La
marca ha presentado una patente para un vehículo policial de persecución que
puede actuar sin intervención humana.
A pesar de las reticencias, a día de hoy
quien más y quien menos admite el hecho de que veremos en las carreteras, más
pronto que tarde, vehículos autónomos que se desplazarán por cuenta propia. De
hecho, hasta parecemos concienciados de que tareas como el transporte de
mercancías o de personas se automatizarán, pero hay quien piensa en
aplicaciones de esta tecnología en otras áreas, como Ford.
Y es que la marca estadounidense
solicitó en verano de 2016, aunque se ha conocido ahora, una patente para una
patrulla de policía autónoma. Con este proyecto, el coche patrulla no solo
sería capaz de conducirse por sí mismo, también podría monitorizar sistemas
para el control de velocidad gracias a cámaras y radares, expedir multas e
incluso comenzar una persecución tras un infractor.
Las ventajas serían múltiples ya que el
coche estaría conectado a la red, lo que le permitiría recibir información
sobre infracciones que se hayan producido en otros lugares para actuar en
consecuencia, además de ponerse en contacto con otros vehículos que tengan la
misma tecnología instalada (tecnología V2V) para ordenar de manera remota que
se identifiquen o que se detengan.
Además, también podría utilizarse con una pareja de
policías a bordo, por lo que estos podrían llevar a cabo su trabajo como hasta
el momento pero contando con el coche como un tercer compañero independiente
que pueda ejercer de apoyo en diversas situaciones.
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