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viernes, 10 de octubre de 2025

«BONITA COORDINACION y SOBRADA INTELIGENCIA»: LA «GUARDIA NACIONAL MATA POLICIA ESTATAL y HAY DOS GN HERIDOS TRAS CONFUSION y ENFRENTAMIENTO en SINALOA»…en la selva de balas donde la GN y la policía se aniquilan entre sí con precisión quirúrgica inversa.


La informacion es por demas infausta,pues nos relata otro episodio que encarna el pandemonio cotidiano en Sinaloa: un enfrentamiento armado “por aparente error de identificación” entre fuerzas del orden dejó un policía estatal muerto y dos miembros de la Guardia Nacional heridos en Bachigualato, Culiacán, en la madrugada de este 10 de octubre. 

La escena, a las 03:00 horas, tiene todos los ingredientes del absurdo: sobre la Calzada Aeropuerto, una SUV blanca Mitsubishi se convierte en objetivo, sus tripulantes —un policía y dos “guardianes”— caen bajo las balas, víctimas de una confusión ante la que las autoridades todavía balbucean explicaciones.

Detalles del Caos y Grave Omisión

  • Las víctimas: Jesús Enrique “N”, policía estatal de apenas 23 años, acribillado; los integrantes de la Guardia Nacional, identificados solo como Juan “N” y Jessica “N”, pareja y heridos de gravedad, atrapados en un torbellino de plomo provocado por sus mismos colegas.
  • El lugar del crimen, frente a un negocio de insumos agrícolas e industriales, fue asegurado rápidamente por un desproporcionado despliegue de la SEMAR, Ejército, y más policías, como si el monstruo estatal intentara tapar con su musculatura el bochorno de no saber a quién dispara.
  • Los heridos rescatados por paramédicos y voluntarios, la víctima trasladada a una clínica privada donde sucumbió, y todo el dispositivo militar ocupando el área mientras la burocracia oficial tarda en encontrar una historia mínimamente coherente que contar sin salir raspados.

Recriminación Irreverente

El episodio es una postal nítida de la descomposición institucional: policías y soldados incapaces de coordinarse, disparando primero y preguntando después, sin que una sola autoridad dé la cara ni esclarezca el circo mortuorio. 

La vida de un joven policía y la integridad de sus compañeros se pierden en la sarcástica niebla de un “error de identificación”, tan frecuente en Sinaloa que casi suena a excusa oficial. El círculo vicioso continúa: caos, plomo, confusión y silencio. La única certeza, el absurdo: la violencia oficial ni distingue, ni respeta, ni repara.

La cacareada estrategia de Harfuch

La cacareada estrategia de “inteligencia” y “coordinación” en Sinaloa es una tragicomedia digna de guionistas alcoholizados: aquí, la inteligencia brilla, pero por su ausencia, como si la información operativa se sacara de horóscopos, y la coordinación solo existiera en los boletines de prensa, no en la selva de balas donde la Guardia Nacional y la policía estatal se aniquilan entre sí con precisión quirúrgica inversa.

El eje de la “inteligencia”

  • Si la inteligencia operativa funciona, ¿cómo es que policías y militares se emboscan mutuamente con tino de francotirador miopísimo?
  • La sofisticación consiste en que la información llega cuando ya todo está bañado de sangre y confusión, como quien lee El Quijote para ver si hay tips de seguridad pública.

El eje de la “coordinación”

  • La coordinación institucional se reduce a pegarle al mismo objetivo, no importa si el objetivo son los propios compañeros: todos sincronizados en la peor partitura.
  • El mensaje es claro: la verdadera coordinación consiste en nunca coincidir en nada, ni siquiera en quién es el enemigo. Una alineación perfecta para el caos perpetuo.

En resumidas cuentas, los ejes rectores del combate al crimen en Sinaloa se mueven entre la ceguera táctica y la armonía del desconcierto. La única inteligencia es la de no estar cerca cuando se desencadena el siguiente “operativo exitoso” y la mejor coordinación es la de quienes redactan los comunicados para que nadie entienda nada, pero todos aparenten trabajar mucho.

Con informacion: NOROESTE/

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