La Secretaría de la Defensa Nacional aclaró que el General Ricardo Trevilla Trejo, actual Jede del Estado Mayor de la Sedena, en ningún momento se reunió con Ulises Sánchez Garibay, alias ‘El Inge’, uno de los operadores financieros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
¿Por qué importa?
En días pasados, diversos medios de comunicación -entre ellos la revista Proceso- dio a conocer una fotografía donde el General Trevilla aparecía junto a ‘El Inge’, la cual fue tomada el 26 de junio de 2018 en el municipio de La Huacana, Michoacán.
La noticia causó relevancia debido a que apenas unos días atrás se dio a conocer el nombramiento de Trevilla Trejo como nuevo Jede del Estado Mayor de la Sedena, en sustitución del General Homero Mendoza Ruiz.
El contexto:
A través de un comunicado, la Secretaría de la Defensa Nacional dijo que en 2018, el General Trevilla fungía como comandante de la 43a. Zona Militar y fue requerido para mediar con un grupo de pobladores de La Huacana que habían retenido a personal militar mientras realizaban actividades en dicha zona.
Junto a más de 150 elementos de diferentes corporaciones, Trevilla se entrevistó con Ulises Sánchez, quien se identificó como como coordinador diplomático de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos y representante de los inconformes. Hasta ese momento, ‘El Inge’ no contaba con una orden de aprehensión (sería girada hasta el 24 de julio de 2018 por el delito de homicidio).
“El General Trevilla Trejo dialogó en presencia de todos los representantes de las diversas autoridades que se encontraban en el lugar, para indicarle (a Garibay) los delitos en que incurren las personas que se oponen a la autoridad al impedir el libre tránsito en las vías de comunicación y al retener a personal de las Fuerzas Armadas”, se lee en la misiva.
Asimismo, la Sedena aclara que la fotografía que circuló en redes sociales entonces -y que fue retomada por varios medios esta semana-, fue tomada por el policía Santos Camarillo López, adscrito al municipio de Gabriel Zamora, según lo reportó la Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán.
Al respecto, la dependencia calificó los reportes como “una clara tendencia en denostar el trabajo, integridad y lealtad del personal militar en el cumplimiento de las tareas que cumple”, por lo que se vio en la necesidad de enviar emitir carta aclaratoria.
En "La orilla" del Rio Bravo,en Miguel Aleman Tamaulipas,en la frontera que separa a México de Roma Texas en los Estados Unidos, reciente escenario de la la masacre del "GOPES",territorio delictivo gobernado por Cesar Morfin Morfin alias "Primito" y su Cartel del Golfo,bajo el otro gobierno "paralelo" del Panista Francisco Javier Garcia Cabeza de Vaca indiciado por "DELITOS FEDERALES", es un trajín de personas sin papeles a donde tan solo en marzo llegaron 18.000 niños y adolescentes no acompañados y el prestigiado diario Español EL PAÍS,fue testigo de cómo una decena de embarcaciones cruzaron al lado Texano en una noche.
-”A ver: calmados, calmados”.
La voz del coyote llega desde el río Bravo segundos antes de que la balsa de plástico, con más de una decena de migrantes centroamericanos a bordo, toque la orilla de Texas, en Estados Unidos. Faltan unos minutos para las nueve de la noche. El cielo tiene un tono gris que iguala los colores del agua y las nubes. La luz se ha ido y es imposible ver el rostro de quien habla.
-”Ya llegamos al lado americano. Todos juntos. Cuidado con los chavos, ayuden a los chavos…”, dice con tono optimista el hombre que maniobra el remo. Antes de que los pasajeros comiencen a desembarcar, el sujeto los reúne en la proa. Saca un teléfono celular, enciende la luz y pide a todos repetir al unísono para grabarlos en video: “Últimos 13 de la clave pericos”. Un código que es también una prueba de vida con la que el traficante de personas da por concluido un periplo que, para decenas de migrantes, dista mucho de acabar.
Un puñado de agentes de la policía estatal y la patrulla fronteriza estadounidense, parte de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), observa con resignación la escena a menos de dos metros con lentes de visión nocturna. El flujo de personas ha aumentado, según uno de los uniformados, desde hace tres o cuatro semanas. Desde entonces, los integrantes de distintas fuerzas estatales y federales son testigos de primera mano de la crisis. En varios puntos como este miran a los tratantes de personas dejar del lado americano a cientos de inmigrantes, quienes se entregarán a las autoridades con la esperanza de que se les permita permanecer en este país. No hay violencia ni uso de la fuerza. Es lo cotidiano.
La caída del sol marca el inicio del trajín a lo ancho del río que divide México y Estados Unidos. El pasado marzo ha sido el mes con más inmigrantes en 15 años. En total llegaron a la frontera sur de Estados Unidos 171.000 personas, según cifras provisionales. Cerca del 11% son menores que han hecho el viaje sin acompañante, un grupo que crece y amenaza con desbordar la situación. En la ciudad de Roma (Estado de Texas), en la ribera del río Bravo, uno de los puntos más activos a lo largo de la frontera, todas las noches sin falta cruzan hasta 50 pequeñas embarcaciones. Solo en la del martes llegaron 216 personas en tres horas.
Leticia, con siete meses de embarazo, se queja de fuertes dolores con un policía estatal tras cruzar el río Bravo en balsa con su hija Elizabeth.
Una salvadoreña con su hijo en brazos se entrega a los agentes tras llegar de Ciudad Miguel Alemán, en el estado mexicano de Tamaulipas.
Agentes federales y estatales guían a los migrantes hasta los autobuses que los transportarán a los centros de detención.
Los agentes migratorios separan a los migrantes en grupos para registrarlos. De un lado las familias y de otro los menores no acompañados.
Los agentes fronterizos no empuñan armas durante la vigilancia de los cruces ilegales entre México y Estados Unidos.o de su familia desciende de una lancha inflable.
“¿Cuántos te quedan?”, pregunta en español y con una acostumbrada indiferencia un agente de la policía estatal de Texas a uno de los coyotes. “26 y acabo”, le responde la voz, que comienza a alejarse hacia la orilla que es Ciudad Miguel Alemán, en el estado mexicano de Tamaulipas. Los migrantes en tierra ya en el lado estadounidense esperan en pie con una sonrisa cansada y algo de desconcierto. El grupo comienza a hacerse más numeroso. No saben qué hacer ni qué esperar.
Una niña salvadoreña se acerca al periodista. “Por favor, yo me quiero ir con usted porque mi papá tiene pistola”, dice. Su madre, Saida Yolani, la carga y esboza una sonrisa a manera de disculpa. “El papá está preso y en estos días sale”, cuenta. “Yo tengo todo el tiempo para ayudar a la investigación [que harán los agentes de inmigración] y probar que él nos quiere hacer daño porque ya no quiero estar con él. Se hizo pandillero, es de la [mara] 18”, añade. Originaria de Ahuachapan, en el este del país centroamericano, lleva un año huyendo de la violencia de las bandas, cuyos integrantes le mandan amenazas de muerte a través de su excuñada. Estuvo escondida en Guatemala hasta que dieron con ella. Después, subió a Veracruz, en México, donde estuvo en un albergue de migrantes en el municipio de Oluta. Los 1.000 kilómetros de distancia que puso entre ella y su pasado no fueron suficientes. El recado de muerte también la alcanzó. Ahora su único equipaje es una copia fotostática de una conversación de WhatsApp llena de amenazas.
Más de 120 personas acompañan a Saida y su hija en la noche de Roma. El grupo es contenido por las linternas de los agentes estadounidenses. La luz revela la novísima cara de la emergencia migratoria que afronta la Administración del presidente Joe Biden. Pese a que la mayoría de las personas que cruzan la frontera son adultos solos, expulsados casi de forma inmediata, la crisis tiene un rostro juvenil. El ritmo al que llegan miles de menores de 18 años no acompañados es cada vez más veloz. Para ellos, el Gobierno actual ha creado una excepción que impide deportarlos en caliente como se hacía antes. De ahí que en Roma se observe a decenas de hombres y mujeres adultos que emprendieron el viaje cargando infantes con la esperanza de que estos sean la llave de entrada.
El año fiscal de 2021, que en EE UU va de octubre de 2020 a septiembre del actual, se encamina a romper todos los récords recientes. En seis meses han ingresado a Estados Unidos 47.729 menores no acompañados, una cifra que supera el total de arribos durante 2020 y rebasa la mitad de ingresos de niños y adolescentes solos para 2019 (80.634). Aún queda un semestre por delante. En febrero llegaron 9.297 menore, un incremento de un 98% comparado con octubre (4.690). En marzo fueron 18.800, según cifras provisionales publicadas el viernes. No se había visto tal dimensión de este fenómeno desde mayo de 2019, durante el Gobierno del republicano Donald Trump. Entonces fueron procesados 11.861 niños y niñas en la línea fronteriza.
Consultado sobre el nuevo hito de la emergencia migratoria, un portavoz de la oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado se limita a responder que el “Gobierno de Estados Unidos está comprometido con un proceso migratorio seguro, ordenado y humano”. Esta política ha sido definida en una serie de órdenes ejecutivas promulgadas por el presidente Biden a inicios de febrero. Entre ellas, una específicamente orientada a reunificar a entre 600 y 700 menores separados de sus padres al llegar a Estados Unidos por la política migratoria de Trump. Alejandro Mayorkas, el secretario de Seguridad Nacional, explicó a mediados de marzo que la Administración ha puesto fin a política del republicano de expulsión de todo menor de 18 años no acompañado.
“Toma agua, mamá. ¡Toma agua, por favor!”, suplica Elizabeth, de siete años. Su madre, Leticia, llora sonoramente detrás de un matorral. La mujer, salvadoreña de 27 años, deja salir adoloridos sollozos que incomodan a quienes la rodean. Viste una blusa de flores y una chamarra. Entre lágrimas se toca el abultado vientre. Está embarazada de siete meses. “El bebé no se mueve, yo lo que quiero es que un doctor me vea”, ruega. En minutos, el llanto se convierte en arcadas que la obligan a ponerse en cuclillas. El ambiente se tensa a escasos metros de la ribera. Los policías tejanos piden una ambulancia. Poco antes, Leticia afirmaba haber sido secuestrada en México. “Me tuvieron un mes encerrada. Buscaban meterme pastillas a la fuerza y me las estuve tomando… y así hasta que yo pude salir porque Dios me ayudó”, dice.
“Vengo huyendo de mi país”, afirma Leticia, quien salió en enero de Santa Rosa de Lima, en el departamento de La Unión. “Yo no me voy a regresar para atrás. Corro mucho peligro. A mi mamá la mataron allá en El Salvador”, dice desesperada. Una hora después, la mujer es atendida por paramédicos. Miembros de la CBP aseguraron a este periódico que su vida y la del bebé estaban fuera de peligro. Hasta febrero, cuatro de cada diez familias inmigrantes eran retornadas velozmente, en un plazo de 72 horas, a sus países de origen. El porcentaje de devoluciones era aún mayor para los adultos que llegaron solos. Pero la ola reciente ha ralentizado un proceso para deportar que Biden dejó intacto de la era Trump, justificándose en la pandemia.
La abogada Jasmin Singh, experta en temas migratorios, considera que la situación ha cambiado porque los traficantes de personas, los coyotes, se han encargado de propagar el mensaje de que Biden ha abierto las puertas de Estados Unidos. “Esto no es cierto, pero es lo que se ha comunicado en los pueblos de Honduras y El Salvador, zonas muy golpeadas por la violencia y la crisis económica de la covid”, asegura la analista. Esto ha llevado a que miles de padres desesperados crean que es la mejor ocasión para poner a sus hijos en manos de los traficantes de personas. Todos los ocupantes de la Casa Blanca han tenido que enfrentarse a este fenómeno recurrente. Barack Obama, por ejemplo, lidió con la llegada de 10.000 jóvenes en sus ocho años de mandato.
Un portavoz del Departamento de Estado afirma que Estados Unidos trabaja de cerca con sus aliados en la región para superar la situación. “La colaboración es clave para abordar el flujo de mexicanos y centroamericanos, quienes son la mayoría de quienes cruzan de forma ilegal a Estados Unidos”, afirma en un correo electrónico.
Los migrantes de Roma son separados. 37 menores no acompañados, muchos de ellos adolescentes, del lado izquierdo. Al otro hay una fila de 91 personas. Casi todos los adultos cargan en brazos a un menor. Los agentes ordenan meter teléfonos y objetos personales en una bolsa de plástico transparente. Los viajeros, quienes consideraban finalizada una enorme travesía, comienzan otra.
Un autobús blanco los transporta a los centros de detención de la CBP, que deben enviar en un máximo 72 horas a los menores a instalaciones a cargo de la Secretaría de Salud. Algunos de estos lugares se han convertido esta semana en el centro de encendidas polémicas. Un grupo de 19 senadores republicanos, entre ellos los tejanos John Cornyn y Ted Cruz, visitaron el 26 de marzo las instalaciones de la CBP en la ciudad fronteriza de Donna, en Texas. Durante el recorrido, los legisladores vieron condiciones de hacinamiento en las edificaciones temporales y cientos de menores en jaulas. Eran escenas similares a las que provocaron la ira de los demócratas durante el Gobierno de Donald Trump.
El centro provisional de Donna fue abierto en febrero mientras se realizaban obras en las instalaciones de detención de la ciudad de McAllen. Hasta mediados de esta semana, el sitio tenía 3.400 menores no acompañados. Algunos espacios del complejo albergaba a más de 500 personas pese a que los protocolos sanitarios recomiendan un máximo de 32. Las autoridades han admitido que el 14% de los menores ingresados allí han dado positivo al coronavirus.
El senador Ted Cruz, uno de los más radicales en sus posturas frente a la inmigración, dijo que las “políticas de puertas abiertas” de Biden han creado una “amenaza de salud pública y una crisis de seguridad nacional nunca antes vista”. Su visita fue ampliamente replicada por los sectores más conservadores y forzó al Gobierno demócrata a permitir la entrada de una cámara de la agencia Associated Press a retratar las condiciones del centro.
Un recorrido por afuera de las instalaciones, fuertemente custodiadas, muestra la situación. Un numeroso equipo de obreros trabaja para replicar las gigantescas carpas temporales, asentadas en grandes tierras de cultivo, y así poder aumentar la capacidad del centro de Donna. No se prevé una pronta disminución de la ola migratoria.
Fue un golpe de suerte el que permitió a Yuri Andrade, 24 años, seguir en suelo estadounidense. Como la mayoría de los detenidos en la línea fronteriza, esta hondureña originaria del departamento de Olancho, estuvo brevemente en un centro de detención. “El lunes me tiraron a la hielera [como llaman a los centros de detención por sus bajas temperaturas] y el martes Dios se manifestó conmigo”, cuenta. Ella y su hija de cinco años, quienes pagaron 6.000 dólares a un coyote para llegar a EE UU, eran las últimas de una enorme fila que alimentaba uno de los aviones de la agencia federal encargada de las deportaciones (ICE, por sus siglas en inglés) que tenía como destino Centroamérica. Un billete de vuelta a la pesadilla. Pero no cupieron en la aeronave que las iba a expulsar.
Para algunos el periplo termina en Brownsville, una ciudad a 180 kilómetros de Roma, en la boca del Golfo de México. Andrade y su hija, Rosy Careli, esperaban allí el autobús. Fueron trasladadas ahí desde uno de los centros de detención de Texas; no sabe cuál. Su esposo las aguarda en Dallas, una de las ciudades más pobladas del norte del Estado. “De mis compañeros no supe nada. Aquí solo hay una persona más que venía con nosotros”, dice en la estación de camiones. Dentro de unas semanas tendrá que comparecer ante un juez para argumentar su caso y evitar ser enviada de vuelta a Honduras. Si no se presenta, pasará a sumarse a los millones de inmigrantes que viven en las sombras.
Rosy Careli dibuja con crayolas una hoja en blanco. Alguien ha regalado a todos los niños que esperan en la estación unas alas de mariposa. Ella no se las quita. Es un gesto de la inocencia que pervive después de la traumática experiencia. “La niña está feliz. Somos un milagro”, dice su madre.
Con información de:Diario Español/Luis Pablo Beauregard(enlace original)
El gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, investigado por una triada de delitos federales, hizo una alianza con integrantes del Cártel del Golfo para apoderarse ilegalmente de un casino instalado en Reynosa, Tamaulipas.
Así lo relata a EMEEQUIS el empresario tamaulipeco Dionicio Poli, exdueño del casino La Isla del Tesoro y quien ahora vive en una ubicación secreta en Estados Unidos, por temor a los criminales y al mandatario panista, quien actualmente enfrenta un proceso de desafuero, tras ser acusado de delincuencia organizada, lavado de dinero y defraudación fiscal.
“Destruyeron mi vida, me arruinaron… y el gobernador Cabeza de Vaca no hizo nada porque no podía acusar a sus socios, los mismo que me quitaron mi casino”, dice Dionicio Poli vía telefónica.
Su historia se remonta a abril de 2009, cuando Dionicio Poli abrió su segundo casino, a 150 metros del puente fronterizo entre Reynosa, Tamaulipas, e Hidalgo, Texas; mientras Cabeza de Vaca, quien había sido alcalde de Reynosa (2005-07), buscaba ser gobernador de su estado.
Era un año difícil para hacer inversiones en esa ciudad fronteriza: el gobierno de Estados Unidos tenía abierta una investigación contra Cabeza de Vaca por supuestamente haber “entregado” la ciudad al Cártel del Golfo, en agradecimiento por el financiamiento a su campaña electoral para convertirse en alcalde. Y el Cártel tenía aterrorizados a empresarios de todos tamaños y giros económicos.
El Cártel del Golfo era –y aún es en ciertas regiones– el verdadero poder en Reynosa, Tamaulipas, que comenzaba a vivir una escalada de violencia por la fractura entre ese grupo y su guardia armada, Los Zetas. Y, para financiar esta guerra interna, se necesitaba dinero.
Nueve meses después de la apertura del casino, en enero de 2010, Dionicio Poli recibió una llamada que cambiaría su vida: un empleado suyo le avisó que afuera de La Isla del Tesoro había personas armadas que demandaban hablar con el socio mayoritario, es decir, con él.
El empresario fue despojado de su casino y no recibió ayuda de las autoridades.
EL MONOPOLIO DEL CÁRTEL DEL GOLFO
El empresario acudió al casino, donde se encontró con un comando armado liderado por Emeterio Salinas Ulloa y Armando Guerrero Chapa, quienes se presentaron como altos miembros del Cártel del Golfo; Armando es hermano de Juan Jesús Guerrero Chapa, asesinado en 2013 en Texas y abogado del fundador del Cártel del Golfo, Osiel Cárdenas Guillén.
“Fue una escena muy desagradable… La delegación de la policía estaba a 60 metros y nadie hizo algo. Estos señores me dijeron que, a partir de ese momento, el casino sería de ellos, por órdenes del señor Osiel Cárdenas Guillén, porque él era el único que podía tener esos negocios. Y así, como cualquier cosa, me despojaron del negocio”.
Dionicio Poli se resistió tanto como se puede hacer en una ciudad dominada por el crimen organizado: intentó denunciar ante la entonces procuraduría tamaulipeca, la Procuraduría General de la República, la Secretaría de la Defensa Nacional y hasta la Secretaría de Marina. En todas las instancias le sugirieron no ir detrás de un grupo criminal tan violento y enquistado en el gobierno municipal y estatal.
Pese a las amenazas veladas, Dionicio Poli insistió en recuperar su casino… hasta que el peligro se volvió inminente. Él y su familia debieron abandonar México casi inmediatamente, seguros de que quedarse en su país significaría morir a manos del cártel.
Pero el empresario tamaulipeco no estaba dispuesto a bajar los brazos e ideó una estrategia para recuperar su negocio desde Estados Unidos, creyendo que su conocido, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, exalcalde de Reynosa, le ayudaría.
“Evidentemente, me equivoqué. Yo pensé que era un hombre decente… pero resultó ser el peor gobernador en la historia de Tamaulipas ¡y eso es mucho decir en ese estado!”.
El empresario también narró en Facebook la injusticia en su contra.
CABEZA DE VACA NO MIRA NI ESCUCHA
Al huir de México, Dionicio Poli no sólo dejó su país y su familia en Tamaulipas. También dejó una inversión cercana de 60 millones de pesos en manos del Cártel del Golfo, que cambió chapas, personal y hasta el nombre del casino para manejarlo a través de testaferros para lavar dinero. Bajo el mando criminal, aquel establecimiento se renombró “21 Black”.
“Es impresionante cómo pueden unos criminales simplemente despojarte de tus propiedades y con ayuda de sus contactos en el gobierno te cambian papeles, facturas, recibos, todo”, dice el empresario tamaulipeco. “Pero yo tengo todos los documentos para afirmar que era un casino de mi propiedad bajo la sociedad civil Valpolisan Juegos S.A. de C.V.”.
Desde el extranjero, Dionicio Poli vio avanzar la carrera política de Cabeza de Vaca: se hizo senador y, luego, el primer gobernador de Acción Nacional en Tamaulipas. Con la llegada de un conocido suyo en la gubernatura, parecía que había esperanza para recuperar el casino.
En 2017, el gobernador tamaulipeco tuvo una reunión con empresarios texanos en el Embassy Hotel de McAllen, Estados Unidos. La idea del panista era llevar inversión privada a México, mientras que la de Dionicio Poli era entregarle personalmente una carta a Cabeza de Vaca solicitándole ayuda, después de que varios de sus colaboradores no habían podido ayudarle.
“Yo soy del mismo municipio que el secretario general del gobierno de Tamaulipas, César Augusto Verástegui, ‘El Truco’. Los dos somos de Xicoténcatl, Tamaulipas. Y yo cuando le pedí ayuda me dijo que ni le moviera, que no podía ayudarme. Pensé que si él no podía, el gobernador sí, quien conocía mi caso, porque muchos amigos en común le hablaron de mí”.
El empresario acudió al encuentro y cuando le cedieron la palabra, contó, de nuevo, lo que le había sucedido. Era un relato poco alentador, pero realista, para inversionistas. Su intervención concluyó cuando le entregó al incipiente gobernador un legajo de documentos que detallaban el despojo, así como los posibles nexos del crimen organizado dentro de su administración estatal.
“Por supuesto, ya te imaginarás la cara de Francisco… estaban ahí también su mamá y sus tías. Y cualquiera que lo conozca puede adivinar su reacción: altivo, soberbio, muy enojado. Mi tema nunca avanzó”.
“ME ABANDONÓ”
Hoy, Dionicio Poli tiene tres certezas en la vida: la primera, que su inversión está destruida. Ese mismo año, 2017, el gobierno de Cabeza de Vaca clausuró el 21 Black y otro casino, El Rey, acusando que detrás de sus operaciones estaba el crimen organizado.
“Fue una manera de fingir que él no estaba coludido con esa gente. Ya le habían sacado todo lo que podían a mi negocio. Ya no lo necesitaban… me enteré que sacaron mis máquinas y me las destruyeron por completo”.
Segunda, que el actual gobernador de Tamaulipas no quiso ayudarle, ni como exalcalde, ni como diputado local, ni como senador ni como mandatario, porque los que lo despojaron son sus socios en negocios ilícitos de Cabeza de Vaca con el crimen organizado.
“Todo esto pasó bajo la complicidad indignante de autoridades judiciales y federales con pleno conocimiento de los exgobernadores priístas y también del actual gobernador Francisco García Cabeza de Vaca. Con una clara protección a un grupo delincuencial.
“Esos criminales son los socios del gobernador. Y nadie lo dice porque le tienen miedo, porque te encarcela o te manda a matar. Pero yo no tengo miedo. Yo lo digo con mi nombre y mi honor al frente: es un criminal”, dice el empresario.
Tercero, que su vida se arruinó por esta complicidad entre el poder criminal y el poder político que encabeza Cabeza de Vaca.
“Me alejó de mis raíces, me desintegró de mi familia. Ya no me puedo acercar a mis hermanos que viven en Tamaulipas, ni puedo volver a México, porque no quiero que los vinculen conmigo para que los criminales no tomen represalias contra ellos. Tuve dos infartos, cuatro bypass a consecuencia de la impotencia, el coraje, el resentimiento.
“Es un cleptómano puro, un delincuente natural. Esto es una porquería, él sabía todo… pero me abandonó frente a ellos”.
Su real esperanza, dice, es la justicia divina. En la terrenal, la de la instituciones, Dionicio Poli cree muy poco. Ni siquiera el proceso de desafuero contra el gobernador panista le devolvería la calma o la paz. El daño, asegura, ha sido demasiado.
“(Si lo viera ahorita, le diría que) Yo jamás te lastimé y tú desgraciaste mi vida y la de mi familia. Por eso cada vez que me veas no podrás ver a la cara miles de tamaulipecos que confiaron en ti para que fueras justo”, remata Dionicio Poli. “Hoy te espera la cárcel, espero en Dios que haya justicia”.
¡Ya nos están haciendo Trampa!, así lo expresó el Doctor en economía y luchador social Carlos Cabeza Reséndez pues prevé fraude en la próxima contienda electoral que se llevará a cabo en Tamaulipas y en otras entidades de México, asegura que se intentará sabotear los comicios democráticos para que el partido en el poder en Tamaulipas permanezca.
Este 2021 habrá elecciones políticas en 14 estados de la república mexicana entre ellos Tamaulipas donde se podrá votar por diputados locales, federales y alcaldes, es en este punto donde Cabeza Reséndez señala que habrá un intento de fraude a toda costa.
¡El fraude electoral viene y Nuevo Laredo no se va a dejar!, Carlos Cabeza augura fraude en Tamaulipas pues señala que ya se hicieron ‘los primeros pasos’ pues asegura que el presidente Andrés Manuel López Obrador no esta al tanto de lo que sucede en Tamaulipas ni mucho menos en Nuevo Laredo.
¡Señor presidente auxilio, señor presidente hay fraude!
Cabeza Resendez afirmó que AMLO no esta al tanto de lo que sucede en el proceso electoral en Tamaulipas pues el presidente dió su palabra de no meter las manos en el proceso sino todo lo contrario iba a dejarlo en las manos del pueblo. Aún asi Resendez pide que López Obrador esté al tanto de la situación en el estado pues ya trabaja la ‘maquinaria’ del fraude.
El Doctor Resendez señaló que había personas de valor que luchan por los ideales del partido Morena que son defensores sociales y que fueron callados para así elegir a personas ‘a modo’.
Carlos Cabeza Reséndez hizo un llamado al presidente de la república para que ‘volteara ver’ a Nuevo Laredo pues asegura que ya ha comenzado el fraude en el estado para que gane el partido en el poder y asi asegurar la impunidad en Tamaulipas.
A punto de iniciar este 19 de Abril las campañas formales para las alcaldías en Tamaulipas,el escenario es adverso para el PAN,pues el logo de los "CUERNOS de VACA" y el estribillo de los "VIENTOS de CAMBIO" llegan fuertemente devaluados, a decir de encuestas previas que ademas dan cuenta de la caída de la aprobación de los ciudadanos a su gobernador Francisco Javier Garcia Cabeza de Vaca.
Y todo parece indicar,que no habrá en Tamaulipas quien en su "sano juicio" le apueste nuevamente al partido que aun regentea el tambien aun Gobernador,ahora "ocupado y preocupado" en su desafuero, contando los dias y las horas para ser defenestrado formalmente, en un histórico proceso para retirarle la inmunidad procesal e inmediatamente "meterlo a prision",esto tras acusaciones de GRAVES DELITOS FEDERALES,entre ellos DELINCUENCIA ORGANIZADA.
De tal manera,que los "financieros" del PAN,los que abierta y soterraneamente han apoyado campañas pero siempre esperando retribuciones, deberas pensarla mejor, pues ahora "gastaran su dinero en vez de invertirlo",la posibilidad de que el PAN sea triunfador es marginal, por no decir nula, aunque sin animo de denostar al resto de partidos que participan, todo indica la batalla se librara entre el "PAN y MORENA" con la suma de sus aliados.
Ademas,una sorpresa pudiera surgir en Tampico en poder del PAN,pues el alcalde PANISTA Jesus Nader,ha sido identificado como socio del "bisne" en Tamaulipas de la mano del gobernador y sus hermanos, el predicamento legal podria impactar lo electoral y perder la "plaza".
Algo parecido sucede en Matamoros,donde Mario Lopez alias "La Borrega" buscara la reelección "Morenista' que no da espacio al PAN de Cabeza que lleva "priistas" ex-complices de Yarrington como candidatos y aliados en la aventura de conquistar Matamoros.
Peor aun,que esperanza o milagro podria esperarse en Reynosa,donde la Panista "Morenizada" Maki Ortiz Dominguez, respalda a su hijo Carlos Peña Ortiz a la alcaldía por "Morena" cobijado por el CEN NACIONAL ,pero bajo fuego del gobernador que intenta torpedear la candidatura e impedir participe,aunque el hijo de la alcaldesa, por si no fuera suficiente,es tambien apoyado por el "dineroso padrino" constructor Rolando Cantu Barragan,ahora rival de Garcia Cabeza de Vaca con quien termino su "complicidad" cuando Garcia Cabeza de Vaca jugaba al 'tomatodo" con la transa de los contratos y los sobornos de la obra publica.La ecuación resulta peor,cuando el candidato del PAN es Jesus Ma. Moreno Ibarra,un "fracasado" con ligas al Cartel del Golfo "Ya expiradas",por lo que ni el crimen se sumaria, una buena noticia para Reynosa.
El caso Nuevo Laredo,donde Cabeza de Vaca le apuesta a la "ex-Priista mudada al PAN" Yahleel Abdala ,de buen discurso, de esos a los que el PRI y el Gobernador le entienden bien, pero que ahora no conectan con la gente mas proclive al lenguaje llano ,de"estilo de Lopez Obrador y su partido que en esta región lleva de candidata a la ex-diputada Carmen Lilia Canturosas "archirecontramega" enemigos de Cabeza de Vaca,la suerte esta echada, ni la estructura del socio Enrique Rivas que finge de alcaldesa estructura panista en desbandada, ni el dinero que compra el voto, alcanzaran para retener al alcaldía.
Y aunque las elecciónes electorales en puerta se darán en los 43 Ayuntamientos de Tamaulipas,basta el desglose de algunas de estas alcaldías cuya densidad en el padrón permite preludiar otra debacle, la elección en ciernes para Gobernador en 2022 esta mas que cantada para el partido albiceleste con otro fracaso en puerta, "de que se van,se van".
"APOSTARLE al PAN es TIRAR el DINERO a la BASURA".
Luego de que el documento de Auditoría Federal r 2019-A-28000-21-1240-2020 1240-GB-GF sitúara las irregularidades en adquisiciones de armas en 2019,por parte del Gobernador de Tamaulipas cuyo escrutinio puso a descubierto que no se proporcionó el convenio formal entre la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y el gobierno estatal para concretar la compra de armas, efectuada con dinero federal del Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública de los estados y de la Ciudad de México (FASP),ahora se sabe eran armas destinadas al "GRUPO de OPERACIONES ESPECIALES"que actua de facto como "BRAZO ARMADO" del Gobernador que actualmente enfrenta acusaciones de delincuencia organizada, lavado de dinero y defraudación fiscal por parte de la Fiscalía General de la República (FGR).
De manera reciente,un reporte de de la Organización "Stop Us Arms to Mexico",cuestiona las masacres en que las armas importadas de EE.UU han participado en Mexico y aborda con particularidad los frecuentes asesinatos y mascares cometidas por el "GOPES",ademas cuestiona presuntas irregularidades del Ejercito Mexicano como regulador de las armas en manos de las entidades.
En cuanto hace al documento de Auditoria, la ASF describe los incumplimientos y falta de transparencia en el ejercicio de estos recursos.
“Se determinaron incumplimientos de la normativa en materia de transferencia de recursos; destino de los recursos; adquisiciones, control y entrega de bienes y servicios, y transparencia; en virtud de que se reintegraron extemporáneamente a la Tesorería de la Federación los recursos asignados no comprometidos al 31 de diciembre de 2019 y no pagados al 31 de marzo de 2020”, señala.
Además, destacó la necesidad de aclarar el monto de la compra que asciende a los 11 millones de pesos y la falta de datos para conocer a los encargados de aprobar dicho monto.
“No se publicaron los resultados de la evaluación a los recursos del fondo ni se informó sobre las personas que realizaron dicha evaluación (…) se determinaron montos por aclarar de 11 millones 231 mil 75.98 pesos”, menciona el documento de la auditoria.
La gran conexión hondureña del tráfico mundial de cocaína, que esta semana sacudió a Honduras con la condena en Nueva York a cadena perpetua de un hermano del presidente de ese país, Juan Orlando Hernández, irrumpió con fuerza en la década de 1980 por un pacto criminal forjado por narcotraficantes mexicanos, colombianos y hondureños con la complicidad política de los gobiernos de México y Estados Unidos.
Con vasto poder y amparada por Washington a través de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el gobierno y los militares de Honduras, la alianza quedó marcada por el asesinato del mexicano—estadounidense Enrique “Kiki” Camarena, de la agencia antidroga de EU (DEA por sus siglas en inglés), en febrero de 1985 en Guadalajara, Jalisco.
Con el narcotraficante hondureño Juan Ramón Matta Ballesteros y la CIA como enlaces, los mexicanos Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo, líderes del cártel de Guadalajara, México, se aliaron a los colombianos Pablo Escobar y Jorge Luis Ochoa, jerarcas del cártel de Medellín, Colombia.
Bajo el nexo del hondureño, el cártel de Guadalajara se asoció con la CIA para traficar armas y drogas y financiar a la “contra” nicaragüense, fuerza anticomunista que, gestada en 1980 y 1981, EU organizó en 1982 para combatir al entonces régimen comunista de Nicaragua, apoyado por Cuba.
Camarena fue asesinado al descubrir que la CIA le rentó a Caro el Rancho Veracruz, en el estado de Veracruz, para operativos aéreos de ida y vuelta: traficar armas de EU vía México a Nicaragua y Honduras, seguir a Colombia a recoger cocaína y regresar a México, con EU como destino final de la droga.
El entronque Guadalajara—Medellín con Matta Ballesteros y la CIA provocó un fenómeno sin precedentes en América: la gran explosión del narcotráfico a partir del decenio de 1980.
Los datos de la trama fueron revelados en numerosos testimonios, documentos policiales, archivos judiciales e investigaciones del Congreso y del gobierno de EU.
El gobierno de México de 1982 a 1988, presidido por Miguel de la Madrid (1934—2012), rechazó un pedido de EU de ayudar a la “contra”, pero puso en contacto a la CIA con Caro, dijo el estadounidense Phil Jordan, ex agente de la DEA que indagó el caso Camarena, en entrevista con EL UNIVERSAL.
Capo famoso. Nacido en 1945 y conocido como “Don Matta” o “El Negro”, Matta inició su vida criminal en la década de 1970 en Honduras y prosiguió como bracero en EU y en México, donde conoció a Félix.
“Conectó a las hampas mexicanas y colombianas, proporcionando un puente vital por Centroamérica para el transporte de cocaína. Las conectó además con su país natal, donde llegó a ser parte de una empresa de contrabando de esmeraldas, cocaína y armas”, precisó un estudio de 2016 de InSight Crime, institución no estatal de análisis criminal con sede en Colombia.
Arrestado en 1986 en Colombia, el cártel de Medellín le ayudó a fugarse y retornar a Honduras, “donde se sentía protegido por su vasta red y por su riqueza”, reveló.
Dueño de la aerolínea Servicios Ejecutivos Turistas Commander (SETCO), de Tegucigalpa, que le sirvió de fachada, aportó su flotilla de aviones a la red para llevar armas de México a Honduras (base rebelde norte) y Nicaragua.
Un informe de 1988 del Senado de EU aseveró que agencias federales estadounidenses supieron desde 1983 del papel de SETCO en el narcotráfico.
Matta fue secuestrado el 5 de abril de 1988 en Tegucigalpa por alguaciles estadounidenses con apoyo de autoridades hondureñas. Enviado a EU, se le juzgó en ese país por la muerte de Camarena y otros delitos y condenó a 12 cadenas perpetuas.
Con otros actores, Honduras nunca dejó de ser punto del narcotráfico. Una corte de Nueva York sentenció el 30 de marzo anterior al hondureño Antonio “Tony” Hernández, hermano del presidente de Honduras, a cadena perpetua más 30 años por conspirar desde 2004 para traficar cocaína a EU, posesión y uso ilegal de armas y falso testimonio, entre otros delitos.
Secuela. Detenido en 1985 en Costa Rica (base rebelde sur) y repatriado, Caro purgó 28 años de cárcel en México por el crimen de Camarena y en 2013 salió libre, pero en una dudosa medida y es prófugo.
Arrestado en México en 1989, Félix cumple en una cárcel mexicana una pena de 40 años por homicidio, delitos contra la salud y cohecho. Fonseca estuvo encarcelado en México de 1985 a 2016 y está en arresto domiciliario en su país. Escobar pereció a balazos en 1993. Ochoa descontó prisión 1991 a 1996 en Colombia y está libre.
Por el caso Camarena, una corte estadounidense condenó a prisión en el decenio de 1990 a Matta y a los mexicanos Rubén Zuno Arce (falleció encarcelado en 2012), Javier Vásquez Velásquez y Juan José Bernabé Ramírez. En 2018, EU retiró los cargos contra el hondureño por esos hechos.
Ante la impunidad en la autoría intelectual del asesinato, el ex agente Jordan descartó la liberación del hombre que fue la gran conexión hondureña del narcotráfico.