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miércoles, 8 de enero de 2025

LA “GUARDIA NACIONAL CASI ME los AGARRA ?”: “EJECUTAN 3 VENDEDORES de FRUTA en CONCURRIDA CENTRAL de ABASTOS y JEFE de SEGURIDAD FESTEJA la MEDIOCRIDAD MILITAR”…la tipica forma de resiliencia lingüística del Mexicano.


Tres vendedores de fruta fueron asesinados a balazos ayer martes a las 06:00 hrs en las inmediaciones de la Central de Abastos en Celaya, Guanajuato, en el concurrido Mercado de Abastos “Benito Juárez”,.

De acuerdo con testigos, los comerciantes estaban acomodando su mercancía cuando fueron atacados por sujetos armados. Una de las víctimas acababa de sacar la carreta del local con sandías, cuando fue baleado, por lo que quedó abajo de este objeto.

El cuerpo de otro hombre quedó en el exterior y al interior del local fue hallado uno más.

El Secretario de Seguridad Ciudadana de Celaya, Pablo Muñoz Huitrón, se apersonó en el sitio y aseveró a periodistas locales que la respuesta fue pronta por parte de la Guardia Nacional, cuyos elementos estuvieron a punto de capturar a los criminales.

“Sin duda, estamos trabajando ahí, tal es el caso que Guardia Nacional, casi me los agarra, estuvo ahí a los segundos, ni siquiera segundos”, afirmó.

El Mando confió en que un centro de monitoreo con cámaras de seguridad ubicado en la zona pueda dar pruebas a la Fiscalía estatal para dar seguimiento al caso.

Respuesta inadecuada

La declaración del Secretario de Seguridad Ciudadana, Pablo Muñoz Huitrón, merece varios comentarios y reproches:

La afirmación “la Guardia Nacional casi me los agarra” es altamente inapropiada y merece un fuerte reproche. Esta frase trivializa la gravedad del crimen y muestra una falta de sensibilidad hacia las víctimas y sus familias. Además, sugiere una actitud poco profesional por parte de un funcionario de alto rango encargado de la seguridad pública.

Ineficacia en la prevención

El hecho de que el ataque ocurriera en una zona tan concurrida como la Central de Abastos, a plena luz del día, evidencia graves fallas en las estrategias de prevención del delito. La presencia de la Guardia Nacional no ha sido suficiente para disuadir a los criminales, lo que cuestiona la efectividad de las medidas de seguridad implementadas.

Falta de resultados concretos

A pesar de la supuesta rapidez en la respuesta, el hecho es que los criminales lograron escapar. La incapacidad de capturar a los responsables inmediatamente después del crimen sugiere deficiencias en la coordinación y capacidad de reacción de las fuerzas de seguridad.

Dependencia excesiva en la tecnología

La confianza del Secretario en que las cámaras de seguridad resolverán el caso parece ser una forma de evadir la responsabilidad inmediata. Si bien la tecnología puede ser útil, no sustituye la necesidad de estrategias de seguridad más integrales y efectivas.

Contexto de violencia persistente

Este incidente se suma a una serie de ataques violentos en Celaya, incluyendo agresiones en bares, masacres en viviendas y ataques a negocios. La recurrencia de estos eventos violentos indica un fracaso sistemático en las políticas de seguridad de la ciudad.

El “casi” es una expresión que refleja una realidad desafortunada que acecha al mexicano en muchas facetas de su vida cotidiana. Esta particularidad lingüística va más allá de ser una simple palabra; representa una mentalidad y una experiencia compartida que merece un análisis más profundo.

El “casi” en el lenguaje cotidiano

En el habla coloquial mexicana, el uso del “casi” es frecuente y versátil. Se emplea para describir situaciones que estuvieron a punto de ocurrir pero no se concretaron, o para suavizar el impacto de una acción incompleta bajo la cultura del “ya casi”.

El “casi” como mecanismo de defensa

Paradójicamente, el uso del “casi” también puede funcionar como un mecanismo de defensa psicológico. Al decir “casi pasó algo malo”, los mexicanos encuentran consuelo en que, a pesar de las adversidades, lograron evitar lo peor. Es una forma de resiliencia lingüística que les permite enfrentar la incertidumbre diaria.

Conclusión

El “casi” en México es más que una palabra; es un fenómeno cultural que refleja la realidad de un país que constantemente se encuentra al borde: al borde de la violencia, al borde del progreso, al borde de la transformación. Es un recordatorio constante de las luchas diarias y de la capacidad de los mexicanos para seguir adelante a pesar de las adversidades.

Aunque el “casi” puede ser visto como una expresión de frustración, también es un testimonio de la resistencia y la esperanza del pueblo mexicano. En cada “casi” hay una historia de supervivencia, una anécdota de lo que pudo ser pero no fue, y quizás, una promesa implícita de que algún día, ese “casi” se convertirá en un “logrado”.

Con informacion: ELNORTE

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