China reiteró este miércoles su promesa de “luchar hasta el final” en una guerra comercial creciente con Estados Unidos al anunciar que aumentaría los aranceles sobre los bienes estadounidenses al 84% a partir del jueves.
Esta medida llega horas después de que EE.UU. implementara un arancel total del 104% sobre productos chinos, el más alto en la historia bilateral.
Acciones y contramedidas clave
- Respuesta arancelaria inmediata: China ajustó sus impuestos desde el 34% al 84% en menos de una semana, cubriendo sectores como agricultura, energía y manufacturas.
- Medidas no arancelarias:
- Restricciones a la exportación de 12 minerales críticos, incluyendo tierras raras.
- Inclusión de 31 empresas estadounidenses en listas de comercio restringido, afectando a sectores de defensa y tecnología.
- Suspensión de importaciones agrícolas de 9 exportadoresestadounidenses por razones fitosanitarias.
Posturas irreconciliables
Ambas partes insisten en que la culpa es del otro:
- EE.UU.: Acusa a China de prácticas comerciales desleales y exige retiro previo de aranceles para negociar.
- China: Califica las medidas de EE.UU. como “chantaje económico” y “unilateralismo”, prometiendo “luchar hasta el final”. Un documento estratégico chino del 9 de abril señala que los aranceles estadounidenses no resolverán sus problemas económicos, sino que generarán inflación y volatilidad financiera.
Impacto económico y riesgos
- Para China: Goldman Sachs proyecta una reducción de hasta 2.4% en su PIB para 2025, mientras UBS anticipa un crecimiento de apenas 4% si persisten los aranceles.
- Para EE.UU.: Se estima que los nuevos impuestos podrían elevar la inflación en 1.5 puntos porcentuales y debilitar su base industrial.
- Global: Flujos de capitales ya se redirigen a Europa y Asia, según Steph Boujnah de Euronext.
¿Guerra comercial o de orgullos?
Analistas como Xu Tianchen (EIU) señalan que los aranceles superiores al 60% son “inefectivos” y solo profundizan el daño mutuo. Sin embargo, la retórica de ambos gobiernos sugiere que priman factores políticos:
- Trump insiste en que China “quiere un acuerdo pero no sabe cómo empezar”.
- Beijing afirma que “no es instigador pero no rehúye la lucha”, vinculando el conflicto a su “soberanía y seguridad”.
Este punto muerto, donde ningún lado cede primero, refleja una dinámica donde el orgullo nacional y las narrativas internas complican una salida negociada. Como resume Ken Griffin de Citadel:”Estamos lamentando al EE.UU. que conocíamos“, ahora visto como una “economía emergente volátil”.
Con informacion: ELNORTE/

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