El grupo terrorista Hezbolá, que se ha asentado en diversos puntos de Latinoamérica, está involucrado con grupos del narcotráfico, entre ellos los mexicanos, por lo que es necesario que Estados Unidos considere este tema como prioridad de seguridad nacional, señaló el general Kenneth Tovo, subcomandante del Comando Sur estadounidense.
Mexico,D.F 30/Mar/2015 Durante su comparecencia, cuya copia tiene EL UNIVERSAL, como parte de las audiencias que se realizan en el Senado de Estados Unidos sobre los riesgos de seguridad en la frontera con México, el general Tovo afirmó que los cárteles mexicanos están trabajando con Hezbolá.
El senador Tom Carper, presidente del Comité de Seguridad Interna y Asuntos Gubernamentales, entregó un documento clasificado sobre las relaciones entre grupos del narcotráfico y las organizaciones terroristas.
“Las fuerzas de Irán, reportadas por fuentes abiertas, han estado trabajando con los narcotraficantes mexicanos, para tratar de asesinar en la capital (Washington) al embajador de Arabia Saudita”, señaló el general Tovo en la sesión en la audiencia realizada el 25 de marzo pasado.
El incidente al que se refirió el general Tovo ocurrió en mayo de 2011 cuando un vendedor de automóviles iraní-estadounidense que vivía en Corpus Christi, Texas, identificado como Manssor Arbabsiar, conoció a un hombre que creyó era miembro del cártel mexicano de Los Zetas a quien ofreció 1.5 millones de dólares para asesinar al embajador de Arabia Saudita, en la capital de Estados Unidos.
Arbabsiar, señalado por las autoridades como un espía de las Fuerzas Reales, una unidad de operaciones especiales de las Guardias Islámicas Revolucionarias de Irán, trabajaba con otra persona a la que presentaba como su “primo” y quien tenía un alto nivel en las Fuerzas Reales.
Durante los siguientes cuatro meses de 2011, Arbabsiar y su “primo” se reunieron en México con la persona que creían era miembro de Los Zetas, y quien en realidad era un agente encubierto de la agencia antidrogas de EU (DEA, por sus siglas en inglés).
El agente de la DEA, que se hacía pasar como un miembro de Los Zetas pidió que le depositaran en un banco, que en realidad era controlado por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés). Poco después, en septiembre de 2011, Arbabsiar fue capturado con ayuda de autoridades mexicanas, acusado de intentar asesinar a un diplomático ubicado en Washington, DC.
En una escala más amplia, el general Tovo agregó en su comparecencia que “sabemos que algunas de estas organizaciones reciben beneficios financieros del tráfico de drogas. Un tema de mayor discusión en la comunidad de inteligencia es cuánta cooperación y cuánta conversión en realidad existe”.
El general Tovo reveló información adicional: “es justo decir que hay un monto de ganancia que Hezbolá percibe con el tráfico ilegal, es en una gran cantidad, al menos en alrededor de decenas de millones, la mayoría a través del lavado de dinero en el sistema financiero”.
Sobre la relación del grupo extremista con el narcotráfico, el general John Kelly, comandante del Comando Sur de Estados Unidos, refirió en octubre de 2014 —en una conferencia que ofreció en la Universidad Nacional de Defensa en Washington— que el gobierno estadounidense sabe “que parte del dinero de la cocaína que va a Estados Unidos es lavado en cofres de Hezbolá”.
Tom Díaz, investigador sobre el tema del “Centro de Política sobre la Violencia” de Washington, indicó que el grupo “Hezbolá está fuertemente involucrado con el narcotráfico de México y esa relación tiene como objetivo el dinero, y no involucra ninguna actividad terrorista en contra de los Estados Unidos, todavía”.
En 2012, en comparecencia sobre la implicación de cárteles mexicanos, colombianos y grupos terroristas, el Almirante James Stavridis, comandante del Comando de Europa de Estados Unidos afirmó que “un área específica de preocupación es el vínculo entre los cárteles del narcotráfico y (grupos de) terrorismo, incluyendo rutas, ganancias e influencia corruptora”.
Tras el incidente del complot para asesinar al embajador de Arabia Saudita en Estados Unidos, en 2012, Sue Myrick, legisladora republicana por Carolina del Norte, junto con grupos civiles y legislativos estadounidenses, pidió al gobierno de Estados Unidos investigar la presencia de miembros de Hezbolá en México y cualquier relación que puedan tener con cárteles del narcotráfico mexicanos.
En diciembre de ese mismo año se dio a conocer un reporte de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, titulado “Una línea en la arena: combatiendo el crimen, violencia y terror en la frontera sur”, de 58 páginas, cuya copia tiene éste medio.
Entre las 12 medidas propuestas en el reporte destacan la “designación de los cárteles mexicanos del narcotráfico y de las Fuerzas de Irán como organizaciones terroristas extranjeras, de esa manera se incrementará la capacidad para atacar esa amenaza a la seguridad nacional. Perseguir a los objetivos extranjeros para atacar el crecimiento de la presencia de Irán y de Hezbolá en el hemisferio oeste”.
Un hecho que soporta los análisis de inteligencia militar de Estados Unidos es el ocurrido en julio de 2010, cuando fue arrestado en Tijuana, Baja California, Jameel Nasar, acusado de haber intentado establecer una red de Hezbolá en México y Sudamérica, incidente que fue reportado por el Departamento de Policía de Tucson, Arizona.
En 2005, un ciudadano británico de nombre Amer Haykel, un presunto miembro de Al-Qaeda fue arrestado en Baja California en México, y de acuerdo con información de inteligencia estadounidense con ello se pudo encontrar evidencia de que células terroristas, incluyendo a Hezbolá, podrían tener presencia en este país.
Fuente.-El Universal.
Fuente.-El Universal.
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