no letales, pero cuando "esos esfuerzos fracasaron", le dispararon.
El video, tomado por un transeúnte y obtenido por KSAT-TV, aparentemente muestra a Flores con las manos en alto antes de que se escuchen dos disparos y Flores caiga al suelo. El video no incluye el audio de las órdenes de los policías o la respuesta de Flores, y la escena está parcialmente tapada por los vehículos de la policía y los autos que pasaban por el lugar.
Poco después, los agentes arrastran a Flores y lo colocan boca abajo. Cerca de minuto y medio después se observa la llegada de una ambulancia.
Los policías fueron suspendidos con goce de sueldo en lo que se realiza la investigación.
"Sin duda lo que se ve en el video es causa de preocupación, pero es importante dejar que la investigación tome su curso, para que podamos asegurar una minuciosa y completa revisión de lo ocurrido", dijo la jefa de policía, Susan Pamerleau, en una conferencia de prensa. Pero su departamento criticó la publicación del video como un acto "sin ética" y "sensacionalista".
"Estos agentes no han sido acusados de un delito y una familia perdió a un ser querido", escribió el lunes el departamento en su página de Facebook.
La agencia no respondió el lunes a mensajes solicitando comentario sobre el video.
Una mujer en la residencia donde sucedió el tiroteo se negó a responder a las preguntas de un reportero el lunes, refiriendo toda pregunta al abogado de San Antonio, Thomas J. Henry, quien no devolvió de inmediato las llamadas hechas para solicitar un comentario.
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