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lunes, 3 de noviembre de 2025

«NARCOS APAGAN OPTIMISMO de POLITICA de SEGURIDAD del GOBIERNO con MATAZON de ALCALDES,EJECUCIONES de ALTO IMPACTO y CASI 28 MIL MUERTOS que TAMBIEN IMPACTAN…por mucho que la estadística cuentera muestre días soleados.


El recrudecimiento de la violencia en Michoacán ha abierto una grieta en los esfuerzos del Gobierno de México contra la delincuencia. Los asesinatos registrados en este Estado del centro del país en las últimas semanas desafían la política de seguridad del Ejecutivo, que dirige Claudia Sheinbaum, de Morena, centrada en los últimos meses en Sinaloa, y la guerra entre facciones del Cartel del Pacífico. 

Los ataques mortales contra el alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, y el líder de productores de limón, Bernardo Bravo, golpean de lleno la narrativa optimista del Gabinete de Seguridad, insistente en destacar reducciones en delitos de alto impacto, principalmente los asesinatos.

Los casos de extorsión repuntan, sin embargo, dibujando un panorama engañoso. La extorsión esconde esquemas donde criminales subyugan gremios productivos importantes para sociedades medianas, caso de Uruapan, gremios agrícolas, ganaderos y comerciales. Muchas veces, las víctimas no denuncian, por miedo. Y esa falta de denuncias, esa aparente tranquilidad, redunda en cierta inacción gubernamental, acostumbrados, los gobiernos, a la reacción y no tanto a la planeación.

Consciente quizá de lo anterior, el Gobierno de Sheinbaum ha intentado trasladar una narrativa en que la planeación y la estrategia aparecen como punto de partida de todo movimiento. Y parecía estar funcionando. Cada dos semanas, el secretario de Seguridad federal, Omar García Harfuch, cara omnipresente del Ejecutivo estos meses, aparecía en las ruedas de prensa matutinas de la presidenta, celebrando victorias estadísticas. 

No había mucha respuesta. Los números marcaban tendencia, pese a discusiones necesarias, principalmente sobre la cantidad de personas desaparecidas en el país, mal que no cesa, y que ha presentado un ligero repunte en los primeros meses de mandato. Pero el caso de Michoacán cambia el tablero de juego. Por mucho que la estadística muestre días soleados, la borrasca amenaza.

Tanto el caso de Bernardo Bravo como el de Carlos Manzo muestran el mal del país. Los modus operandi de los asesinos han sido distintos en cada caso, pero dibujan, entre ambos, la pinza que son capaces de organizar unas mafias fuertemente armadas, convencidas de sus objetivos. 

En el caso de Bravo, el grupo criminal que supuestamente extorsiona a los productores de limón de la región de Tierra Caliente, conocido como Los Viagra, convocó al líder gremial a una reunión, no muy lejos de su centro logístico, el municipio de Apatzingán. Aunque aún se ignoran los detalles, los criminales aprovecharon la soledad de Bravo, que trataba de contener las extorsiones, para acabar con él.

El ataque contra Manzo resulta quizá más escalofriante, por la audacia de los asesinos, que no tuvieron problema alguno en tirotear al alcalde, que contaba con protección, en plena plaza del municipio, abarrotado como estaba, en medio de las celebraciones del Día de Muertos. 

Aunque uno y otro caso cuentan estadísticamente lo mismo que el resto, el perfil de ambos aumenta el peso y la gravedad de la situación, y coloca al Gobierno federal en una posición complicada. Este domingo, cientos de personas se han manifestado en Morelia, la capital de Michoacán, en protesta por el caso de Manzo. 

El enfado acumulado ha reventado en un asalto al Palacio de Gobierno de la ciudad. Manifestantes han terminado lanzando parte del mobiliario por la ventana, símbolo poderoso de un país harto de tanta violencia.

La administración Sheinbaum se enfrenta así a lo desconocido. Este lunes, el Gabinete de Seguridad se reúne de nuevo, para hablar de la situación de un país, donde la muerte de 23 personas en el incendio de una tienda, el sábado, en Sonora, compite en importancia con el ataque a Manzo. Pocas veces en estos 13 meses de Gobierno, la crisis ha sido tan grave como ahora en materia de seguridad, bandera del Ejecutivo en realidad en este tiempo. Hasta hoy, la presidenta ha mostrado mesura frente a ataques de alto impacto, caso, por ejemplo, de los colaboradores de la jefa de Gobierno de la capital, Clara Brugada.

Pero esa calma aparente, esa cadena de declaraciones comedidas, que apuestan el presente al futuro, la credibilidad a la calidad de las investigaciones, se topa con un muro en Michoacán. El asesinato de Manzo sucede un año después del asesinato del alcalde de Chilpancingo, municipio que sufre males parecidos. Extorsión, cooptación por parte del crimen de economías legales –transporte, obra pública, venta en mercados– ocurren en la capital del Estado de Guerrero, como ocurren en Michoacán. La diferencia es el momento y la discordancia entre el discurso oficial y la vida en las calles.

El asesinato de Alejandro Arcos, alcalde de Chilpancingo, agarró a Sheinbaum de refilón, recién llegada a Palacio Nacional. Poco podía reprochársele entonces a la mandataria, que además había colocado a un especialista que generaba consenso, García Harfuch, al frente de la estrategia de seguridad. Un año más tarde, la historia es distinta. Casos como el de Arcos o los colaboradores de Brugada pesan y dejan huella. 

Con informacion: PABLO FERRI/DIARIO ESPAÑOL/ELPAIS

«MORIR o ser DETENIDO ERA PARTE del CALCULO»: «SICARIOS estan DISPUESTOS a CUMPLIR MISION y TERMINA con su ULTIMO DISPARO»…asi inauguran otra forma exitosa de matar,ya ni mega escoltados estarán seguros.


Lo dijo sin titubeos por que no sabe lo que estaba diciendo, como quien enciende una alarma pero finge que solo comenta el clima. El Secretario de Seguridad Federal, el estratega de curricula manchada como exPolicia Federal Mañoso,el que avanza vertiginoso encendiendo lumbres en vez de apagarlas,Omar García Harfuch, admitió lo indecible: que el narco ya no teme morir, que el sicariato no retrocede, que la ecuación del crimen incluye con frialdad el costo de la propia vida. Es, en todo caso, el salto definitivo hacia la barbarie calculada: matar y morir como parte del mismo contrato.

El “agresor suicida desechable” ,vestido de sudadera, pantalón negro y tenis, llegó al festejo del Día de Muertos en Uruapan no como espectador, sino como oferente. Su ofrenda, el fuego de un arma ya probada en combates previos. Mata al alcalde Carlos Manzo y cae enseguida, cumpliendo su profecía perfecta: ejecutar y extinguirse, dos verbos ya inseparables en la liturgia criminal mexicana.

Mientras tanto, en la retórica blindada de la conferencia matutina, García Harfuch enuncia “indignación” —palabra que en boca del Estado suena más a trámite que a emoción—. Se indigna el Gabinete de Seguridad, se indigna la Presidenta, se indigna el país entero… pero el mensaje que trasciende es que los sicarios están listos para inmolarse con disciplina paramilitar, mientras el resto de ejecuciones siguen impunes en medio de la verborrea de un payaso de alto impacto que juega mediaticamente al superhéroe.

No llevó identificación, dicen. Claro, tampoco la necesitaba: su identidad real no era la de un ciudadano, sino la de un mensaje. El Estado cuenta casquillos, levanta peritajes y busca la huella digital del muerto. 

Pero lo que importa no es quién fue, sino lo que representa: un modelo de atacante que ya no teme ser capturado porque su misión termina con su último disparo.

Así, la violencia mexicana cruza otro umbral: ya no solo hay asesinos reclutados por dinero, sino soldados kamikazes del vacío, operarios del sacrificio. Y cada vez que el poder admite, con resignación técnica, que “sabía que iba a morir”, lo que realmente está diciendo es que el país se acostumbró a la idea de que matar y morir se han vuelto la misma tarea del mismo fracaso que preludia mas violencia, no menos.

Con informacion: ELHERALDO/

«DESTROZAN PALACIO MORENO-NARCO»: EL «PUEBLO que DICE el GOBIERNO que lo AMAN se FUE contra el GOBIERNO para INCENDIARLO TRAS CRIMEN de ALCALDE»…a gritos de fuera Morena, le fueron a tumbar la puerta a domicilio.


El pueblo de Michoacán salió a la calle, no con flores ni aplausos, sino con la rabia de quien ya se cansó de funerales oficiales y discursos llenos de aire caliente. Tras el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, la paciencia se volvió humo y el humo se hizo fuego literal en el Palacio de Gobierno que administra Morena y Alfredo Bedolla. Las llamas pedían justicia, pedían respuestas… y si el gobierno no las da, el pueblo las arranca a patadas.

Morelia fue un hervidero. Las consignas no necesitaron voceros ni portavoces, bastó el coro espontáneo de cientos de gargantas que gritaron lo que todos piensan en voz baja: “¡Fuera Morena!”, “¡Fuera Bedolla!”. En ese momento, la fachada colonial del poder se volvió un símbolo hueco, un castillo de papel que ardía mientras alguien, en un gesto de irreverente justicia poética, tocaba la campana del balcón donde se grita independencia.Anoche, la independencia no fue una ceremonia patriótica, fue una afrenta.

Dentro del edificio, mesas y sillas volaban por los aires. Afuera, ondeaba una bandera mexicana sostenida por manos anónimas, como si el país entero quisiera envolverse en ese trapo para recordar que aún respira. Las bombas caseras encendieron más que fuego: encendieron una advertencia. Porque no hay paz mientras se entierran líderes que denunciaron el crimen y la impunidad con nombres y apellidos Morenos.

La SSPC dice que el agresor “sabía que moriría o sería detenido”. Tal vez. Pero lo que el Gobierno no entiende es que el pueblo también sabe que, si no se defiende, muere igual. Por eso, cuando Bedolla fue abucheado en el velorio, no fue solo contra un mandatario, sino contra un sistema que sigue diciendo “los amamos” mientras los asesinan.

El mensaje fue claro. No hubo voceros ni comunicados. Hubo cuerpos ocupando las calles, gargantas ensordeciendo el discurso oficial y la certeza de que los programas sociales no tapan los ataúdes. “El verdadero bienestar nace de la justicia y no de los programas”, gritaron. Y aunque el Palacio se apague, la llama ya corrió por todo Michoacán.

Con informacion: ELNORTE/

domingo, 2 de noviembre de 2025

AL «GRITO de NO estas SOLA»: «ESPOSA de ALCALDE EJECUTADO DOLIDA y EMOCIONADA PRONUNCIO MENSAJE CONTUNDENTE»…que deben interpretarse desde el dolor, el coraje,la impotencia y no se rinde.


Es indignante y doloroso presenciar cómo, en pleno Día de Muertos, las calles de Michoacán volvieron a teñirse de luto porque el Estado fue incapaz de cumplir la única función moral y legal que justifica su existencia: proteger la vida y la dignidad de su gente. 

El alcalde de Uruapan ,Carlos Manzo, sí, otro nombre convertido en estadística, otro grito silenciado ante la sordera criminal de un gobierno que recibió el pais atado de manos a los verdugos del terror, sigue sin haber castigos para los responsables ,porque también lo son de que el segundo piso sea gobierno, un gobierno de simulación.

Las palabras de Grecia Quiroz, esposa de Carlos Manzo, deben interpretarse desde el dolor, el coraje y el mensaje que envía a sociedad y gobiernos:

Reproche y Reconocimiento

  • Afirma que “no mataron al presidente de Uruapan, mataron al mejor presidente de México”, subrayando la injusticia y el absurdo de perder al único que “se atrevió a levantar la voz”, mostrando valiente liderazgo, debate y verdad sin temor, incluso a costa de su vida.
  • Resalta la orfandad en que deja a sus hijos, evidenciando el terror real y palpable de la violencia que, además de arrebatar líderes, destroza familias.

Empatía Comunitaria y Agradecimiento

  • Reconoce el apoyo genuino de la ciudadanía, desde la recolección de firmas para consolidar su candidatura independiente ,hasta el acompañamiento en las calles, y agradece la presencia y respaldo en momentos de crisis
  • Sugiere que el proyecto de Carlos era colectivo y tenía respaldo popular, truncado no sólo para él, sino para todos los que siguen luchando por un México mejor.

Llamado a la Lucha y Continuidad del Legado

  • Pese al asesinato, el compromiso y la “lucha” no acaban; convoca a seguir el legado y continuar organizados junto con “el movimiento del sombrero” y la ciudadanía.
  • Reitera que, aunque intentaron silenciarlo, “no apagarán esta lucha”, conectando el duelo individual con una exigencia política y social generalizada.

Denuncia de la Violencia Generalizada

  • Expresa el cansancio de la sociedad ante la violencia que arrebata hijos, hermanos, padres y niños, mostrando solidaridad con todas las víctimas, no sólo la propia.
  • Honra la memoria de su esposo y promete fidelidad eterna, haciendo de su dolor un punto de partida para el combate social.

Estas declaraciones demuestran tanto la devastación personal como el reclamo colectivo de justicia, memoria y acción.

Las palabras de la ahora viuda del alcalde,retumban con mas fuerza que las condolencias vacías o discursos de justicia que prometen no habra impunidad» cuando las advertencias de Manzo y sus súplicas de auxilio fueron respondidas con indiferencia, papeleo y promesas huecas. «No quiero ser otro ejecutado», dijo el propio alcalde—y aun así, lo dejaron solo.

Con informacion: @Redes/

“ANIMO SOCIAL FAVORECE a EE.UU»: «LANDAU DISPUESTO a PROFUNDIZAR MAS en SEGURIDAD donde el MEXICO MORENO-NARCO SIEMPRE esta INDISPUESTO»…la soberanía” enmascara la pudricion.


Luego del asesinato del Alcalde Carlos Manzo, Christopher Landau, secretario adjunto del Departamento de Estado, afirmó que Estados Unidos está dispuesto a profundizar con la cooperación en materia de seguridad con México.

El anuncio se dio luego del asesinato del alcalde Carlos Manzo y la reacción oficial que expone el cinismo de la narrativa gubernamental que ya no puede tapar el hedor del colapso institucional con discursos huecos sobre independencia nacional.

En este Día de Muertos, mis pensamientos están con la familia y amigos de Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, Michoacán, México, quien fue asesinado anoche durante una celebración pública del Día de Muertos. Estados Unidos está dispuesto a profundizar la cooperación en materia de seguridad con México para erradicar el crimen organizado a ambos lados de la frontera. Aquí vemos a Carlos con su pequeño hijo en brazos durante la celebración, momentos antes del ataque. Que su alma descanse en paz y que su memoria inspire acciones rápidas y efectivas. QEPD

La declaración de Christopher Landau, no sólo pone el dedo en la llaga, sino que evidencia la incapacidad (¿o complicidad?) del Estado mexicano para hacerle frente al narco. Decir que “profundizarán la cooperación” es el eufemismo diplomático para señalar: México está desbordado, y EE.UU. lo sabe. 

Pero cada vez que los gringos insinúan intervenir, la respuesta automática en Palacio Nacional es manotear la bandera de “soberanía nacional”, ese escudo sarnoso tras el cual se esconde lo ingobernable, como si ondear el lábaro patrio ahuyentara a los sicarios… o a sus socios en el gobierno.

Los mensajes oficiales ofrecen condolencias, pero no soluciones. ¿Cuántos asesinatos más son necesarios antes de dejar de fingir que “la soberanía” es otra cosa que el pretexto para no actuar ni dejar actuar? La memoria de Carlos Manzo, caído en pleno Día de Muertos, queda sepultada bajo rituales diplomáticos mientras en Michoacán la vida humana vale menos que un retweet.

Pulso y temperatura social de las reacciones ciudadanas

Las reacciones que se leen en los foros digitales no sólo están cargadas de enojo: rezuman desencanto, rabia, y un reclamo de intervención extranjera que, hace unos años, hubiera sido impensable. 

Los usuarios claman abiertamente por la entrada del ejército de EE.UU., insultan al gobierno llamándolo “narco-gobierno”, exigen la aniquilación de criminales y funcionarios, y ridiculizan todo alegato de soberanía. La violencia verbal —y política— alcanza niveles inéditos: se demanda acción directa, se vilipendia a la clase política de Morena como “cómplices”, y la exigencia de ayuda internacional suena a grito de socorro.

Se detecta:

  • Rechazo frontal y burla hacia los términos “soberanía” y “autonomía”.
  • Legitiman o aplauden la posible intervención militar de EE.UU., ante el fracaso del Estado mexicano.
  • Presumen peligro, desesperanza y una rabia social que raya en el linchamiento simbólico (y literal) de funcionarios y narcopolíticos.
  • Demandas reiteradas de “mano dura” y justicia sumaria, ante el hartazgo por la impunidad.
  • Un choque entre el nacionalismo vacío del gobierno y el realismo feroz de ciudadanos que viven sitiados por el crimen.

El ánimo social

La polarización es brutal. El rechazo al gobierno federal es absoluto en estos foros, señalados como cómplices del narco, y se glorifica a EE.UU. (e incluso a Trump) como “la esperanza” frente al desastre mexicano. El estado de animo es apocalíptico y resignado: confirman que, para un amplio sector social, la soberanía perdió todo valor si significa seguir condenados a Estado fallido.

¿Conclusión? Cuando la “soberanía” sólo sirve para tapar la podredumbre, la sociedad deja de creer en el Estado y busca auxilio fuera. Y cuando eso ocurre, hasta la muerte de un alcalde se convierte en munición para exigencias, reclamos y hasta fantasías de intervención armada. Eso —y no el discurso oficialista— es la verdadera temperatura de la calle hoy.

Con informacion: ELNORTE/