La imagen es por demas elocuente, muestra una lista oficial de pagos realizados por la Coordinación de Comunicación Social de Tamaulipas en agosto de 2016, durante el gobierno de Egidio Torre Cantú, a diversos periodistas y medios locale,donde se observan nombres destacados de plumas al servicio del poder, muchos como Fernando Acuña Piñeiro, vinculados hoy al control de la narrativa en favor de la narco administración estatal que encabeza Morena y Américo Villarreal.
Los montos pagados por concepto de “servicios de difusión” alcanzan cifras que rebasan los $200,000 pesos mensuales, evidenciando el uso sistemático de recursos públicos para comprar silencios y favores, lo que en el argot del gremio se denomina embute, chayote, o cochupo.
Implicaciones de estos pagos
Este mecanismo no solo perpetúa la corrupción y el control informativo, sino que demuestra cómo figuras clave, primero recibieron grandes sumas bajo el viejo régimen, y ahora repiten la fórmula desde el escritorio oficial, usando el presupuesto estatal para seguir callando voces incómodas y alimentar una prensa “de prepago” y que hace mas daño con lo que callan, que con lo que escriben.
¿Por qué es grave?
El hecho de que el jefe de comunicación social bajo el gobierno humanista y transformador de Morena y Américo Villarreal haya sido beneficiario directo de pagos estratosféricos en otros sexenios y ahora sea quien decide a quién se premia o castiga con el “chayote”, habla de un pacto perverso y una institucionalización del control mediático a golpe de billete. Así se garantiza que la mayor parte de la prensa local hable sólo bien de un gobierno nefasto y evite cualquier crítica, bajo amenaza de retirarles su “embute” mensual.
Artículo 19 lo confirma
Organizaciones como Artículo 19 advierten que en Tamaulipas no hay verdadera difusión ni libertad de expresión, sino coacción y censura, agravada por un aumento descomunal en el gasto de comunicación social para control de medios. El jefe actual no solo cobra, también paga: cerrando el círculo del cochupo y asegurando el control total sobre lo que publica la prensa “acreditada”.
En resumen: quien dominó el chayote y el embute en el pasado, hoy maneja la chequera abultada que a discreción silencia a los demás y cuando no se callan, como ocurre en Matamoros, hay apoyo «Escorpion» con una ración de plomo para el que no quiso plata.
Y Tamaulipecos pagan la cuenta para que la familia del poder, ahora trague con manteca.
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