Ni los uniformados se salvan: en México, hasta ser policía es una sentencia de desaparición y abandono institucional. Resulta que, según colectivos de búsqueda, han documentado al menos 326 desapariciones de policías estatales y municipales entre 2019 y 2024; pero si le preguntan a la Fiscalía General de la República (FGR), se hacen bolas, porque simplemente responden que no tienen registro, que no saben cuántos policías han desaparecido, como si fueran invisibles hasta para las autoridades que deberían cuidarlos.
La policía: carne de cañón sin protección
Si la FGR ni siquiera puede contar cuántos de sus propios policías desaparecen, ¿qué le espera a la población común? Los colectivos y familias tienen más registros que la misma institución encargada de la justicia. Aumentan los casos, especialmente en zonas de la CDMX como Tlalpan y el Ajusco, pero la solidaridad oficial brilla por su ausencia y los gobernantes siguen con su show de cifras maquilladas y promesas huecas.
Solidaridad de a mentiras
Mientras la sociedad exige justicia y búsqueda, el gobierno contesta con olvido, burocracia y respuestas de corazón de piedra. Resulta que ni portar placa garantiza que alguien mueva un dedo en Palacio Nacional, y la FGR nomás se encoge de hombros. Si desaparecen los guardianes, nadie está a salvo, y en este país ni los policías reciben ni empatía oficial ni protección real: aquí, cada quien se rasca con sus uñas—gobierno incluido.
Con informacion; LA SILLA ROTA/

No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu Comentario es VALIOSO: