En Tamaulipas, bajo el nefasto gobierno e Morena y Americo Villarreal,identificado ya por la evidencia, como un narcosistema,la violencia sigue dejando huellas profundas,pero apenas termina un escandalo y empieza otro.
Desaparición de familia en Tamaulipas: ¿Qué se sabe del hallazgo en su domicilio?
De acuerdo com TVazteca,la alerta se activó desde el pasado jueves 30 de octubre, después de que un familiar encontrara su domicilio en la colonia Hacienda Las Fuentes saqueado y con el servicio de luz cortado.
Raúl Flores, familiar de los desaparecidos, relató ante los medios de comunicación que al llegar notó que el suministro eléctrico había sido cortado y que los teléfonos de todos los miembros se dirigían directamente al buzón. Ante la falta de respuesta, dio aviso a las autoridades, que activaron las fichas de búsqueda oficiales.
El poder del Cartel facturado por el Gobernador
Reynosa es una ciudad sitiada por el miedo, pese a estar sitiada por militares francamente inutiles ante el poder territorial del Cártel del Golfo que intima con el gobernador, donde balas y desapariciones dictan la ley.
La cifra de 13,630 personas desaparecidas de acuerdo con el RNPDNLO es una bofetada a cualquier discurso oficial sobre seguridad: son familias enteras arrancadas de raíz, una estadística que no respeta ni edades ni historias.
Mientras tanto, los señalamientos de colusión política alcanzan el despacho estatal. Américo Villarreal ha sido llamado a cuentas por la prensa nacional tras aparecer en reuniones donde figuras del crimen organizado –según investigaciones periodísticas– parecen tener asiento reservado en su mesa y su caso no es unico,ni aislado,es la regla.
En Tamaulipas, los vínculos entre poder público y intereses criminales no son una sospecha al aire; son el truco más sombrío del sistema, retratado en expedientes, filtraciones y reuniones incómodas que al mandatario le han resultado por demas comodas,de tal suerte que deternerlo,podria salvar muchas has vidas.
Lo que ocurre en Reynosa y toda Tamaulipas es más que una simple narrativa de violencia: es la barbarie protocolar de las desapariciones, el saqueo de casas familiares, la angustia que se multiplica para quienes exigen respuestas mientras las autoridades permanecen mudas o distraídas. Sin embargo, no hay silencio capaz de enterrar la exigencia de justicia y la denuncia frente a quienes, con o sin charola, protegen el negocio del miedo.
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