Un grupo armado que le declara la guerra a la corrupción en México ha surgido en una región que ha servido de caldo de cultivo para el nacimiento de grupos del crimen organizado y de insurgencia, y donde la desconfianza pública en las instituciones del Estado continúa provocando conflictos.
El grupo, autodenominado Insurgencia por el Rescate Institucional y Social (IRIS), ha declarado una “guerra” contra los políticos que supuestamente tienen vínculos con el crimen organizado en el estado sureño de Michoacán, informó Proceso.
IRIS, que ha publicado al menos tres videos cortos en las redes sociales, recientemente le concedió a Proceso una entrevista con su representante y vocero, que se llama a sí mismo José María.
Video de Proceso que informa sobre un grupo de hombres armados que dicen haber tomado las armas contra la corrupción en México.
“Nuestros objetivos son los políticos corruptos”, dijo José María. “No los mataremos, no somos terroristas, no somos asesinos. Los vamos a exhibir”. Aunque estaba armado, José María le dijo a Proceso que los insurgentes sólo utilizarán las armas para su propia defensa.
El grupo ha acusado al gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, y al excomisionado de seguridad de Michoacán, Alfredo Castillo, de tener vínculos con organizaciones de narcotraficantes.
IRIS anunció su existencia inicialmente mediante banners y anuncios en los medios sociales en febrero de 2016. Esto ocurrió al mismo tiempo en que aparecieron otros banners que anunciaban la creación de la organización la “Nueva Familia”, un grupo que, según algunos funcionarios del gobierno, tenía vínculos con los criminales.
Tras la publicación del informe de Proceso, el procurador general de Michoacán, José Martín Godoy Castro, afirmó que no había pruebas de que hubiera una insurgencia guerrillera en Michoacán, y que éste era un caso de falsas grabaciones de video. El gobernador del estado, Silviano Aureoles Conejo, también desestimó al grupo, al que consideró una “broma”.
Análisis de InSight Crime
Hasta el momento no está claro si este nuevo grupo armado debe considerarse una verdadera amenaza, o si es un pequeño grupo de idealistas que no representan un peligro para el estado.
Como lo ha señalado el analista de seguridad Alejandro Hope, aunque IRIS parece tener escaso armamento y pocos miembros, el grupo no debe ser ignorado.
Si bien los motivos del grupo parecen ser demasiado vagos como para tener muchos seguidores, “quienquiera que haya analizado a las autodefensas [de Michoacán, en las cuales participaron los miembros de IRIS] a principios de 2013 habría dicho lo mismo”, señaló Hope.La comparación es significativa. El movimiento de autodefensas de Michoacán fue creado para luchar contra los violentos grupos del crimen organizado en la región. Aunque logró ganar suficiente poder y apoyo local, más tarde se involucró en el narcotráfico, y en 2014 se integró a una cuestionable fuerza de policía rural.
La desaparición de 43 estudiantes en el vecino estado de Guerrero produjo más desconfianza generalizada en el gobierno, lo cual generó el temor de que esta insatisfacción provocaría el surgimiento de nuevos movimientos insurgentes.
El caos sigue reinando en Michoacán, y sus débiles instituciones no logran impedir que se organicen numerosos grupos armados pequeños. Y dado que las tensiones siguen desarrollándose, cuánto poder logrará acumular IRIS u otros nuevos grupos armados todavía está por verse.
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