Medir la corrupción es un reto particularmente difícil. No obstante, la percepción de corrupción —con todas las limitantes de esta medición— es una buena aproximación para conocer la corrupción real, como hemos discutido antes en este blog (aquí nuestra revisión del índice de Percepción de la Corrupción —IPC— de Transparencia Internacional). Con base en esta premisa, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad(MCCI) realizó una encuesta con ayuda del equipo de Datología de Reforma. En este artículo queremos destacar los principales hallazgos de este ejercicio.
Corrupción en México: perspectiva y prospectiva
A pesar de que la corrupción es percibida como uno de los principales problemas del país, una mayoría de los ciudadanos cree que la corrupción puede ser eliminada, y 52% considera que disminuirá durante el siguiente año.
Sin duda, la elección presidencial de 2018 jugó un rol primordial entre la percepción de una muy elevada corrupción y el optimismo de resolverla en el futuro. Las propuestas de Andrés Manuel López Obrador para combatir la corrupción mediante fórmulas sencillas y simplistas cuentan con un amplio apoyo de los mexicanos: más de 60% de las personas encuestadas considera que la corrupción disminuirá con la honestidad del presidente y una constitución moral. Estos dos aspectos y el elevado respaldo con que cuenta AMLO (78% de los encuestados aprueba la gestión del presidente) llevan a que casi 70% crea que está combatiendo a la corrupción bien o muy bien.
No hay duda: el combate a la corrupción y la impunidad requieren de voluntad política y de la honestidad de quienes están al mando en el gobierno; no obstante, creemos que esta condición es necesaria, mas no suficiente, para lograr resultados reales y duraderos. Para disminuir la corrupción en México es indispensable una política integral que atienda las causas de la corrupción y combata sus consecuencias.
Percepción, victimización y responsabilidad
La corrupción se ha consolidado como el segundo problema que más preocupa a los mexicanos. Así lo reporta la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) del INEGI y el Latinobarómetro. En la encuesta de MCCI y Reforma, una pregunta abierta fue hecha sobre el principal problema del país y la corrupción ocupa la segunda posición (16.6%), sólo superada por los problemas de seguridad (53.3%).
El gobierno juega un papel protagónico en el problema de la corrupción de acuerdo con los mexicanos. Gobierno fue la primera palabra que brincó a la mente de los encuestados con mayor frecuencia. Dos de cada tres (67%) consultados señalaron que hay más corrupción en el gobierno que en la sociedad civil o el sector privado. Sin embargo, al preguntar cuánta corrupción creen las personas que hay entre los empresarios y los medios de comunicación, más del 75% de las personas consideró que hay algo o mucha corrupción.
Una de cada dos personas cuestionadas consideró que la impunidad era la principal causa de la corrupción; además, 25% de las personas consideró que la causa es la cultura y la educación. Ahora bien, por el lado de las consecuencias, una cuarta parte de las personas encuestadas (24.9%) consideró que el área más afectada por la corrupción es la economía. Podemos entender de esta respuesta que la afectación más tangible para las personas es directamente en el dinero disponible para gastar, derivado del pago de sobornos. En segundo lugar, estuvieron la seguridad pública y la impartición de justicia (suman 40% entre ambos), consolidando la relación entre corrupción e impunidad que advierten las personas encuestadas.
La corrupción como experiencia personal parece intensificarse conforme se aleja de la persona entrevistada: sólo un 13.4% de las personas entrevistadas reconoció abiertamente haber dado una mordida en los últimos 12 meses. Al realizar un experimento que permite a las personas ocultar esta actividad, conocido como experimento de lista, esta cifra se elevó hasta 22% (cifra similar a la reportada en un ejercicio en 2018) que coincidió también con el porcentaje de las personas entrevistadas que reportaron que un familiar o amigo dieron una mordida. Finalmente, al alejar por completo a la persona del acto y preguntar qué tan frecuente consideran que son los actos de corrupción, la cifra rebasó la mitad de las personas encuestadas (50.2%).
La percepción en torno a la frecuencia de actos de corrupción a nivel nacional incorpora la corrupción grande, no la de las mordidas sino la de los escándalos de desviaciones multimillonarias que involucran a los políticos. Al mismo tiempo, el subreporte de los actos personales apunta a la aversión moral de cometer actos de corrupción que son socialmente sancionados.
Instituciones y corrupción
Prácticamente nueve de cada diez personas entrevistadas consideraron que en México las leyes no se respetan algunas veces o nunca. En este contexto, medidas populares e inmediatas como incrementar penas pueden recibir gran apoyo social: más de 80% de las personas respalda la frase castigar la corrupción con penas más severas ayudaría a reducirla.
En cuanto a los costos de la corrupción, la percepción de un mal desempeño económico y un mal desempeño del gobierno están altamente relacionadas: ante un pobre desempeño económico, la corrupción se castiga en las urnas. De acuerdo con algunos estudios hechos al respecto, se calcula que por cada punto perdido en el IPC se pierden cuatro puntos del PIB per cápita anual por nación.
En cuanto a la afectación sobre la corrupción, 81% de la población consideró que ésta afectaba mucho la seguridad pública y protección de su familia. Al preguntar por qué organizaciones son consideradas más corruptas destaca que los partidos políticos son considerados los más corruptos (93%); ahora bien, ejército, marina y guardia nacional tienen mejores niveles de reputación (55%) que la policía federal o los ministerios públicos (88%).
En el noroeste, la percepción de corrupción en las corporaciones federales de seguridad es diez puntos porcentuales mayor que en la región noreste. Sin información detallada sobre el despliegue territorial de las fuerzas de seguridad federales, la diferencia en la corrupción percibida entre regiones podría responder al tipo de presencia que estas corporaciones tienen.
La encuesta nos muestra que, por cada 100 actos de corrupción padecidos por los encuestados en los últimos 12 meses, 23 son denunciados pero sólo uno tiene algún tipo de consecuencia. Este hallazgo es ligeramente mayor al reportado por el INEGI en la ENVIPE para los delitos en general (la cifra negra está en 93% de los delitos), en casos de corrupción, la impunidad es del 99%; es decir, casi absoluta.
Combate a la corrupción: responsables, tolerancia y castigo
En ejercicios de consulta a la población hechos por la UNAM, uno de los resultados más destacados es que las personas entrevistadas confesaban justificados los actos de corrupción en ciertos casos, especialmente aquellos en escenarios injustos. Contrario a esta intuición, en la encuesta encontramos una mayor intolerancia a actos de corrupción aún en escenarios adversos como una detención injusta. En este sentido, una de las pocas propuestas de López Obrador que no cuentan con un amplio respaldo popular es la de perdonar los actos de corrupción: más del 92% de las personas considera que los exgobernadores y los expresidentes deben ser castigados.
Impunidad: elevar los costos de la corrupción
Junto con votar, denunciar es una forma efectiva de involucrar a la ciudadanía en la vigilancia de su gobierno. Sin embargo, saber cómo denunciar es motivo de duda entre los mexicanos. La mayor parte de los mexicanos no cree que en su país sirva de algo denunciar un acto de corrupción: mientras 32.9% de las personas opinó que sí sirve, poco más de 60% cree que es inútil. Sin embargo, menos de la mitad, 39% de los mexicanos, afirma saber cómo se denuncia un acto de corrupción.
Puedes visitar la página Los Mexicanos Frente a la Corrupción y a la Impunidad para conocer el estudio completo y descargar la base de datos de la encuesta.
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