Un dato proporcionado hoy por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) da cuenta de la situación de la educación en México: según el organismo un niño pobre de Shanghai, China, recibe mejor educación que un niño rico de México.
Mexico,D.F 25/Mar/2015 Durante su conferencia “Desafíos que enfrentan los maestros hoy. Buenas prácticas y recomendaciones para que los maestros crezcan”, organizada por la agrupación civil Mexicanos Primero, el director de Educación de la OCDE, Andreas Schleicher, afirmó que el problema de la enseñanza en México es estructural.
“Ellos (los chinos) viven en casas temporales, viven en condiciones paupérrimas y cómo es que van a escuelas excelentes, y funcionan mejor que los chicos más privilegiados de Italia, de Estados Unidos, y mejor que 10% de los más privilegiados en México”, cuestionó Schleicher.
El modelo educativo de Shanghai se basa en un profundo compromiso con la formación de los profesores, el aprendizaje entre docentes y la participación de los padres en la formación de sus hijos.
El principio que utilizó el gobierno es muy sencillo: detectaron las escuelas que funcionaban mal y las que lo hacen bien y establecieron acuerdos contractuales entre las escuelas para emparejarlas.
Empezaron a hacer en las escuelas peor evaluadas lo que se hacía en las mejor calificadas y luego a medir los resultados a través de evaluaciones y rendición de cuentas. Además brindaron apoyo económico a las partes implicadas en el proceso.
Según Schleicher, también coordinador internacional de la prueba PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes), la evaluación de los maestros en el aula es un requisito indispensable para que México supere su rezago educativo.
Y llamó al gobierno mexicano, al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y a los docentes del país a no dar marcha atrás en la reforma educativa, en particular, en la evaluación de los maestros.
“Yo no creo que es estar trabajando en contra de alguien, sino trabajando para los maestros. La ley que México está colocando en el lugar, tiene una plataforma, se necesita construir el sistema y estas cosas considero que no hay que dejarlas”, dijo.
Sin embargo, consideró que la evaluación y el camino que deba seguir la reforma educativa tienen que hacerse en acuerdo con el magisterio.
Para ello, dijo, los sindicatos magisteriales deben estar menos preocupados por hacer política y más ocupados en atender la calidad de la educación.
Al gobierno le toca otorgarles desarrollo profesional, invertir en su formación y brindarles información sobre el alcance de la Reforma Educativa, abundó.
El funcionario de la OCDE hizo énfasis en que México no requiere más maestros sino mejores. Tampoco necesita mayor presupuesto para la educación, sino mejor distribución en las escuelas, la pedagogía, y la preparación de los niños.
Schleicher confió en que si México logra transformar su sistema educativo, a través de la formación de mejores maestros y la modernización de sus esquemas pedagógicos, entonces podrá transitar hacia el desarrollo.
El esfuerzo, insistió, deberá ser de común acuerdo con el magisterio porque la idea no es instrumentar planes de mejora en la educación que busquen sancionar o estar en contra del gremio docente.
El mejor aprovechamiento de los estudiantes, subrayó, no se dará con la reducción del número de alumnos por cada grupo, sino con maestros mejor preparados, evaluados y actualizados y trabajando en equipo con otros docentes para mejorar los protocolos de enseñanza.
En ese sentido, planteó una pregunta para las autoridades educativas del gobierno de México:
“¿Ustedes reclutan a la gente idónea y precisa para la profesión docente?”
Schleicher planteó que de acuerdo con los estándares internacionales, los maestros más capacitados elevan los estándares de aprendizaje de los alumnos y sugirió tomar como ejemplo el esquema educativo de países como Japón, Singapur, Corea o Finlandia, donde las personas más calificadas se dedican a la docencia.
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