La empresa de inteligencia Strategic Forecasting publicó el informe “Los Cárteles de México continuarán erosionando en 2016”, en el que asegura que al gobierno federal mexicano le espera una “difícil batalla” para desarticular al Cártel Jalisco Nueva Generación, que busca afianzarse en los estados por el control de los municipios fronterizos de Tijuana, Ensenada, Rosarito y Baja California, actualmente dominados por el Cártel de Sinaloa y el de Los Arellano Félix.
El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), liderado por Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho” o “El señor de los gallos”, quiere arrebatar territorios clave al grupo delictivo de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, el Cártel de Sinaloa. Así lo dice la empresa de inteligencia Strategic Forecasting (Stratfor), con datos de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés).
El CJNG se sumó a la disputa por el control de los municipios fronterizos de Tijuana, Ensenada y Rosarito, Baja California, que hasta hace unos meses sólo mantenían las organizaciones criminales de los Arellano Félix y el Cártel de “El Chapo”.
Según las autoridades de Baja California, el CJNG busca reforzar su presencia en esta zona colindante con Estados Unidos, para así arrebatar el dominio actual que aún mantiene el cártel de “El Chapo” Guzmán.
El informe más reciente dado a conocer por la DEA, en diciembre de 2015, afirma que el cártel jalisciense ya cuenta con bandas operativas en los municipios de La Paz y Los Cabos, en Baja California Sur.
Sin embargo, dice la DEA en el documento referido, el trasiego de drogas en ambas entidades sigue siendo controlado por el cártel del capo sinaloense, que se encuentra en la prisión de máxima seguridad de El Altiplano, en el Estado de México.
El mapa difundido por la DEA señala que la organización delictiva de Sinaloa domina el trasiego y venta de drogas al menudeo en toda la península de Baja California, Sonora y la mitad de Sinaloa, además de Durango y Yucatán, en disputa con los Beltrán Leyva.
Por su parte, el Cártel Jalisco Nueva Generación controla el tráfico de estupefacientes en Nayarit, Jalisco, parte de Michoacán, parte de Guanajuato, de San Luis Potosí y Veracruz, así como la zona sur de Oaxaca, Chiapas y Aguascalientes, donde mantiene conflictos con Los Zetas, el cártel del Golfo y Los Caballeros Templarios.
Por este motivo, Stratfor asegura que al gobierno federal mexicano le espera una “difícil batalla” para desarticular al Cártel Jalisco Nueva Generación, según lo señala en su informe denominado “Los Cárteles de México continuarán erosionando en 2016”.
La empresa especializada en seguridad reveló que la banda criminal de Jalisco sigue expandiendo sus operaciones delincuenciales en zonas históricamente controladas por Sinaloa y Los Zetas, pese a que se ha capturado a algunos de sus líderes.
“Hay indicios de que el CJNG ahora tiene operaciones en San Luis Potosí y Zacatecas, donde el grupo de Iván Velázquez, El Talibán [detenido en 2012], y Los Zetas han luchado entre sí por el poder desde 2012”.
Además, Stratfor destacó que el cártel jalisciense “continúa luchando contra Los Zetas y el Cártel de Golfo en Veracruz, Tabasco y Guanajuato”.
Para Stratfor, el CJNG, escisión del Cártel de Sinaloa junto a Los Cuinis, ha aprovechado la descomposición de otras bandas del narcotráfico, para ganar espacios territoriales.
“Es particularmente hábil para aprovechar la descomposición de otros grupos de la delincuencia.Las fuerzas de seguridad de México han tomado nota y en 2015 renovaron sus esfuerzos para luchar contra el grupo criminal”, destacó la empresa estadounidense en el informe disponible en su página de internet.
El Departamento del Tesoro dice que Nueva Generación y Los Cuinis, se dedican al tráfico de cocaína y metanfetaminas, y tienen presencia en al menos ocho de los 31 estados del país y contar con conexiones en Estados Unidos, América Latina, África, Europa y Asia.
Las autoridades estadounidenses acusaron en 2013 a “El Mencho”, y a su cuñado, Abigael González Valencia, líder de Los Cuinis, de traficar múltiples toneladas de cocaína desde Sudamérica a México para luego “facilitar” su transporte a Estados Unidos. La acusación, señala que los líderes ganan, por lo menos, diez millones de dólares al año.
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