Ante autoridades castrenses, el General de Brigada Marco Antonio Barrón Ávila expuso que la Procuraduría General de Justicia Militar no mide con la misma vara.
A él, dice, lo condenaron sin pruebas por abuso de autoridad y ejercicio abusivo de funciones, porque supuestamente ordenó a personal de tropa remodelar su casa de Querétaro; mientras que de otros mandos del Ejército hay evidencia plena de estos excesos y no los molestan con estas acusaciones.
Por este asunto, en julio de 2015 un Consejo de Guerra sentenció al General a un año y ocho meses de prisión, una multa de 10 mil 685 pesos, y la destitución e inhabilitación para desempeñar cualquier empleo o cargo público durante el plazo establecido.
Ante el mismo Consejo de Guerra que lo condenó, Barrón dijo que presentó alrededor de 66 fotografías en las que aparecen soldados lavando carros, llevando a cabo mudanzas o haciendo trabajos de construcción, albañilería y pintura en casas de otros Generales.
Barrón no identificó a los propietarios de los inmuebles y vehículos que aparecen en estas imágenes, ya que su propósito era exponer que varios mandos utilizan a soldados en servicio, para realizar tareas en su beneficio personal, y no los castigan.
Después de que el General Barrón exhibiera la utilización del personal de tropa, por parte de los mandos, la Procuraduría Militar desempolvó un expediente de hace dos años por delito grave y solicitó la orden de aprehensión en su contra.
El lunes, Barrón decidió entregarse y afrontar
esta nueva acusación que consiste en supuestamente haber transportado un
vehículo robado de una entidad a otra y que, según el General, se trata en
realidad de su camioneta Cheyenne que a la fecha sigue sin tener reporte de
robo ante el Repuve.
Las 'evidencias' contra el General.
En el juicio contra el General de
Brigada no aparece una sola fotografía que acredite que utilizó a la tropa para
que remodelara su casa de Querétaro y las pruebas con las que fue sentenciado
son esencialmente dichos de militares que admitieron haber sido inducidos o
intimidados para incriminarlo.
El subteniente de Zapadores Julio César
González Hernández declaró que fue acosado para manifestar ante la Procuraduría
Militar que Barrón le había pedido a la tropa llevarse un camión de volteo.
"Me han ido a ver varias veces los
judiciales y en una de las visitas que me hicieron uno de ellos sí se portó
altanero, el cual me dijo que yo no me hiciera pendejo, que yo tenía que hablar
y en otra de las visitas me pidieron los datos de mi familia, de mi esposa, me
sacaron fotos y también me preguntaron sobre mi señora madre, eso ya me preocupó.
"En otra de las visitas, desconozco sus
nombres, sus grados, me dijeron que no me preocupara, que el problema no era
conmigo, pero a quien querían chingar o fregar era a mi General y a mí me
preocupó eso por cuestión de mi familia", declaró el subteniente.
El sargento primero de Informática Leobardo
Domínguez Fosado declaró fue abiertamente intimidado para entregar dos oficios
que probaban que en julio de 2013 él había ido de vacaciones a Querétaro, donde
se supone iría a coordinar los trabajos de remodelación del inmueble propiedad
de Barrón.
.....y QUE DICE el REGLAMENTO GENERAL de DEBERES MILITARES.
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