Si el crimen organizado fuera una agencia automotriz, el Departamento de Robo de Vehículos del Cártel de Sinaloa sería su línea “premium”: eficiencia quirúrgica, logística digna de Silicon Valley, y una impunidad que ya quisiera cualquier monopolio energético. En cambio, las autoridades —esas mecánicas del gobierno— parecen operar con herramientas de plástico y estrategas de carton, intentando ajustar un motor con la misma maniobra que lleva años reventada por dentro.
El más reciente capítulo saldo de la estrategia sigue oliendo a motor quemado y lo protagoniza la diputada local de Morena, Nancy Yadira Santiago Marcos, despojada de su camioneta Toyota RAV4 2022 frente a su domicilio en el residencial Humaya, Culiacán. Dos sujetos armados descendieron de una Honda CR-V gris —como si fueran empleados de un servicio rápido de “cambio de propietario”— y, en menos de lo que tarda un policía en llenar un acta, la unidad ya había pasado al inventario del crimen.
La secretaria de la diputada, Dalia Rocío Pérez Marcos, fue quien tuvo la mala fortuna de enfrentarse a los delincuentes, quienes no solo se llevaron las llaves, sino también su visa,(…ella si tiene) su pasaporte y el poco resto de confianza que cualquier ciudadano puede tener en la palabra “seguridad”.
Una estadística con cara de tragedia
El episodio sería anécdota si no fuera parte de un paisaje crónico: casi ocho mil vehículos robados en Sinaloa, una cifra que ya roza las proporciones de Brasil o Sudáfrica.Casi 8,000 mil familias (…faltan muy pocos) que ya vieron cómo la delincuencia les desmonta, de golpe, no solo sus autos sino su movilidad, sus ahorros y su sentido de pertenencia. casi ocho mil historias archivadas bajo la etiqueta de “casos en investigación”, una categoría que en México suele confundirse con el olvido.
Decir que la estrategia falló sería una cortesía. Estamos ante una coreografía de torpeza institucional, donde la policía juega a la coordinacion y Omar García Harfuch al inteligente, mientras el crimen a las escondidas ,un enemigo que ya no les tiene miedo y aprendió a moverse como humo entre las calles llenas de soldados, mientras cada operativo “exitoso” se anuncia con el mismo entusiasmo con que se celebra un gol en tiempo de compensación… cuando el marcador va 8–0 con los «buenos» perdiendo.
Una metáfora de gobierno
Mientras los funcionarios del gabinete federal giran comunicados con promesas huecas y visitas esporádicas de doctores chafas tan solo para recetar mas «pronunciaymientos» donde solo cambian mínimamente el discurso ,equivalente a cambiar el neumático ponchado de la gobernabilidad, mientras las mesas de seguridad parecen talleres donde solo se reparan discursos y se pintan estadísticas.
Los ladrones armados que se vuelven mas osados porque por accion y omisión son solapados , continúan circulando felices sin miedo con sanciones esporádicas que les captura desechables fácilmente remplazables. Su tráfico es casi perfecto: la delincuencia se volvió el nuevo Waze, siempre un paso adelante, siempre con la mejor ruta.
Y en el espejo retrovisor de esta tragicomedia, una diputada sin camioneta sirve como metáfora rodante de la ineficiencia sistémica: si ni los propios representantes del pueblo están a salvo, ¿qué queda para los demás?…atole con el dedo mañanero y un superhéroe no de cómics,comico.
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