En la Unidad de Inteligencia Financiera existe ya un expediente de Luis Videgaray, actualmente señalado de supuestamente operar los sobornos de Odebrecht para la campaña de Peña Nieto y la estrategia de la llamada “estafa maestra”. Con el folio UIF/SAT/2577/2009, el archivo revela operaciones financieras presuntamente irregulares que habría cometido el exsecretario de Hacienda desde que era secretario de Finanzas del Estado México
Mientras el fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, se pone de acuerdo con Santiago Nieto, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), en la investigación de las cuentas bancarias del exsecretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, en un viejo expediente –con folio UIF/SAT/2577/2009– se da cuenta de operaciones financieras presuntamente irregulares que habría cometido Videgaray desde que era secretario de Finanzas del Estado México (2005-2009), cuando era gobernador Enrique Peña Nieto.
Este nuevo “villano favorito” de algunos testigos colaboradores –como la exsecretaria Rosario Robles Berlanga, presa por participar en la maquinación de la llamada “estafa maestra” y desviar recursos públicos de las secretarías de Desarrollo Social y de Desarrollo Agrario, Urbano y Territorial, dinero que debió destinarse a los mexicanos más pobres de todo el país– fue reportado por la UIF desde 2009 por un depósito de 3 millones 400 mil pesos que hizo en Vector Casa de Bolsa, “operación que se sale de los parámetros establecidos por el comité de comunicación y control de dicha institución”.
Dicho reporte elaborado por la UIF con información del Servicio de Administración Tributaria (SAT), precisa que de la consulta sobre la información de contraprestaciones o donativos en efectivo superiores a 100 mil pesos o su equivalente, se conoció que Videgaray Caso realizó una operación en el ejercicio 2006 que llamó la atención de las autoridades, con la distribuidora de automóviles PF Tollocan, SA de CV, por un importe de 1 millón 70 mil 786 pesos, cantidad que corresponde al 54 por ciento de los ingresos declarados en ese ejercicio por el entonces secretario de Finanzas del gobierno mexiquense.
Entre las inconsistencias que mostraban los movimientos financieros que Luis Videgaray hacía desde aquellos años y que permitieron al gobierno panista de Felipe Calderón establecer acuerdos de impunidad con el entonces gobernador priísta Enrique Peña Nieto y su secretario de Finanzas, éste manifestó ante el Registro Federal de Contribuyentes tener obligaciones fiscales por concepto de servicios profesionales federal y estatal, declarando ingresos anuales en 2002, 2006 y 2007 de 2 millones de pesos, pero en 2003 y 2004 se incrementaron a 5 millones, y en 2005 el ingreso rebasó los 13.6 millones de pesos.
La UIF precisa que la información supuesta fue extraída de los reportes de operaciones remitidos por los sujetos obligados conforme a disposiciones emitidas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para dar cuenta de operaciones, actos u omisiones que pudieran favorecer, prestar ayuda, auxilio o cooperación de cualquier especie para la comisión de delitos previstos en los artículos 139 o 148 Bis del Código Penal Federal, o que pudieran ubicarse en los supuestos del artículo 400 Bis (lavado de dinero) del mismo Código, así como de otras bases de datos y fuentes documentales.
Videgaray había sido secretario de Finanzas del Estado de México desde 2005 hasta marzo de 2009, cuando pasó a ser diputado federal del 1 de septiembre de ese mismo año hasta marzo de 2011, y según investigaciones “seguía utilizando recursos del gobierno del Estado de México, porque Pablo Díaz Gómez, coordinador administrativo, brindaba apoyo económico a Videgaray, además de proporcionarle tres chóferes, dos secretarias, cuatro vehículos y equipos de radiocomunicación, además de mobiliario y papelería de la Secretaría de Finanzas, pese a haber dejado el cargo”.
De acuerdo con la información proporcionada a la UIF por Vector Casa de Bolsa, “la transaccionalidad del cliente es incongruente con el conocimiento que se tiene del mismo, toda vez que realizó un depósito por $3’400,000.00 M.N. [sic] con documentos o valores. La institución financiera lo reportó por ser una Persona Políticamente Expuesta y por la operación de depósito que se sale de los parámetros establecidos por el comité de comunicación y control de dicha institución”.
El expediente UIF/SAT/2577/2009 establece haber localizado en el Registro Federal de Contribuyentes con clave VICL680810SG1, fecha de inicio de operaciones 1 de enero de 1993, actividad preponderante “Servicios Técnicos Especializados de Gobiernos Federal y Estatal”, localizándose declaraciones anuales con ingresos acumulables como a continuación se detalla: año 2002, 1 millón 949 mil 35 pesos; 2003, 5 millones 439 mil 621 pesos; 2004, 5 millones 29 mil 485 pesos; 2005, 13 millones 650 mil 288 pesos; 2006, 1 millón 978 mil 699 pesos; 2007, 2 millones 105 mil 365 pesos.
Nueva investigación en la UIF
Luego de que la exsecretaria Rosario Robles manifestara su intención de acogerse al beneficio del criterio de oportunidad y señalara a Videgaray como orquestador de la llamada “estafa maestra”, el presidente Andrés Manuel López Obrador indicó que es probable que la UIF inicie una nueva investigación sobre la situación financiera del exsecretario de Estado. En este caso, dijo, “tiene que haber coordinación entre la Fiscalía [General de la República] y la oficina de Inteligencia Financiera, no se puede actuar por separado”.
En su conferencia del pasado 26 de noviembre, el primer mandatario indicó: “nosotros hemos decidido apoyar la autonomía de la Fiscalía. Ellos son los que se hacen cargo de las investigaciones, no el Poder Ejecutivo; sólo que la Fiscalía solicite a la oficina de Inteligencia Financiera información, se puede hacer la investigación y proporcionar esa información a la Fiscalía. No podemos nosotros, como Poder Ejecutivo, no puede Inteligencia Financiera estar investigando si no existe una solicitud de la Fiscalía o un acto notorio de corrupción denunciado que requiera saber sobre el manejo del dinero, darle seguimiento al dinero en el sistema financiero”.
No obstante, Videgaray aseguró el pasado 24 de noviembre que es inocente: “el mecanismo de moda de ‘me salvo culpando a Videgaray’ tiene un límite, y ese límite son la verdad y la ley”.
Asimismo, lamentó profundamente “que Rosario Robles opte por acusarme sin argumentos para tratar de librar su situación legal. Desde el punto de vista humano entiendo lo extraordinariamente difícil de su condición, incluyendo la perspectiva de enfrentar órdenes de aprehensión por delitos muy graves. Sin embargo, la desesperación no puede ser justificación para mentir e incriminar inocentes. Ese no debe ser el camino para conseguir su libertad”.
El exsecretario de Hacienda y de Relaciones Exteriores en el sexenio de Enrique Peña Nieto agregó: “lo que dijo el abogado Ramírez sobre mí es completamente falso, y carece por ello de sustento alguno. Rosario Robles podrá decir muchas cosas, pero lo que no podrá hacer es probar mentiras. Yo no tuve participación alguna, directa o indirecta, en la llamada ‘estafa maestra’, y mucho menos me beneficié de dicho presunto mecanismo. Como servidor público siempre actué dentro del marco legal, y las únicas pruebas que han surgido en mi contra respecto al supuesto desvío de recursos públicos son los dichos de personas que quieren eludir su responsabilidad”.
Puntos suspensivos… En las investigaciones en contra de Rosario Robles, la Fiscalía General de la República debería citar al exsecretario José Antonio Meade, quien posee pruebas contundentes de la corrupción en Sedesol, por eso ahora la experredista sólo apunta sus acusaciones en contra de su excompañero de gabinete Luis Videgaray. La siguiente anécdota fue contada por un miembro del equipo de Meade y publicada anteriormente en Contralínea: el 28 de agosto de 2015, por instrucciones presidenciales, José Antonio Meade asumía el control de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol). Ese día al llegar a lo que sería su nueva oficina durante el siguiente año, se sorprendió al encontrar un amplio cuarto vacío, sin escritorio, sillas, sillones ni una mesa donde empezar a trabajar. De inmediato, un empleado de esa dependencia dijo que por instrucciones de la anterior secretaria Rosario Robles habían vaciado la oficina y que la señora se había llevado todos los muebles. En ese momento, el secretario Meade dio instrucciones precisas a miembros de su equipo: quiero auditorías a todos los programas sociales y una revisión minuciosa a todos los contratos que haya hecho Robles y su grupo durante los 3 años que estuvo al frente de la Sedesol. Un miembro del equipo de Meade recuerda que al revisar archivos y expedientes empezaron a salir anomalías en el manejo del presupuesto en casi todas las áreas: “Toda la información que salía se le entregaba al secretario Meade, aunque después supimos que por instrucciones de Los Pinos (Peña Nieto) todo debía archivarse”… Después de aquel salvavidas que le lanzara Enrique Peña Nieto: “no te preocupes Rosario”, la misma exsecretaria de la Función Pública, Arely Gómez González, enfrentó muchas presiones de varios secretarios de Estado y hasta de la misma Presidencia de la República para que cerrara las investigaciones que involucraban a Rosario. Desde que asumió el cargo, aquel 27 de octubre de 2016, la contralora empezó a recibir llamadas de miembros del gabinete de Peña Nieto, entre otros de la misma Rosario Robles, para que cesara cualquier investigación en su contra. Otro funcionario que presionó a Arely Gómez fue el exsecretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien en varias ocasiones le pidió a la entonces contralora que cerrara el caso, que Rosario “era una mujer honesta”. Ahora todo cambia y a Rosario la han abandonado sus “amigos” y cómplices.
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