«MICHOACAN HIERVE y…VAN por el 8,9,10 ?»: «AMENAZAN OTRO ALCALDE y EX-ALCALDE sigue DESAPARECIDO TRAS TIRARSE a MATAR VERBALMENTE contra AMLO, MORENA y SHEINBAUM»…el unico limite del narco es su imaginación y van a seguir sobrando sombreros.

El crimen manda y los políticos acatan. En Michoacán, la impunidad no descansa ni en fin de semana. El sábado ejecutaron en vivo y a todo color al Alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, frente al público y a la cámara. Dos días después, un ex Alcalde de Zinapécuaro desapareció sin dejar rastro enseguida de despotricar contra Morena y un expresidente narco. Y para no romper la racha, el Edil de Pátzcuaro denunció que lo tienen amenazado.

Julio Alberto Arreola, el morenista que gobierna Pátzcuaro, lo dice sin vueltas: los alcaldes son el eslabón más débil. Traducido: carne de cañón sin escolta. “Nos hemos dedicado a trabajar, a no meternos con nadie”, asegura. Solo que en Michoacán eso no garantiza ni la sombra. Admite que ha recibido llamadas y mensajes “incómodos” del crimen organizado. Los denunció ante la Fiscalía, pero, como es costumbre, la justicia camina con bastón y se guía con los ojos vendados.

Mientras Arreola intenta dormir con el teléfono silencioso, el morenista Alejandro Correa, ex Alcalde de Zinapécuaro, sigue desaparecido. Su camioneta y pertenencias aparecieron intactas en un hotel de Hidalgo. Todo, menos él. El Fiscal estatal informa que “investigan” —una palabra que en Michoacán suele significar que no hay ni pistas ni prisa.

El último contacto de Correa fue a la 1:30 de la madrugada del 2 de noviembre. Luego, silencio. Un silencio pesado, de esos que en la tierra caliente se llenan con balas y rumores.

Después del asesinato del Alcalde de Uruapan y del líder limonero Bernardo Bravo, la Presidenta Claudia Sheinbaum anunció algo llamado “Plan Michoacán por la Paz y la Justicia”. Sonó bonito. Concretos, pocos. Prometió que se enfocará en seguridad, justicia, economía y educación… el mismo libreto de siempre, recargado y sin subtítulos.

Mientras tanto, la gente en las calles sigue llorando y organizando procesiones. Jinetes, motociclistas, familias enteras: “Justicia”, “Paz en Uruapan”, “Te vamos a extrañar Carlos Manzo”. El pueblo grita, pero los jefes del crimen ni se inmutan. En Michoacán, el poder no se gana en las urnas. Se hereda a balazos y el gobernador sigue en libertad.

Con informacion: ELNORTE/