Muy desafortunadas y censurables son las declaraciones mañaneras hechas ayer por el presidente Andrés Manuel López Obrador sobre la tragedia que dejó al menos 40 migrantes muertos y 29 heridos en un centro de detención de Ciudad Juárez.
Sin investigación ni peritaje alguno, con lo que le dieron de información a bote pronto en la junta madrugadora de Seguridad, el mandatario lanzó culpas sobre las propias víctimas. Ellas fueron las causantes de su propia desgracia. ¡Que poca… sensibilidad! ¡Que escasa compasión frente al dolor!
Como ya es usual en el presidente, ni él ni nadie en su gobierno son culpables de nada. Sin duda lanzará su dedo flamígero sobre las autoridades de Ciudad Juárez, pero para el gobierno federal responsable de la migración, ningún señalamiento. A pesar de los videos que dejan en evidencia que fueron custodios federales los que dejaron encerradas a las víctimas, en medio del humo y del fuego.
Y luego, el indignante espectáculo iniciado por Adán Augusto López aclarando que el Instituto Nacional de Migración, aunque está bajo el organigrama de Gobernación, existe un convenio que le da su manejo a la Cancillería. O sea, pregúntenle a Marcelo Ebrard. Y lo que es peor, que el Secretario de Gobernación reclamara a las autoridades de Chihuahua que dieran a conocer el video que evidencia la negligencia. ¿Querían esconderlo?
Ese video deja en claro que los migrantes reclamaban su encierro, pero, sobre todo, la falta de agua y las pobres condiciones del centro de detención, por lo que buscaban salir del sitio que acabó convertido en cámara de gases y horno crematorio.
La tragedia de Ciudad Juárez viene a evidenciar una vez más el pésimo manejo de los protocolos de seguridad que se operan en nuestro país para atender la creciente e inmanejable ola de migrantes.
¿Y con esas severas deficiencias el gobierno de la Cuarta Transformación aspira a cumplir su promesa -hecha en lo oscurito- de ser un “Tercer País Seguro” frente a los acuerdos con Estados Unidos?
Lamentable que, frente a la tragedia, el canciller Marcelo Ebrard -a quien Adán Augusto López le carga los muertos- no cancelara por decencia su gira por Monterrey, en donde presentó su libro de precampaña presidencial y fue a tomarse la foto con el gobernador Samuel García y los ejecutivos de la automotriz Tesla.
Triste que ni el presidente, ni el hombre de Bucareli, ni el Canciller, hubiesen tomado alguno un avión para acudir a constatar el drama de quienes perdieron la vida y confortar a los que están malheridos, en su mayoría guatemaltecos y venezolanos, que se quedaron con el Sueño Americano atorado en su seca garganta.
Los muertos del lunes por la noche, en Ciudad Juárez, son el tercer gran drama masivo de migrantes en los últimos años.
El 10 de diciembre de 2021 fallecieron 55 migrantes en Chiapas cuando el tráiler que los transportaba se volcó a la altura de Tuxtla Gutiérrez. La otra tragedia se dio cerca de San Antonio, en Texas, donde 53 migrantes fallecieron por falta de agua y oxígeno en el interior de un tráiler que fue abandonado por su conductor bajo un calor infernal.
La mejor síntesis de lo que sucedió en Ciudad Juárez la dio el senador Emilio Álvarez Icaza: “Protestaban por falta de agua. Se amotinaron. No les abrieron. Los dejaron morir”.
Bajo esa cruda realidad habrá que esperar, no solo la ola de condenas, sino los juicios de los organismos internacionales de Derechos Humanos que exhibirán las miserias operativas del gobierno de la Cuarta Transformación.
Y no duden que, desde el púlpito mañanero, el inquilino de Palacio Nacional apunte su dedo acusador a un complot de los conservadores internacionales, de los fifís globales que quieren frenar su proyecto. Todo, menos aceptar la responsabilidad y procesar a los negligentes y responsables de tantas muertes.
Sin duda, el juicio más lapidario fue el que escribió Porfirio Muñoz Ledo a través de su Twitter: “La hoguera en la que fueron calcinados esta madrugada 39 hermanos migrantes en Ciudad Juárez, no es un accidente fortuito, sino crimen de Estado”.
Fuente.-
Jajajajaja y los niños de sonora que 49 quemados abc
ResponderBorrarMás lo que falta todo sea por la sucesión presidencial
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