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jueves, 6 de noviembre de 2025

«CULIACAN NO NECESITA SOLDADOS,NECESITA MAS BOMBEROS»: «CARTEL PIROMANIACO sigue QUEMANDO y PLOMEANDO CASAS y les VA MUY BIEN»…hay más blindados que extinguidores, más miedo que gobierno, y más fuego que esperanza.


Culiacán no deja de arder y mientras el estratega Omar Garcia Harfuch se distrae ,ahora con Michoacan,donde la lumbre ya estaba encendida y el gobierno vuelve a reforzar reforzamientos que ya habia reforzado, como en Sinaloa,el infierno sigue prendido con gasolina y risas de sicarios en territorio culichi.

Porque las llamas ya no distinguen entre fraccionamientos, avenidas ni horarios: cada madrugada es una ruleta rusa encendida por los piromaníacos que se creen dioses del fuego. Diez casas calcinadas en una semana de mas de un centenar y contando, sin un solo detenido. ¿Quién necesita más tropas si lo que faltan son mangueras y coraje?.

Porque lo de ahora ya no es “la narcoguerra”; es una temporada de incendios patrocinada por el cinismo y la impunidad. Los “Mayitos” y “Chapitos” se disparan, pero tambien se burlan con fuego. Rebautizan las calles con humo y dejan sus firmas en ceniza, como si las colonias fueran su tablero personal de venganza.

Mientras tanto, los uniformados patrullan el aire. Desfilan de un incendio al siguiente, no para apagarlo, sino para declararlo territorio controlado. Rubén Rocha Moya,el narcogobernador de Morena,la mas peligrosa organización criminal de este pais, promete orden, aunque el es parte del desorden, mientras los bomberos, esos verdaderos héroes anónimos, apagan ruinas y respiran humo acre en lugar de justicia.

La mas reciente vivienda tatemada fue siniestrada en la esquina de Poetas y Dramaturgos —ironías que solo el diablo entiende—, otra casa ardió hasta quedar en silencio. Un coche reducido a huesos metálicos y vecinos convertidos en cronistas involuntarios del miedo. Portalegre ya no es un fraccionamiento; es una antología del terror contemporáneo.

Y así va la capital sinaloense: con más blindados que extinguidores, más miedo que gobierno, y más fuego que esperanza.

Culiacán no necesita más soldados. Necesita bomberos, sí, pero también algo que el agua no puede apagar: vergüenza institucional, voluntad política y una dosis urgente de humanidad frente a esta orgía de fuego y poder.

Con informacion: ELNORTE/

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