El
relator especial de Naciones Unidas sobre la Tortura y otros tratos o penas
crueles, inhumanos o degradantes, Juan E. Méndez, reiteró hoy que la tortura
en México es “generalizada” y se práctica en un “contexto de
impunidad” a pesar de que el gobierno asegure lo contrario.
Ginebra, 11/Mar/2015 (EFE).- "Mi afirmación de que
la tortura es generalizada en México se basa en cientos de
testimonios que yo mismo recogí en mis visitas a las cárceles y centros de
detención en México, donde casi todos, incluidos niños y niñas, me dijeron
que habían padecido actos de brutalidad durante su detención”, afirmó Méndez en
rueda de prensa.
De esta manera, el
relator quiso responder al gobierno mexicano que negó la generalización de la
tortura en su país.
“Recogimos muchos
testimonios diferentes: de supervivientes, de personas que están ahora en
libertad, pero también de reos en muchas cárceles distintas”.
Méndez realizó una
visita a México entre el 21 de abril y el 2 de mayo de 2014 y redactó
un informe que el lunes presentó ante el pleno del Consejo de Derechos Humanos
de la ONU.
Tanto en el informe
como en su presentación ante el Consejo, el relator afirmó que la tortura y los
malos tratos durante los momentos que siguen a la detención y antes de la
puesta a disposición de la Justicia son generalizados en México.
Tras la presentación
del informe, el embajador de México ante la ONU en Ginebra, Jorge
Lomónaco, aseguró con rotundidad que la afirmación de que la tortura es
generalizada era una falacia, y citó el hecho de que el relator sólo incluya 14
casos en su informe.
“Hemos recogido
cientos de testimonios, todos muy serios, pero no todos pueden incluirse en el
informe, porque no todos quieren dar su consentimiento, porque es un proceso
lento y minucioso para que se ajuste a los requerimientos”, respondió hoy
Méndez.
“Pero si se tiene en
cuenta que al año recogemos unos 200 casos de tortura en todo el mundo, 14
en México es una cifra significativa”, agregó.
“Normalmente la
tortura y los malos tratos se dan en las primeras 24-48 horas de detención y
antes de que la persona sea legalizada como detenido. Sólo tenemos casos
aislados de que ésta se haya dado después de haber sido puesta a disposición
del juez o el fiscal”, especificó el relator.
Méndez desgranó
algunas de las prácticas de tortura más habituales, que definió como “muy
serias”, y citó, entre otras “el uso de electricidad, el presunto ahogamiento
(waterboarding), y mucha intimidación física o moral”.
El relator denunció
que existe un “patrón muy similar” de tortura que se filtra a todas las fuerzas
de seguridad tanto federales, como estatales y locales, como en el Ejército.
“Otro aspecto que me
hace poder decir que la tortura es generaliza”, dijo.
Consultado sobre su
afirmación de que la práctica de la tortura queda impune, Méndez respondió que
“a pesar de que hay denuncias de cientos, miles de casos de tortura, muy pocos
casos se investigan y casi ninguno llega a un proceso”.
Méndez volvió a
indicar, como ya hizo en su presentación, que los agentes de seguridad del
Estado tienden a detener para investigar, y no a la inversa, lo que deja
espacio a los malos tratos y a la extracción de confesiones de dudosa
legalidad.
“Ponen el carro
delante de los bueyes. Si llevaran a cabo el proceso como se debe, pedir
autorización a un juez, obtener una orden de detención y después detener, se
evitarían muchos casos de malos tratos y las evidencias obtenidas de la
detención tendrían más validez”.
El relator dejó claro
que entiende el contexto de lucha contra el crimen organizado, “pero eso no
quita que el Gobierno tenga que aceptar que se enfrenta a un problema muy
grave, y por eso debe combatirlo”.
Méndez recordó que la
Corte Suprema ha solicitado que cuando haya sospecha de tortura, los
magistrados deberían investigar de oficio, “pero entiendo que hasta que esto se
filtra hacia abajo pasará algún tiempo”, concluyó.
Fuente.-EFE
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